Convencidos que son almas gemelas unidas por la Fuerza, no aceptan que Luke Skywalker haya intentado separarlos.
El mayor problema de Cam, una Jedi Gris, fue tomar la mano del adolescente Ben cuando él le ofreció las sombras.
Les presento a lo...
Luego de haber pasado una semana entera en la enfermería cuidando a Kylo, curándolo mediante mi Fuerza de Vida, acariciando su cabello y bañándolo mientras seguía inconsciente por fin comienza a demostrar mejorías. No puedo dejar que nadie lo toque, se enojaría demasiado si se entera que los doctores lo curaron. Mi corazón dio un vuelco cuando abrió sus ojos y me encontró sentada a su lado. Con dificultad, estiró su mano y enredó sus dedos con los míos.
Cuando le dan el alta, paso otras tres obligándolo a descansar en nuestro cuarto. En todo este tiempo, me ocupé del trabajo de los dos y cuando tenía un momento libre, iba a estar con él, comentándole cómo estuvo el día. Cosas como cuántas veces le grité a Hux, el cual en sus pensamientos desea aplastar mi cabeza.
En fin, pasé más de veinte días intentando distraerlo de su enojo y decepción hacia sí mismo por no haber derrotado a Rey. Lo logré, sonrió varias veces y soltó risitas entre dientes. No puedo evitar pensar que la última vez que escuché una carcajada salir de su pecho, todavía era Cam. Hace diez años que Kylo no ríe como debería. Yo tampoco, mis carcajadas diabólicas cuando asesino gente no cuentan como de las que yo estoy hablando.
Esta mañana, nos enteramos que Poe Dameron ha volado una de nuestras bases por los aires.
Subimos nerviosamente en el ascensor hacia la recámara del Líder Supremo, y cuando las puertas se abren, vemos a un golpeado Hux. Puedo darme cuenta que fue Snoke quien le hizo eso.
—Atada a una cuerda, de hecho, General Hux —lo felicita ante las buenas noticias. Al parecer, el ataque al Dreadnought no fue en vano, podemos continuar persiguiendo a nuestros enemigos—. Bien hecho. La Resistencia pronto estará a nuestro alcance.
—Gracias, Líder Supremo.
Nosotros caminamos hacia él, pateando nuestras largas capas, nuestros sonoros pasos resonando a la par, y nos arrodillamos al estar frente a su persona. Varios guardias vestidos de rojo nos rodean. Me pregunto qué tan habilidosos son, cada uno tiene armas diferentes. Aunque, por mi mente pasa un extraño pensamiento. Si no obedecemos sus órdenes, ¿nos convertirá en uno de ellos?
—¿Se preguntan por qué mantengo a un perro rabioso en un lugar de poder así? La debilidad del perro, bien manipulada puede ser una herramienta afilada —nos habla de Hux, quien se ha ido de la habitación—. ¿Cómo está tu herida?
—No es nada —lo corta Kylo, restándole importancia.
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Sé que todavía le arden como si lo estuvieran cortando una y otra vez, pude sentir un poco de su dolor debido a la curación. Pronto podré quitarle la piel de serpiente de Nimnte que ayuda a que sus cicatrices no sean tan grandes como deberían. Aunque, eventualmente, no tendrá cicatriz.
—Los poderosos Kylo y Cyx Ren. Cuando los encontré, vi lo que todos los maestros viven para ver —se levanta de su trono, para acercarse hacia nosotros. Frunzo mi ceño, es extraño que nos esté adulando tanto, analizo sus extrañas arrugas. Según él, en algún momento fue guapo, pero Skywalker lo convirtió en eso—. Poder salvaje e indómito. Y más allá de eso, algo realmente especial. El potencial de sus linajes. Un nuevo Vader junto a su compañera. Ahora, me temo que... estaba equivocado.
