Convencidos que son almas gemelas unidas por la Fuerza, no aceptan que Luke Skywalker haya intentado separarlos.
El mayor problema de Cam, una Jedi Gris, fue tomar la mano del adolescente Ben cuando él le ofreció las sombras.
Les presento a lo...
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Kylo y yo masacramos planeta tras planeta intentando encontrar la forma de ubicar a Palpatine. Varios mitos dicen que hay dos dispositivos capaces de llevarnos a Exegol. Los días cada vez son más largos y las batallas mucho más peligrosas. Ahora mismo, estamos gastando nuestra última pista para encontrarlo.
Mi esposo me lanza uno de nuestros enemigos que usan extraños gorros y lo parto a la mitad con mi sable, mis rodillas flexionadas. Mi agarre en este es firme, sin temblar. Mi cuerpo entero está sudando, y me falta un poco el aire. Llevamos tres horas de intensa batalla, sin embargo, presiento que quedan pocos.
Pateo la cabeza de uno y corto sus piernas. Él grita, cayendo junto a sus muñones, pero rápidamente está tragándose mi sable, acallando su sufrimiento.
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"Detrás de ti" advierte Ren, y le doy una vuelta en trescientos sesenta grados a mi arma, asesinando al último guerrero de este planeta.
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Me detengo por un momento, recobrando mi aliento, aunque observo a mi pelinegro. Él se acerca a mí, haciendo lo mismo. Su enguantada mano se apoya en mi mejilla, levantando las cejas, cuestionante.
—Estoy bien, ¿y tú? —él asiente, levantando los brazos para que lo chequee. Doy una vuelta alrededor de él, lo hago desde que descubrimos que por su ira no se da cuenta si está herido a veces. Al ver que está sano, deposito un beso en sus ahora salados labios y arrastro mis pies hasta la caja que buscábamos.
