IV

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   En el momento que nos subimos a la nave junto a los Caballeros de Ren, fuimos hacia Mid Rim, la mina luna de Mimban. No tardamos mucho en reducir a los nativos del planeta, supuestamente Ren está buscando un artefacto.

—Pensándolo bien, creo que lo mataré —confiesa Ren luego de haber intentado sacarle la información a un nativo, sin lograrlo—. Si no nos dará lo que estamos buscando, otro lo hará.

   Puedo sentir a Ben pensar demasiado, algo pasando por su mente. Da dos pasos hacia nuestro nuevo líder, deteniéndolo.

—Ren, espera —elevo una ceja ante su idea. Nunca lo ha intentado en alguien que no sea Jedi—. Creo que puede haber otra manera.

   Estira su mano hacia uno de nuestros prisioneros, el cual comienza a gritar, congelado en su lugar

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   Estira su mano hacia uno de nuestros prisioneros, el cual comienza a gritar, congelado en su lugar. Sus amigos, desesperados, intentan ayudarlo.

—¡Detente, lo estás matando! —se queja uno de los prisioneros.

—No, solo está... entrando en su mente —explico, atenta hacia Ben. Está lográndolo, todo lo que ve, puedo verlo por nuestra díada. Es increíble...—. Lo tiene. El artefacto está tres niveles abajo, en una celda protegida en el suroeste. La entrada está marcada con un dibujo de una serpiente roja.

—Buen intento, niño —lo felicita Ren, su voz se escucha alegre debajo de su máscara—. Empiezo a ver por qué Snoke pensó que serías útil, algo así nos vendría demasiado bien.

—Es una variación en el truco de la mente Jedi —explica, cerrando sus ojos levemente—. Snoke me dijo sobre eso. Pero esa fue la primera vez que lo intenté, no sabía si funcionaría.

—De todas formas, gracias a ti, tenemos lo que necesitábamos. Lo que significa que podemos liberar a estos idiotas —Ren habla desinteresado, dándose la vuelta para hablarle a nuestros compañeros—. Chicos, si fueran tan amables...

   En menos de un minuto, los Caballeros atacan a nuestros prisioneros y les quitan salvajemente la vida. Ben me pega hacia él, mientras admiramos con ojos abiertos el baño de sangre que nos rodean.

   "Los Jedi creían que sus infinitas reglas y códigos los hacían más fuertes. Cuando realmente los convertía en rígidos, por eso se rompían fácilmente".

   Prestando atención a las palabras de Snoke en la mente de mi novio y la mía, me dirijo hacia nuestro nuevo Maestro.

   Prestando atención a las palabras de Snoke en la mente de mi novio y la mía, me dirijo hacia nuestro nuevo Maestro

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Soulmates |Kylo Ren|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora