Soulmates |Kylo Ren|

XV

   Caminando por la base de la Resistencia, siguiendo a BB-8, Adam pide estar en mis brazos. Así que, con cuidado, Ben me lo entrega, plantando un beso en mi sien y otro en la frente de nuestro enano. Puedo ver en su mono los restos de suciedad y lo elevo en mis brazos, sonriéndole. 

—Me parece que alguien ya aprendió a gatear —confirmo, entrando en la habitación junto a mi esposo. BB-8 se despide y nosotros admiramos los objetos dentro de esta, estáticos.

   En un rincón, están todos los elementos de higiene de Adam, sobre el mueble que guarda su ropa. En la mesita al lado de la gran cama está el muñeco de madera de Chewie, y varios portarretratos. Ben se sienta en la cama, tomando uno de ellos en su mano. Sonríe un poco nostálgico y se sorbe la nariz. 

   En el ropero hay ropa limpia para nosotros y no puedo evitar pensar en cuánto tiempo lleva Leia transportándola de un lugar a otro, esperando a que volvamos. Distingo en el suelo varios juguetes dispersos y si cierro mis ojos, puedo ver a Rey, Poe, Finn entre otras personas jugando con Adam en el mismo lugar donde estoy parada, en esta habitación.

   Con nuestro pequeño en brazos, me siento a su lado, apoyando mi cabeza en su hombro izquierdo. Adam, intentando copiar la acción, apoya su cabecita en mi pecho, aferrándose a mi musculosa hecha añicos.

   Fijo mi vista en la foto y sonrío al recordarla. En esta, Ben está sonriendo directo a la cámara y yo estoy saltando hacia él, depositando un beso en su mejilla, mi cabello incluso salió en el aire. Fue unas semanas antes de la caída del templo. Luke nos sacaba fotos una vez al mes para enviarlas a nuestras familias.

   Ahogo una risita al ver las otras fotos, somos más pequeños, pero siempre juntos. Se suponía que eran fotos individuales, pero como yo no tenía a nadie y cada vez que Han y Leia venían a visitar a Ben me invitaban a pasar el día con ellos, decidía unirme en las fotos a pedido del matrimonio.

   Recuerdo que Ben era fanático de escribir cartas a mano. Tiene una de las mejores y preciosas formas de escribir de toda la galaxia.

—¡Papá! —chilla Adam, señalando con su dedo a la foto. Ahora que aprendió a llamar a su padre, algo me dice que no se detendrá. Me doy cuenta de que mi esposo suelta varias lágrimas al verlas caer en el vidrio del retrato.

—Sí, enano, estos son papá y mamá —le explica tembloroso, acercándole la foto. Adam acaricia el retrato con felicidad. Quiere llevar su otra mano a su boca, pero diviso sobre la cama un mordedor. Me estiro para agarrarlo y lo deposito en su boca, mirándolo morder la suave goma mientras admira a sus jóvenes padres—. Fue mucho antes de que tú estuvieras. Mamá fue la luz de papi durante toda su infancia y... lo sigue siendo. Ahora, tú también eres mi rayito de luz.

   Mi expresión se arruga y hago un puchero, enternecida. Lo beso castamente en los labios para luego besar sus lágrimas, haciendo que sonría. Sé que cuesta, porque hemos perdido mucho tiempo, demasiado de nosotros. Lo que importa es que, en la luz o en la oscuridad, nunca nos separamos.

—Mami amó a papi desde que lo vio bajar de la nave del abuelo, y cuando creía que no podía amarlo más, lo hizo cuando tú naciste —expreso, haciéndole cosquillas. Él agita el mordedor soltando varios chillidos. La mirada de Ben está fija en mí, analizando mis palabras que van directo hacia nuestro hijo—. Papi le dio a mami la familia que ella siempre quiso, y por eso mami siempre se lo agradecerá.

—Te amo tanto... —expresa casi sin voz, sonriéndome con lágrimas. Toma mi nuca y me acerca a él, nuestros labios chocando. El beso sabe a salado por las lágrimas de los dos. Tenemos que separarnos con una risa al oír a Adam quejarse en mis brazos ante la falta de atención. Ben limpia sus lágrimas y arrima su rostro al chiquillo, dándole un ruidoso beso en su mejilla regordeta. Provoca que él ría a carcajadas—. Y a ti también te amo, pequeño y alegro Solo.