—¿Daphne podrías dejar de caminar en círculos? —grito Perséfone en medio de un campo de lavanda—me estás poniendo nerviosa
—Lo siento, pero me acabas de decir que sientes algo por Hades
—Baja la voz Daphne— le regaño Perséfone—Cloris podría oírte
—Cloris ni siquiera está aquí.
—No importa, podría escuchar cualquiera
—Dioses, Perse, si tu madre se entera te va a encerrar—dijo Daphne más seria que calmada
—No, ella prometió no hacerlo otra vez
Perséfone aún tenía pesadillas, su madre la había encerrado en un laberinto de espinas cuando era más joven. Supuestamente era para que aprendiera a usar sus poderes, pero la verdad era que Deméter la había metido ahí para que nadie la encontrara. Tenía miedo que abusaran de ella. Pero inconscientemente Deméter abusaba de Perséfone. Ella tenía más poder que su madre, no solo creaba vida también podía secar todo lo que tocaba ese poder bien dominado podía matar a los humanos, que a Deméter aun (después de tantos siglos) no terminaban de agradarle.
Daphne se dio cuenta que Perséfone se quedó pensando.
—Lo siento, no quería hacerte recordar eso.
—Estoy bien Daph, Hades es un sueño—Perséfone se tiro en el suelo.
—Solo digo que tengas cuidado del rey del inframundo—suspiró—ya sabes cómo son los Dioses, hace un tiempo salí con Ares, él decía que me quería, pero cuando implore a Afrodita su intervención, dijo que los Dioses no son de una sola mujer.
—Hades no es así, nunca se ha casado, hasta donde sé no sale con nadie.
—¿Cuántos más saben esto?
—Artemisa, medio sabe, pero creo que no dirá nada, esto es un secreto a voces y espero que Hades no lo divulgue
—Habla de esto con él, dile que no quieres que se vaya a esparcir el rumor.
—¿Crees que debería contarle sobre mamá y él hecho de que me encerró?
—No lo hagas, no hasta que entren en más confianza.
—Es solo que lo veo y siento que nos conocemos desde hace años.
—Llévate las cosas con calma ¿sí?
—Si Daphne, ¿cuento con que no le digas nada de esto a mamá ni a Cloris?
—Solo si me llevas contigo a la siguiente fiesta en el Olimpo
Perséfone abrazó a Daphne, ella era su mejor amiga. Daphne fue quien habló con Deméter para que dejara salir a Perséfone del laberinto. Sabía que no iba a decir nada, ya le había confiado secretos antes.
—Necesito que me cubras hoy en la noche—dijo Perséfone.
—¿De qué hablas?
—Tengo una cita con Hades en el estanque de Narciso, le dije a Mamá que estaría en tu casa ayudándote con el jardín y que quizá dormiría ahí.
—No te preocupes, estarás conmigo ante los oídos de tu madre.
Hades estaba alimentando a Cerberos, era el único que podía hacerlo, su cachorro no obedecía a nadie y eso lo cansaba mucho, pero amaba a ese monstruoso perro de tres cabezas. Cuando terminaba de alimentarlo él terminaba lleno de baba y hambriento. En unas horas iría a ver a Perséfone.
—Amo, volvimos—se anunció un Diablillo.
—¿Hay alguna fiesta o algo a donde pueda llevar a Perséfone hoy?
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Amor Divino: Hades Y Perséfone
Romance¿Y si el rapto de Perséfone nunca fue un rapto? ¿Y si Hades solo la libero de su madre? Historia de amor sobre Hades y Perséfone.