13. ¿A que juegas Yeosang?

88 19 11
                                    

No sabia bien en estos días atrás que regalarle a Yeosang, pero después de tanto buscar, pensar incluso al fin me he decidido y he encontrado algo que espero que realmente le guste.

Encontrándome ahora mismo frente a su casa, respiro lo más profundo posible y llamo al timbre, esperando a que abra.

— Seonghwa llegas pronto —asiento porque tiene razón —¿no vienes con tu novio?

— Tenia compromisos que cumplir —miro hacia la casa —¿puedo pasar?

Haciéndose a un lado me deja pasar, entrando con calma en su casa. Escuchando la puerta a mi espalda siendo cerrada miro el espacio frente a mi, viendo como todo está perfectamente arreglado para la fiesta que Yeosang tiene preparada para su cumpleaños.

— ¿Quienes vienen que todo parece preparado para ser algo sencillo?

— Mi familia y tu —le miro al igual que él —¿qué te apetece beber?

Parándole con mi mano en su brazo antes de que se aleje, soltándole no mucho después, acerco mi regalo hacia Yeosang, sintiendo de pronto algo nervioso, más cuando nuestras manos se rozan en el momento en el que va a cogerlo.

— Es.. ¿un perrito? —miro el cachorro entre sus manos —Seonghwa no tenias porque.. pero es precioso.

— Ya se que no tenia porque pero recordé que una vez me contaste que de pequeño siempre quisiste uno y me pareció un buen momento para sorprenderte —el cachorro se acerca a olisquear la nariz de Yeosang —lo siento si no he acertado o lo he hecho mal.

El abrazo que recibo por su parte me relaja y pone nervioso a partes iguales, más cuando me mira fijamente a los ojos después de unos minutos, tomando mi mano, llevándome hasta la cocina donde le sirve en un plato agua al cachorro que no duda en beberla.

— Después iré a buscar comida para el perrito —ambos miramos al cachorro —¿quieres acompañarme?

Asintiendo una vez más no puedo dejar de mirarle a los ojos, sintiendo arder mis mejillas cuando una vez más los suyos se mantienen fijos en los míos.

Quiero muchísimo a Yunho aunque llevemos poco tiempo saliendo, pero no puedo evitar que todo lo que tanto tiempo he estado sintiendo por Yeosang, mi mejor amigo y el mismo que me ha dejado justamente en ese puesto, despierte una vez más, más cuando nuestros labios vuelven a unirse, esta vez sin interrupciones, sin que nadie nos moleste, sin separarnos, siguiendo con torpeza cada uno de sus pasos hasta que ya no hay más que recorrer, hasta que su cuerpo cae sobre su cama, el mio sobre el suyo.

Deslizando con impaciencia su camiseta hacia arriba la dejo caer donde sea, continuando con mis labios repartiendo besos por su cuerpo. La calidez que siento de su cuerpo bajo mis labios es agradable, mejor aún a como la imaginaba cada vez que soñaba incluso despierto con hacer esto algún día.

Se que está mal, que nos arrepentiremos los dos de esto, pero tampoco él se detiene, quitándome mi camiseta, dejándola caer al igual que la suya.

Volviendo a besar nuestros labios, de forma algo apresurada, nuestros pantalones desaparecen, sintiéndome irresponsable, incomodo, incapaz de dejar sus labios, de separarme de su cuerpo que ahora siento piel con piel bajo el mio. Sus manos recorriendo mi espalda crean una sensación en mi que solo puedo continuar, quitándome la única prenda que queda en mi cuerpo, tirando de la suya propia, siendo detenido de pronto por Yeosang.

Esto no está bien pero no quiero que pares —le miro a los ojos —¿qué pasará después Seonghwa?

No lo se.. se que no está bien porque tu tienes novio, yo también y..

¿Aún me quieres?

Mirándole a los ojos pienso en que debería negar, detenerme ahora antes de que sea tarde. En lugar de ello solo puedo besarle, siendo correspondido de forma inmediata.

Su cuerpo tenso ahora bajo el mio recibe el dedo que lentamente me he atrevido a deslizar en ese punto exacto, siendo sus músculos internos los que lo aprietan, al igual que uno segundo que me atrevo a introducir, escuchando el gemido que escapa de entre sus labios, siendo un gruñido cuando los saco no mucho después, sustituyéndolo por mi miembro, el cual rápidamente es atrapado por su estrechez, temiendo hacerle daño incluso cuando estamos unidos por completo.

¿Estás bien? —me atrevo a preguntar —¿t..te he hecho daño?

Viendo como niega, rompiendo la poca distancia que queda entre los dos, nuestros labios vuelven a quedar unidos. Sus piernas apretando mis caderas me invitan a moverme, haciéndolo sin perder el tiempo.

Con cada movimiento, saliendo y entrando en su estrecha cavidad, puedo sentir más calor, como me aprieta, gimiendo casi a su par, tragándome en mi boca sus propios gemidos. Uniendo mis manos a las suyas sobre nuestras cabezas aumento la velocidad de los movimientos de mi cuerpo sobre el suyo, entrando en un momento dado más profundo, arqueándose su espalda de forma inmediata.

Cubiertos de una fina capa de sudor no puedo detenerme, sintiendo una sensación de presión en la parte baja de mi estomago, señal de lo que minutos después pasa, notando la humedad entre nuestros cuerpos, llegando casi al mismo tiempo al orgasmo, intenso, cayendo sobre su cuerpo, aún besándonos, agotado pero con miles de sensaciones invadiéndome.

Deslizándome fuera de su cuerpo, entre sus piernas, me dejo caer a su lado, abrazándome con los ojos cerrados a su almohada.

Seonghwa —gruño a modo de respuesta.

— Seonghwa —de nuevo me llama —¿me estás escuchando siquiera?

Mirándole a los ojos siento todo mi ser arder por la vergüenza, más por esos pensamientos que he tenido tan inapropiados.

— Lo siento..

— No te preocupes amigo —sonrío levemente —te preguntaba si luego me acompañarías a comprar lo que necesito para el precioso cachorro que me has regalado. Es tan adorable que he decidido llamarle Seong.

— ¿Su nombre es el inicio del mio? —asiente —puedes ponerle uno mucho mejor si lo prefieres.

Viéndole negar se que no le cambiará el nombre al cachorro, el cual de nuevo está en brazos de Yeosang, quien sale de la cocina en el momento en que escuchamos el timbre sonar.

Su casa no tarda en llenarse de sus familiares, de los que Yeosang ha invitado, siendo saludado por sus padres, quienes me pillan nada más salgo de la cocina.

En cuestión de minutos todos, los doce que somos en total, nos encontramos en el salón, siendo como ya me imaginé algo sencillo, más familiar, no comprendiendo en un principio que pinto yo aquí si todos son de su familia.

Bebiendo de mi vaso escucho justo a su madre, quien deja su copa dispuesta a compartir algo con todos los que estamos presentes.

— Hijo —ambos miramos a la mujer —¿finalmente nos contarás que tú y tu mejor amigo, quien ha tenido el bonito detalle de regalarte a esta preciosidad de perrito sois novios?

Tragando con dificultad el líquido en mi boca no puedo sentir más vergüenza, queriendo ahora mismo que la tierra me trague.

— No somos novios mama —miro a Yeosang, viendo que también me mira —aunque sinceramente no me importaría que lo fuésemos.

Mirándole aún, viendo tan tranquilo a mi mejor amigo y teniendo claro que no estoy soñando despierto de nuevo, intento encontrar la verdad en cuanto ha dicho, una señal de que solo está fingiendo delante de su familia, rondando por mi cabeza ahora mismo una única pregunta.

¿A que juegas Yeosang?

FriendzoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora