11. Encuentro

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Yeosang

Prácticamente me he pasado el sábado solo, más desde que Hun ha salido sin decirme a donde iba, razón de su marcha que hayamos discutido después de atreverme a contarle que besé a Seonghwa, a quien seguramente he perdido para siempre.

Hoy ya es domingo y después de salir de la cama, de donde no quería salir por supuesto, de darme una ducha, de vestirme y sin parar a desayunar he salido de casa, no teniendo en mente ningún lugar exacto al que ir, tan solo caminando, dando pasos ciegos, resignándome a no mirar más mi móvil, a esa pequeña esperanza de recibir algo por su parte.

Siguiendo mi camino, a paso lento, sintiéndome ciertamente cansado incluso para caminar, miro en todas las direcciones, aún con todas ideas pasando por mi cabeza, pensando en si debería dar la cara hoy mismo, buscarle, hablarle, no borrando esa idea en ningún momento, ni cuando paro en una cafetería donde me llevo un café que poco a poco voy tomándolo.

Paso a paso me alejo incluso de mi zona de confort, de los lugares cuanto conozco, de mi casa, sintiendo una pesada sensación nuevamente en mi interior, alzando la vista del suelo, viendo hasta donde me han traído mis propios pies, tensándome por un momento al recordar ese beso que le di a Seonghwa, siendo rechazado por su parte, incluso perdiendo a mi novio por ser sincero con él.

Tomando lo poco de café que me queda en el vaso, tirándolo en una papelera que veo por el camino, paro frente a la puerta que no he cruzado tantas veces en realidad. Respirando profundamente, armándome del valor que se ha esfumado de mi por completo quedando solo una pizca, llamo, esperando incluso cuando escucho pasos lo que me parece una eternidad, encontrándome frente a mi con el que es novio de Seonghwa.

— Hola soy..

— Se quien eres —le miro a los ojos, viéndole cruzarse de brazos —¿qué quieres Yeosang? Seonghwa no está disponible para ti ¿sabes? Has venido a verle pero ¿sabes qué? Yo soy su novio, yo le cuido y le quiero como se merece, no como tu que solo sabes jugar con sus sentimientos. Asume que él está dejando de quererte y está haciendo su vida con alguien que si le hace feliz. Largate.

Sintiendo mis ojos humedecerse niego despacio, cabizbajo, no escuchándose a penas mi voz cuando le pido que me deje pasar, ver a mi mejor amigo, recibiendo como única respuesta un portazo, marchándome de la misma forma que estoy ahora, cabizbajo, limpiándome las lágrimas que caen por mis ojos, ignorando a todo el que pasa a mi alrededor, murmurando lo patético que me veo llorando en medio de la calle, sintiéndome unicamente seguro cuando llego a casa, refugiándome en mi cama, bajo las sábanas y mantas sin importarme el calor que hace, durmiéndome entre lágrimas, sintiendo la pesadez en mi corazón, teniendo razón él porque le hice daño.

— Le he roto el corazón y ahora me merezco ser rechazado —gruño, durmiéndome por completo.


No se si se debe a las horas que he pasado durmiendo, a todas las lágrimas que he derramado, pero el mareo que siento de pronto, lo mal que me encuentro emocionalmente no sabría explicarlo más que justificando lo mal que he tratado a Seonghwa, el rechazo que estoy sintiendo por su parte incluso en lo que respecta a nuestra amistad, llegando incluso a ser su novio quien me aleje.

Mirando mi móvil, aún acostado en mi cama, miro su número, pensando en llamarle o no llamarle, en si será él quien me responda si es que lo hace. Con el pulso algo tembloroso me decido por llamarle, presionando ese puntito verde de la pantalla que corresponde a esa opción, esperando tono a tono por su respuesta.

— Yeosang ¿q..qué quieres? —un suspiro de alivio escapa de entre mis labios.

— ¿Estás con tu novio? He ido antes a tu casa pero no me ha dejado ni verte.. lo entiendo porque no te merezco ni como amigo después de lo mal que te trato —cubro mi rostro con mi mano libre —no importa, colgaré.

— ¡No espera! —su tono de voz alto me hace tensarme —no estoy con Yunho ahora y aunque no me lo hayas dicho directamente, si quiero quedar contigo. Iré a tu casa si te parece bien.

Acepto sin pensar ni dudar que venga a mi casa, quedando para dentro de una hora, lo cual es tiempo suficiente para darme una ducha, que es justamente para lo que me estoy quitando la ropa dejándola caer donde sea, entrando bajo el agua templada, duchándome lo más rápido posible, saliendo a los pocos minutos, secándome de camino al armario que ahora tengo abierto de par en par, pensando en que ropa ponerme, decidiéndome por un pantalón en un tono crudo y la camiseta que un día solo porque sí me regaló Seonghwa.

Viendo la hora después de vestirme, teniendo aún el tiempo suficiente, me dispongo a recoger toda la ropa que he dejado en el suelo, entrando no mucho después en la cocina donde cojo la escoba y el recogedor, limpiando lo mejor posible cada rincón de mi casa, aunque esta ya esté limpia, asegurándome cuando a penas queda un minuto que todo está perfecto, sobresaltándome al escuchar el timbre.

— Tranquilizate Yeosang —coloco bien mi ropa —es tu mejor amigo.

Respirando lo más profundo posible hasta calmarme agarro la manilla de la puerta y abro la puerta, mostrando mi mejor sonrisa, abrazando a mi mejor amigo, siendo correspondido, siendo quizá el encuentro algo tenso pero en mi opinión necesario, porque no quiero perderle.

— ¿Vas a dejarme pasar o nos quedamos todo el día así?

Soltándole despacio asiento, cerrando la puerta. Siguiéndole hasta la sala, entrando tras él, me doy cuenta cuando se sienta de la hinchazón que tiene de forma notable en su cara, más en su nariz exactamente, preocupándome demasiado por ello, tomando con cuidado con mi mano su rostro, haciendo que me mire.

— ¿Qué te ha pasado?

— No te preocupes por eso ahora —su mano baja la mia —¿para que me has llamado exactamente Yeo?

Mirando su mano aún sobre la mia, dándome cuenta que no tiene intención alguna de soltarla, vuelvo a mirar sus ojos, intentando no fijar mi atención en la parte que claramente ha recibido un golpe.

— Quería pedirte perdón por haberte besado.. y jugado con tus sentimientos de esa forma —bajo mi mirada a mi regazo —tu novio tiene razón con no acercarme a ti. Solo te hago daño por querer conservar nuestra amistad. Entenderé si quieres que no seamos más amigos.

Con su mano en mi barbilla me hace mirarle, viéndole como niega, como lentamente se acerca hasta quedar a nada su cara de la mia, sintiendo su respiración, su aliento chocar contra mis labios.

— No voy a acabar con nuestra amistad aunque me gustaría ser más que tu amigo Yeo —sus labios rozan los míos —tu tienes a tu novio y yo al mio pero tu eres mi mejor amigo y eso no puede cambiar porque tu decisión sea mantenerme como tu amigo.

Sus labios aún rozando los míos, mis ojos humedeciéndose, una presión alojándose en mi interior, solo me incitan a saltarme mis propias normas, a besarle que es lo que ahora mismo hago, no siendo apartado esta vez sino correspondido, con su cuerpo sobre el mio, siendo una tímida unión la de nuestros labios.

Acariciando los suyos con mi lengua, intentando un acceso a su boca, a sentir la suya propia, la unión de nuestros labios es rota, viendo en todo momento como Seonghwa aún sobre mi coge su móvil, respondiendo a la llamada que está más que clara es hecha por su novio, ese a quien tanto quiere aún habiéndome correspondido al beso, sabiéndolo perfectamente por como le llama amor, cariño, no deja de repetir que le quiere, sintiendo un vacio y un nudo en mi interior, apartándole, corriendo a mi habitación, encerrándome en ella, teniendo claro ahora que no debí ni llamarle, ni quedar con Seonghwa y mucho menos besarle o permitir que me correspondiese.

Este encuentro no ha sido más que una mala idea, un completo desastre.

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