Yeosang
Desde que me fui anticipadamente no he salido apenas de casa.
Hoy tengo pensado hacerlo pero no para ir a un lugar cercano sino para marcharme por un tiempo, lejos y tener el tiempo suficiente para pensar sin sentir ansiedad sobre lo que ocurrió entre Seonghwa y yo.
En los nueve días que han pasado desde aquel en concreto he rechazado todas las llamadas provenientes de la academia, no importándome ahora mismo cuanto me pierda por no asistir. Con respecto a mi alimentación agradezco tener lo suficiente como para no ir a la compra, lo cual podría suponer encontrarme con Seonghwa y no sabría que decirle.
Cada día leo sus mensajes, los recibidos hasta ahora desde entonces, y no puedo más que sentirme mal conmigo mismo por lo mal que le traté, siendo yo quien ha acabado perdidamente enamorado de Park Seonghwa, quien además de tener novio se va a casar con él.
Cerrando la aplicación, dejando el móvil a un lado, miro mi maleta a medio hacer, el armario casi vacio, guardando las últimas prendas dobladas de forma que todo quede bien, sin peligro de que se abra a mitad de camino, cerrándola cuando la última de mis prendas está con las demás, dejándome caer con un suspiro de rodillas, cerrando los ojos, gruñendo lo imbécil que puedo llegar a ser.
— No puedo seguir pensando en si hago bien o debo ir y suplicarle —gruño una vez más, poniéndome en pie —se va a casar con alguien a quien ya le está correspondiendo a pesar de habernos acostado hace poco más de una semana. Seria un egoísta si le quitase esa felicidad y eso que ahora le está haciendo bien.
Aunque quizá no sea el camino correcto que deba tomar Seonghwa..
Bajando mi maleta al suelo, dejándola por un momento ahí, reviso una vez más mi móvil, quitando directamente la notificación que Seonghwa ha hecho, sin fijarme de que se trata, saliendo ya si de mi habitación, de casa, subiendo directamente al taxi que me llevará a mi destino en mente.
— Parece un poco decaído señor.
Mirando hacia el frente, al taxista, vuelvo a mantenerme cabizbajo, deteniendo esta vez mi atención en mi móvil, limpiándome las pequeñas lágrimas bajo mis ojos, abriendo el mensaje que de hace unos minutos me ha llegado por parte de Seonghwa.
Seonghwa: Un día más estoy insistiendo para hablar contigo y estoy seguro que no me responderás como has hecho con todos los mensajes que me has dejado en visto. Tenemos que hablar y tiene que ser hoy.
Lo leo varias veces más, tantas cuenta de que el taxista se ha detenido de pronto frente al enorme arco que hace su vez de acceso a la estación de tren. Pagando por el viaje bajo del taxi, cogiendo a Seong y mi maleta, sentándome frente a las vías donde se detendrá el tren que tengo que tomar.
Aún metido en la conversación de Seonghwa, pensando en si dejar este mensaje también en visto o pasar página y bloquearle, me decido por escribir un mensaje directo, uno en el que le expreso cuanto está aconteciendo ahora mismo, enviándolo en cuanto está completo, guardando ya sin intención de sacarlo de mi bolsillo, entrando en uno de los vagones, manteniendo a Seong en mi regazo y mi maleta frente a mi.
En un principio, en todos los días que he permanecido oculto de todos, en casa, tenia la idea de marcharme aunque no supiese bien a donde. Tomar este tren a una nueva vida, lejos de Seonghwa, de todo cuanto me recuerde a él, creo que es la mejor decisión y más porque le dejaré ser feliz con su futuro marido, con quien sin duda tendrá una buena vida, una mejor de la que yo podría darle.
Con mi maleta en una mano y mi perro en la otra miro la pequeña casa donde voy a vivir, entrando de una vez en la vivienda.
No es muy grande porque tan solo cuenta con una habitación, una sala bastante acogedora, el cuarto de baño y la cocina que tiene el espacio suficiente para una persona, a lo sumo dos. En mi caso soy solo yo y Seong, quien ya se pasea por la vivienda olfateando, conociendo su nuevo hogar que además cuenta con un pequeño balcón desde el que se ven unas vistas increíbles y la forma en la que el sol empieza a esconderse.
Entrando en mi habitación puedo ver que ya se encuentran aquí los muebles que pedí que trajesen, una cama que compre especialmente para esta casa y una mesita de noche que están en su lugar correspondiente, ganándose rápidamente mi aprobación.
Sentándome en la cama, ocultando mi cara por un momento entre mis manos me dejo caer hacia atrás, sintiendo de pronto la vibración proveniente de mi bolsillo.
Sacándolo puedo ver el nombre de Seonghwa en la pantalla.
Decido colgar y dejarlo sobre la cama, poniéndome en pie no mucho después, yendo al cuarto de baño donde me desnudo, no sin antes comprobar que el agua sale caliente, regulándola para no abrasar mi piel ahora que estoy bajo el agua, cerrando los ojos, relajándome.
El baño me ha sentado de maravilla, eliminando toda la tensión acumulada en mi ser. Después de eso he bajado a comprar en una tienda cercana comida para mi y para Seong, llenando los armarios con la necesaria para un par de semanas. La cena también ha transcurrido tranquila, tomándola en lugar de en la cocina en el pequeño balcón que va desde el salón, viendo las estrellas, agradecido por la paz que este lugar me ofrece.
— Deberíamos ir a dormir Seong —miro al perrito acostado a mi lado —muchas cosas han pasado hoy y el viaje ha sido largo. Estoy agotado.
Poniéndome en pie, sintiendo el frio bajo mis pies, me estiro, dispuesto a entrar en casa, de acostarme ya y dormir hasta la hora que sea, sin preocupaciones, deteniéndome en esa intención que ya casi estoy dispuesto a cumplir, con una pierna sobre el colchón, girándome hacia la puerta, escuchando una vez más como llaman a esta.
Dejando a Seong sobre mi cama me acerco con cautela, descalzo, de puntillas, mirando sin abrir la puerta de quien se trata.
— Que raro —murmuro para mi mismo.
Volviendo a mirar puedo ver que en efecto al otro lado no hay nadie. Con cuidado, manteniéndome alerta, abro la puerta, asomándome con el mismo cuidado, mirando así en todas las direcciones.
— Seguro que es el cansancio —cierro la puerta con llave.
Volviendo a la habitación ya si que no me muevo, metiéndome bajo las calentitas mantas, durmiéndome casi al instante.
Removiéndome bajo las mantas, ignorando los gruñidos de Seong y la protesta de mi estomago, intento dormir un poco mas, incapaz de ello por lo molesto que es que llamen a tu timbre sin parar.
Apartando las mantas sin cuidado alguno, sintiendo el frio de la mañana aunque no se bien que hora es, me acerco a la puerta, abriendo después de quitar el seguro de la misma, dispuesto a dejar claro que como se trate de otra broma de mal gusto como la de anoche llamaré a la policía, perdiendo todos esos pensamientos en cuanto me abro al culpable de mi enfado y mi despertar justo frente a mi.
ESTÁS LEYENDO
Friendzone
FanfictionSeonghwa está enamorado. Yeosang confia en esa amistad. *Historia dedicada especialmente a @vmpattny *Portada de @vmpattny *Prohibidas copias y adaptaciones*