Capítulo 38

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Narra Tzuyu

Entre a la casa esperando que Kyulkyung ya se hubiera marchado, una parte de mí anhelaba que así fuera, pero la otra sabía que necesitaba a alguien de confianza, alguien a quien pudiera llamar familia de verdad y aunque Kyulkyung no era el mejor ejemplo ni la figura a seguir que necesitó cuando pequeña era lo que había y realmente quería que esto funcionara de verdad.

-Buenas noches señorita – me saludo una de las sirvientas.

- ¿Por qué sigue despierta tan tarde? – pregunté cerrando la puerta.

-Bueno, no sabía si la señorita Kyulkyung se quedaría así que decidí esperar por usted – sonreí.

-Vaya a descansar, yo cerrare la casa no se preocupe – ella me sonrió y caminó hasta su habitación. No teníamos muchas sirvientas que trabajaran puertas adentro, pero ella era un caso especial. Su marido había fallecido hace algunos meses y no tenía donde quedarse, el único hijo que tiene lo cuida el gobierno y está juntando dinero para demostrar que si puede hacerse cargo de su hijo. Lo va a ver todas las semanas, no hay un día que no vaya.

-Vaya, llegaste – miré hacía la puerta del living y ahí estaba ella, con una botella de wisky en mano y con un olor repugnante a marihuana.

-Creí que ibas a ir a tu casa.

-Bueno, soy algo persistente – bebió de la botella.

- ¿No crees que ya es suficiente? – me acerqué a ella.

-Uhhh que es esto, mi hermana pequeña dándome órdenes.

-No, es solo que esta es mi casa Kyulkyung y por lo visto no estás solo borracha.

-Si me preguntas si llame para que me vinieran a dejar estas cosas – sacó tres cigarrillos que claramente era marihuana – estas demente, nunca te haría eso – nos quedamos mirando – no a ti. Son míos.

-Oh – fue lo único que dije, caminé hasta la cocina y ella me siguió.

-Dentro de la nevera esta la cena – paré en seco.

- ¿Cocinaste?

-Querida hermanita – se sentó en un sofá a metros de distancia de mí – créeme que cuando vives sola desde muy joven tienes que aprender a sobrevivir de alguna forma u otra – esas palabras hicieron que se me formara un nudo en la garganta – no, basta. No coloques esa cara.

- ¿Qué cara?

-Esa cara de pena que todo el mundo coloca cuando cuento mi historia.

-A mí no me tienes que contar ni una historia – dije mirándola – yo conozco tu historia – ella solo me miró – gracias por hacer la cena vengo con algo de hambre.

-Oh como no ¿Cómo lo pasaste con tu chica? – solo la miré - ¿Por eso vienes con hambre verdad? – moví la cabeza de un lado a otro – oh vamos Tzuyu, el que sea heterosexual no quiere decir que no me guste escuchar historias sexuales diferentes a las mías aparte, porque lo que he escuchado eres muy buena amante en la cama, de seguro la dejas loca...

- ¡BASTA! – grité – ¿Qué quieres Kyulkyung? No apareces desde que falleció mi madre y ahora apareces como si nada.

-Yo...

-Tu nada – respondí con rabia - ¿Te preguntaste si alguna vez te necesite después de lo que paso? – ella no dijo nada y lentamente fue bajando la botella hasta dejarla sobre la mesa que estaba frente a ella - ¿Te preguntaste si mi padre me golpeaba de la misma forma que lo hacía con nuestras madres? ¿Te preguntaste si alguna vez necesite que alguien me salvara? Se que no somos hermanas al cien por ciento, pero lamentablemente dentro de mí corre parte de tu sangre y Dios.... – las primeras lágrimas comenzaron a caer – te necesite sabes, te necesite mucho

Sessions Of Love (Satzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora