Capítulo 4. El celo.

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Narrador:

El príncipe era preparado junto a algunas de sus cosas para salir del Castillo e ir al pueblo con Kanon, por su parte Kanon ya tenía todo listo y sólo era cuestión de esperar a Shun.

Kanon. —Habló el rey Aioria.

¿Que sucede rey?

Quiero que cuides demasiado a mi pequeño hijo, no dejes que se aleje de ti ni que esté solo, tampoco quiero que lleguen tarde.

Cómo diga rey, cuidaré bien del príncipe y lo traeré a tiempo.

Ya estoy listo Kanon! —Dijo emocionado el príncipe, tomó la mano de Kanon y se despidió de sus padres para después salir.

Tengan cuidado! —Dijo Shaka.

Y vuelvan pronto! —Gritó Aioria.

Ambos se despidieron con la mano y subieron al carruaje, el pueblo al que Shun había sido invitado estaba un poco más lejos pero aún así le pertenecía a Francia.

El camino fue un poco callado, faltaban unos pocos minutos para llegar cuando Kanon habló.

Príncipe Shun... Hay algo que tengo que decirle y sino lo hago ahora, no tendré otra oportunidad de hacerlo...

Que coincidencia, yo pensaba hacer lo mismo Kanon, pero habla tú primero.

De acuerdo aquí voy... —Suspiró y tomó las manos del príncipe. —Bueno príncipe Shun... Es probable que ya lo sepa o siquiera lo sospeche pero, yo quiero decirle que estoy enamorado de usted.

K-Kanon... Shun se sorprendió pero también sabía lo que sentía, una sonrisa se le dibujó en aquel dulce rostro. —Yo también estoy enamorado de ti... No puedo evitarlo, eres un hombre muy bueno, eres todo lo que cualquiera pudiera desear...

Pero... Yo no tengo nada que ofrecerle príncipe. —Dijo Kanon con cierta tristeza.

Con que me Ames tanto cómo yo a ti... Es suficiente.

Sorprendido por lo que dijo levantó la vista, ambos se miraron a los ojos, en ese momento los labios de Kanon atacaron a los del menor, Shun sin siquiera pensarlo correspondió su beso.

Llegaron al lugar finalmente, Kanon tomó la mano de su amado príncipe y lo llevó hasta donde la gente del pueblo se encontraba pues al saber de la visita del príncipe realizaron una gran celebración en su nombre.

El cielo estaba pintado de colores, por un lado azul y por el otro gris, una gran tormenta se aproximaba pero eso no fue motivo para cancelar la celebración y mucho menos la visita que Shun ya había prometido que haría días antes.

Una vez ahí, Shun caminó de la mano de Kanon, de su más fiel sirviente, Saga también se encontraba ahí custodiando al príncipe y también vigilando a los espías del rey Aioria.

Los demás niños del pueblo,en su mayoría de la edad del pequeño príncipe, se dispusieron a jugar con él, aunque había algo muy extraño en Shun en ese momento,un olor muy dulce salía a pequeñas cantidades, nadie lo notaba todavía y eso era lo mejor, Shun estaba entrando en celo sin darse cuenta aún.

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