Capítulo 31

24 2 0
                                    

Corrí en dirección a mi casa con mucho miedo y preocupación, pero cuando casi cruzo la primer esquina, Miranda me alcanzó y me tomó del brazo.

Miranda: Daniel ¿Qué pasó?

- Nada, Miri... Tengo que irme

Miranda: Por favor, no sólo huyas como la última vez. Puedes decirme, no estás solo

- Es que no sé qué ocurre. Pero, si quieres, podemos averiguarlo juntos.
De hecho, estaría increíble que me acompañes, tengo mucho miedo

Comenzamos a caminar rápido los dos juntos mientras le explicaba la situación a Miranda.

- Mi madre me prohibió salir de casa y estar con ustedes... O cualquier otra persona.

Miranda: ¿Y qué te dijo ahorita?

- Que me están buscando unos señores en mi casa

Miranda: ¿Por qué..? ¿O para qué?

- No lo sé, Miranda... Es lo que estamos a punto de averiguar.

Miranda: ¿Crees que sea algo malo?

-  No tengo idea, pero tengo mucho miedo porque nunca me han buscado así... Espero que no sea algo malo... Ya no aguanto tantas cosas que me están pasando.

Llegamos a mi casa, pero no había nadie en la puerta. Abrí y me fijé en el interior, pero no había nadie en la sala, así que salí de nuevo con Miranda.

Miranda: ¿Y bien..?

- No hay nadie

Miranda: Que extraño... Igual nos tardamos quizá se fueron

- ¿Quiénes serán y qué querrán de mí..? Tengo miedo, Miranda, no sé qué debo hacer ahora.

Miranda: ¿Y si esperamos aquí afuera por si vuelven?

- Sí... Creo que es buena idea.

Así que, esperamos. Pasaron los minutos, ya se empezaba a ocultar el sol; yo estaba bastante nervioso, asustado, desesperado e intrigado.
Estaba dando vueltas caminando y cada cinco segundos me asomaba a la calle a ver si venían señores sospechosos o que pudieran ser quienes se refería mi madre.

- Miranda, ya me desesperé, tal vez no vengan más. Tengo mucho miedo

Miranda: Tranquilo, todo va a estar bien

Entonces, doblaron la esquina un señor de traje, una señora vestida semiformalmente y otra señora robusta vestida con shorts y polera.

Miranda y yo intercambiamos miradas de preocupación y rápidamente llamé la atención del señor.

- ¿¡Hola..!? Eh... Buenas tardes

Todos voltearon a verme al momento.

- Escuché que me buscaban, soy Daniel y...

Al saber que se trataba de mí, me ignoraron y continuaron su camino a mi casa. Tocaron muy enojados y supe que tenía que saber que pasaba.
Miranda me tocó el hombro y se quitó su pulsera.
Me la puso a mí.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
INVIERNO DE SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora