Me encontraba corriendo en dirección a mi hogar. La noche ya había caído sobre la ciudad, esquive a todo adulto e ignore a todos los héroes que estaban patrullando las calles, después de todo debía cumplir una promesa.Aún me sentía mal por dentro, quería llorar, me sentía frustrado y triste por todo lo que había pasado, pero este no era el momento para esto, si dudaba así fuese un segundo, no podría completar esta tarea que mi madre me había otorgado antes de morir.
Aunque los transeúntes me veían de forma sospechosa por mi actitud, logré llegar al bloque de apartamentos que llamaba hogar.
Entre al edificio y subí las escaleras para encontrarme con la puerta de nuestro apartamento. Cuando tomé el picaporte para abrirla no pude evitar congelarme por un segundo, sabía que ahora iba a entrar solo a un lugar al que se supone que debíamos volver juntos.
Nada podía lograr allí de pie así que reuní mi coraje y entre. Todo estaba como lo habíamos dejado, los adornos que mi mama había comprado para mi cumpleaños aún estaban en la sala. En la mesa del comedor había una bolsa con ingredientes, eran para preparar katsudon.
—Incluso en sus últimos momentos, se disculpó por no haber cumplido esa promesa, maldición... –, Dije esas palabras, me maldecía a mí mismo, solté una lagrima, sabía que este no era el momento para llorar, pero no pude evitarlo, sin ella como guía me sentía destrozado, de verdad no sabía qué hacer.
—El maletín, debo encontrarlo... –, Abrí la puerta de su habitación para buscar respuestas de la persona que se supone que me iba a ayudar.
Era la habitación de mamá, no me atreví a encender la luz, estaba seguro que si la encendía podría ser capaz de ver sus pertenencias y me sentiría más deprimido.
Busqué en el closet, aunque me tomó unos minutos debido a la obscuridad de la habitación, pude encontrar algo que parecía ser un maletín entre las cajas de zapatos de mi mamá. Salí de la habitación y fui hacia la sala de estar, para ponerlo sobre la mesa de café. El ambiente de la sala me ponía mal debido a todos los adornos para cumpleaños que había alrededor. Con todo lo que sentía en ese momento no pude evitar sentir náuseas, pero no tenía tiempo para eso, debía encontrar respuestas.
Observe el maletín sobre la mesa, tenía un diseño extraño, no se parecía a los maletines modernos, de hecho se notaba que tenía muchos años de uso. Tenía unas iniciales grabadas en forma de una placa plateada algo oxidada. “M.H.”, esas eran, las conocía muy bien, eran las iniciales de mi difunto padre.
Aunque sabía el nombre de mi padre no lo recuerdo muy bien, solo sé que cuando era muy pequeño, él se fue y nos abandonó a mamá y a mí. Cuando preguntaba por él, ella solía evadir el tema e incluso se ponía incomoda, debido a eso no volví a preguntar por él. De igual manera él estaba muerto para mí, nos había abandonado y eso era algo que nunca le iba a perdonar.
—¿Hmm?, no puedo abrirlo, que raro... –, Tenía una especie de cerradura que impedía que lo abriera.
—¿Cerradura?, ¡cierto, la llave! –, Había recordado las palabras de mamá al darme el dije. Si es como ella dijo debía haber una llave en su interior. No perdí el tiempo y lo saqué del bolsillo de mi pantalón.
Era un dije dorado, de forma circular, se podría confundir fácilmente con un reloj de bolsillo, estaba un poco manchado de rojo... No pensé en la palabra para evitar malos momentos. También tenía algunos grabados hermosos y el entre ellos había unas iniciales. “M.F.”, no las conocía, pero supuse que significaba Familia Midoriya. Lo abrí para encontrarme con una sorpresa, la llave estaba allí pero no era lo que me llamaba la atención, la foto de una mujer de cabello verde y un hombre de cabello negro rizado y pecas en su rostro abrazando a un bebé me impacto. Eran mi madre y mi padre, el bebé probablemente era yo.
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Boku no Hero Academia: El Quirk Maldito (VERSIÓN DESESTIMADA)
AcciónMidoriya Izuku tiene 5 años, al ser diagnosticado sin Quirk, la Sociedad lo marginó, creando una gran oscuridad dentro de él. Lo que no sabían era que su Quirk aún no había despertado y si este lo hacía, sería la perdición de la humanidad... Niño M...