Cap. 9 "Espartano", Parte I

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Había pasado una semana desde que el joven Midoriya Izuku y la mujer Nishimura Reiko se habían establecido en un bunker en una localización desconocida. Mientras Reiko comenzaba a entrenar a Izuku los agentes de policía a cargo de investigar la masacre del parque de Kanto no tenían ninguna pista del paradero del joven.

*Comisaría de policía principal de Tokyo*

-¡Nada!, no tenemos nada... Han pasado 10 días desde el incidente del parque y aún no tenemos ninguna pista del Villano que cometió tal masacre-, el Comisario jefe de la estación de policía le hablaba indignado a su subordinado.

-Señor, hacemos todo lo posible, aún quedan pistas por encontrar...-, el subordinado intento apelar a la situación.

El Comisario vio al detective con una mirada filosa y amenazante. -Tsukauchi, no tenemos nada, no hay ninguna pista ni evidencia que nos lleve al culpable, el gobierno cada vez ejerce más presión en nosotros para que encontremos y encarcelemos a ese Villano-, el Jefe habló mientras observaba a Tsukauchi con decepción.

-Si me permite refutar señor, aún no hemos encontrado al hijo de una de las víctimas de ese incidente, si encontramos a Midoriya Izu...-, Tsukauchi trato de apelar pero fue interrumpido abruptamente por su superior.

El jefe de policía dio un gran golpe a su escritorio que provocó eco en toda la oficina. -¡SUFICIENTE!, ya basta con tu teoría del mocoso, no tienes base para ella, el niño era un Quirkless y eso es todo, no hay que darle más vueltas, este atentado lo provocó un Villano y ¡debemos encontrarlo cueste lo que cueste!-, el Comisario exclamó muy agitado y enojado debido a la situación de su investigación.

La forma abrupta en la cual terminó la conversación provocó un breve y al mismo tiempo muy tenso y incomodo silencio en la oficina del jefe hasta que este último decidió romperlo. -Ya es suficiente, no podemos quedarnos sin resultados por más tiempo. Tsukauchi, tienes una semana para encontrar alguna pista sobre el Villano que cometió esta masacre, si no consigues nada se te quitara este caso y se le entregará a alguien más competente que si de resultados-, el Comisairo jefe hablo con firmeza y seriedad a los ojos de Tsukauchi aumentando la tensión de este último.

-¿¡Qué!?, eso es imposible, ¡es muy poco tiempo!-, Tsukauchi hablo a su jefe tratando de cambiar su opinión.

El comisario solo se dirigió a la puerta de su oficina para abrirla y salir de ella no sin antes agregar. -El Gobierno nos está presionando y si no les damos resultados nos cortaran la cabeza, no tendrás más tiempo así que aprovecha el que tienes para encontrar algo-, esas fueron las últimas palabras del Jefe de la Comisaría de Tokyo solo para abandonar la oficina dejando solo al detective Tsukauchi en su interior.

Ahora solo se encontraba Tsukauchi Naomasa en el interior de la oficina, una oficina que ha admirado y a la vez ha odiado por mucho tiempo, sabía lo importante y difícil que era el trabajo del Comisario pero le molestaba que le obstruyeran de esa manera.
-Maldición...-, Tsukauchi mascullo esa palabra revelando su frustración por no avanzar en el caso, justo ahora lo que más quería eran respuestas pero no tenía donde encontrarlas. -¿Dónde estás Midoriya Izuku?-, el se hizo esa última pregunta antes de abandonar esa oficina para volver a su investigación, tenía que ponerse manos a la obra antes de que fuese demasiado tarde.

*En una calle de la ciudad de Tokyo*

Se podía observar a una pareja que consistía de una hermosa mujer adulta de cabello color amarillo ceniza de estilo puntiagudo y un joven de 10 años que presentaba las mismas características logrando fácilmente deducir que eran madre e hijo. Actualmente la mujer se encontraba repartiendo a los transeúntes una especie de cartel de papel a cada uno que pasaba frente a ella mientras que el joven sostenía otra gran parte de los carteles pero se mantenía al margen de los civiles que pasaban junto a él.

Boku no Hero Academia: El Quirk Maldito (VERSIÓN DESESTIMADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora