Una figura masculina abandono el vehículo y procedió a acercarse en dirección a la entrada del bunker.
Era un hombre físicamente alto, probablemente de 1,85cm y de una complexión media. No poseía casi músculos pero aún se notaba que tenía el mínimo porte de un hombre. Parecía algo mayor, esto se notaba debido a la multitud de canas que había mezcladas en su cabello el cual tenía naranja como color original. Quizás tenía entre 40 y 50 años. Su rostro también mostraba algo de vejez, ya que poseía muchas arrugas. Sus ojos eran de color verde oliva y bajo ellos se podían ver unas grandes ojeras, por último utilizaba un par de gafas cuya montura era rectangular.
El hombre vestía un atuendo típico de un científico, doctor o farmacéutico que consistía de una bata de laboratorio sobre su atuendo cotidiano. Bajo la bata llevaba una camisa negra y una corbata gris. En su parte inferior vestía un pantalon negros y unos zapatos de vestir marrones.
El hombre desconocido se acercó a la pareja que sólo se habia quedado observando su llegada en silencio. Cuando estaba a 3 metros de la mujer y el joven adolescente se detuvo, realizó una ligera reverencia y luego los miró con una sonrisa calidad y gentil para hablar.
—Hola Reiko, hace mucho que no te veía. ¿Cómo has estado?–, pregunto el hombre a la mujer pelivioleta.
Reiko solo respondió con una sonrisa propia. —Nose si no lo notaste pero vivo en medio de una selva, en un antiguo bunker que data de los tiempos de la segunda guerra mundial junto a un mocoso impertinente–, la mujer observó al peliverde con una expresión neutral al mismo tiempo que trataba de ocultar una leve risa que salía de su boca. —Estoy bien bien supongo–, dijo la mujer para finalizar.
El hombre miró de reojo la acción de la mujer al mirar a Izuku pero nuevamente se centro en ella. —Pero ¿cuantos años han pasado desde la última vez que nos vimos?, si mal no recuerdo fue en Moscow-, el hombre de pelo naranja canoso realizó una nueva pregunta.
Reiko entró en una pose pensativa mientras miraba al cielo. —Creo que fue hace 8 años, un año después de ese accidente...–, a medida que la pelivioleta decía esas palabras su tono se fue haciendo más tenue y su expresión cambiaba a una sombría ya que al parecer había sacado un tema delicado.
El hombre sólo entrecerro un poco los ojos en señal de inconformidad. —No te preocupes por eso, ya lo supere–, decía el hombre con una sonrisa forzada que denotaba una gran tristeza. Al parecer ese accidente de hace 9 años era un mal tema para tratar con el hombre.
Izuku que se encontraba siendo ignorado por los adultos se sentía incómodo así que decidió llamar su atención de alguna manera. —Cof-Cof–, el peliverde irrumpió en la conversación para tratar de atraer a los adultos. Esto funcionó ya que ambos voltearon a mirarlo.
—Vaya modales los míos, ni siquiera me he presentado, de verdad lo siento mucho por tal descortés acción–, decía el hombre con una expresión de arrepentimiento sincero. —Soy el Doctor Frederick Dawson, es un placer conocerte joven, si mal no me equivoco tu seras mi paciente a partir de hoy–, dijo el hombre mientras se acercaba a darle la mano al peliverde en señal de buena fe.
El peliverde sólo asintió en silencio y aceptó el apretón de manos sólo para encontrarse con una fuerza e intensidad que no creía que podía venir de una persona como la que tenía en frente. —Es un placer. ¿Paciente?, ¿a qué se refiere con eso?–, el peliverde preguntó con extrema duda. Aún desconocía de las intenciones del hombre que tenía en frente.
El hombre estaba a punto de responder al joven pero fueron interrumpidos por la pelivioleta justo antes de siquiera poder decir una palabra. —Hablemos en mi taller, así agilizaremos toda esta charla, además prepararé café–, dijo Reiko con serenidad mientras presionaba el botón de un control que recién sacaba de uno de sus bolsillos. El control era para apagar la alarma exterior que seguía sonando de fondo mientras hablaban.
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Boku no Hero Academia: El Quirk Maldito (VERSIÓN DESESTIMADA)
AçãoMidoriya Izuku tiene 5 años, al ser diagnosticado sin Quirk, la Sociedad lo marginó, creando una gran oscuridad dentro de él. Lo que no sabían era que su Quirk aún no había despertado y si este lo hacía, sería la perdición de la humanidad... Niño M...