Capítulo 22

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Era la hora de la salida y Pedro no había tenido tiempo de prácticamente nada. Ni de hablar con Lucas desde la mañana, apenas lo había saludado desde lejos. Lucas le había mencionado hacía unos días que quería que le prestara su cámara de video y él la llevaba ese día, pero no había tenido oportunidad de dársela.

En esos momentos sabía que Lucas se había quedado hablando con Viri o algo y él tenía ganas de sentarse en la sombra y tomar algo, así que fue hacia la cafetería de la escuela y se sentó por ahí, dejando a un lado su mochila. Recargó su frente contra la mesa, para descansar. Era finales de noviembre y aún a esas horas de la tarde hacía frío, además, su garganta estaba picando. Seguro se iba a enfermar.

Después de un rato de esperar, miró su reloj e hizo un gesto de contrariedad. Entonces se levantó y fue a pedir algo de tomar.

A esa hora la cafetería se llenaba por momentos y se vaciaba al siguiente segundo, así que cuando fue a pedir era uno de esos momentos en que no había gente.

— Una coca — le pidió al chico que estaba atendiendo.

— Claro — respondió éste, con una sonrisa y le trajo la lata inmediatamente, aprovechando al dársela para tocarle la mano como al descuido.

***

— ¿Te enteraste lo que andan diciendo? —preguntó de repente Viri, como saliendo de sí.

— Eh... ¿Exactamente qué de todas las cosas?

— Ay, Lucas, ¡qué poco alma de chisme!

— Las mujeres son chismosas...

— Qué pensamiento más cavernícola, Lucas. En fin, andan diciendo que el de la cafetería... el nuevo, el guapo... es así como... tú sabes....

***

Pedro se extraño, pero al momento siguiente vio en la muñeca del vendedor — un joven de unos veinte años a lo sumo — una pulsera de varios colores que reconoció como el símbolo de la comunidad gay. Sorprendido por su descubrimiento, porque nunca antes se había detenido a pensar que el chico de la cafetería era gay, Pedro tomó su bebida y regresó a su mesa.

Pero el rato que siguió esperando el vendedor no le quitó los ojos de encima y aunque al principio Pedro se había sentido incómodo por toda la gente que había alrededor, llegó un momento en el que incluso le hizo gracia y, por supuesto, le vinieron como anillo a su autoestima las insinuaciones del vendedor, que limpiaba una mesa cercana, sin quitarle los ojos de encima.

Finalmente y con todo descaro, el vendedor le guiñó un ojo y Pedro, con la vanidad por las nubes no pudo evitar sonreír y alzar una ceja, mientras jugaba con la lata entre sus manos.

***

— Viri, no me vengas con rodeos, o me lo decís o...

— Es gay, Lucas, es gay, pero bueno, me da cosita decírtelo así...

— No me molesta que digas esa palabra. Por cierto, no lo sabía —miró disimuladamente hacia la cafetería —. No está mal —agregó entonces, como sin querer.

— ¿Lucas? —Viri se tapó la boca sonriendo —. ¿Qué diría Pedro si te oyera?

— ¡Uy, sólo fue un comentario!

***

Pedro sabía que estaba dando pie a avances, porque cualquier chico que se preciara de ser heterosexual ya habría mandado al vendedorcillo por un tubo, pero él simplemente no podía pararse y fingir demencia heterosexual.

Además... miró de arriba para abajo al vendedor. No estaba nada mal. Es decir, tenía buen cuerpo y se adivinaba que...

Momento.

¿Así o más Gay? - Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora