En un abrir y cerrar de ojos estaba dentro de un Peugeot azul marino, mirando las calles a través de un vidrio polarizado. No decía nada, simplemente miraba hacia afuera con tristeza.
Chris portaba una sonrisa apenas perceptible en la oscuridad de la noche; miraba atentamente el camino que tenía delante, pero por momentos volteaba a mirar a Lucas. No le gustaba que tuviera esa mirada triste que arruinaba su momento de triunfo, pero suponía que tendría que soportar algunos inconvenientes, por muy poco que le agradaran.
— ¿Quieres ir a algún lugar...? — insinuó, intentando romper el hielo que Lucas había instaurado entre ambos desde que se había subido al auto y se habían saludado.
La respuesta más acertada hubiera sido "a mi casa", pero sinceramente no tenía ni la menor gracia quedarse en su casa pensando y comiéndose el cerebro. Además, no que fuese muy agradecido de su parte irse así de repente luego de que el muchacho se tomó el trabajo de ir por él.
— Me gustaría ir a tomar algo a un lugar tranquilo —suspiró, intentando parecer un poco más entusiasmado —. Pero no sé si haya algo por acá. En algunos lugares todo cierra muy temprano y ya son como las dos de la mañana...
— Podemos ir a mi casa... — tentó Chris — Está tranquilo porque no hay nadie y puedes beber lo que quieras...
— Podemos... —respondió Lucas —. Eh... ¿podemos? ¿Qué nadie está durmiendo en tu casa? —"oh sí, en una mansión de tres pisos seguro que oyen tus pasos cuando entras a las dos de la mañana a tu casa"
— La sirvienta, en su habitación — dijo Chris, sin mayor explicación de por qué no había nadie más en su casa —. Entonces a mi casa, será — confirmó, ampliando su sonrisa apenas un poco más y aceleró por las calles casi vacías a esa hora.
Ni bien aceptó la oferta, Chris dobló esa esquina y luego llegaron en minutos. Por un momento hasta pareció que lo hubiera tenido planeado todo desde el principio.
Llegaron al estacionamiento de la casa de Chris y dejaron el auto. Al lado estaba el primero que le había visto, un Citroen Gold. Desde luego, ninguno de esos autos los tenía cualquiera. Entraron en la casa, pero Chris ni siquiera prendió la luz ni se detuvo para invitarlo a sentarse. No que Lucas tuviera el mejor presentimiento sobre eso, pero que más daba, después de todo la única persona que a él le importaba lo había defraudado.
— Siéntete cómodo, por favor — repitió, como la primera vez que lo había llevado allí. La diferencia fue que en esta ocasión la frase fue susurrada prácticamente al oído de Lucas —. ¿Qué te gustaría... beber? — susurró después, procurando no olvidar que ese había sido el pretexto que los había llevado hasta ahí.
Estaban en un gran salón, un salón enorme. Este sí era más señorial que el resto de la casa, parecía como si de repente estuviesen en otro lugar, incluso en otro tiempo. Por todos lados donde mirases había estantes con objetos antiguos o bibliotecas con muchísimos libros. Las paredes estaban forradas de un tapiz oscuro, como en épocas antiguas. Las ventanas parecían clausuradas, ya que por afuera estaban tapadas, impidiendo que se supiera desde el exterior que ahí había ventanas, y por dentro cubiertas por unas rojas cortinas gruesas, con puntilla dorada. No había allí signos de modernización más que un reloj digital sobre el escritorio de algarrobo. Lucas probó uno de los sillones de terciopelo rojo. El respaldo era incluso más alto que su melena rubia.
— Wow —fue todo lo que dijo una vez que estuvo sentado. Se olvidó por un momento que Chris le estaba ofreciendo algo —. E...este lugar... Parece ser de otro planeta —rió totalmente alucinado —. Creo que me pasaría la vida acá si tuviese este lugar adentro de mi casa...
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¿Así o más Gay? - Primera Parte
Romance//ULTIMA ACTUALIZACION// (Diccionarios agregados en los primeros capítulos) Por un lado tenemos a un argentino histérico en un país que no conoce, llevado allí por la fuerza. Del otro lado, a un mexicano en tierra propia, pero con serios problemas e...