Capítulo 34

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— Lucas... — Pedro lo miró con tristeza y le dejó un beso rápido en los labios —. Espérame... por favor... voy a despedirme de Ángel y a traer tu camiseta y nos vamos, ¿sí? Y después hablamos... hablamos mucho, te cuento lo que tú me pidas —. Por un momento Lucas pareció entenderle, o él quiso verlo así, y se regresó a la casa a buscar a Ángel.

Por supuesto que Ángel llevaba rato observándolos y salió un rato después de que Pedro entrara. Se quedó de pie frente a Lucas, con el ceño fruncido.

Tardó unos minutos en darse cuenta quien estaba frente a él.

— Hola —saludó feliz pero totalmente adormilado —. Te estás perdiendo tu cumpleaños... yo no me pierdo nada, total nunca quise venir, jaja...

— ¿Entonces para qué viniste? — medio tartamudeó — Nomás para estar chingado... y puteando. Eres un... pinche maricón — lo señaló abiertamente, preso de su misma alcoholemia.

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Adentro, Pedro no encontró a Ángel, pero sí a Viri.

— ¿Puedes ir con él afuera? No quiero que vuelva a entrar... yo voy a ver dónde dejó su ropa — sacudió la cabeza —. Y a buscar a Ángel.

Viri asintió y empezó a despedirse de sus amigas.

— No tienes que irte tú también...

— Ya sé, pero quiero acompañar a Lucas a su casa también. Es medio mi culpa, yo lo vi tomando y...

— Déjalo. Si él tomó fue porque quiso...

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— ¿Estás celoso por tu amigo? —rió Lucas con algo de maldad.

—¿Celoso de tí, cabrón? ¡Ni en chiste! Sólo vengo porque estás chingando mi fiesta...

—¿Te arruiné la fiesta de 15? Perdón...—Lucas, menos lúcido que nunca, comenzó a enfrentar a Ángel. Lucas era sólo algunos centímetros más alto que él pero, con total seguridad, él era más hábil golpeando —. Yo le pongo onda a tu fiesta que... es... —la mente se le nubló unos segundos y luego sintonizó la antena otra vez y continuó —... una cagada...

— Tú le pones putería a mi fiesta. Eres una puta. Tú... pinche joto, tu puta madre no te debió haber parido...

(joto= puto)

— Eh, eh, con mi vieja no, loco... —empujó a Ángel unos centímetros, no tenía demasiado control de su cuerpo en ese momento.

— No me toques, me das asco — le regresó el empujón.

— ¿Yo?... —preguntó poniéndose una mano en el pecho conforme se tambaleaba hacia atrás, en una de las tantas veces que perdía el equilibrio —. Yo soy hermoso, pelotudo, ¿qué te pasa? —sacó pecho cual "machito argentino" —. Vos porque miráte la cara de infeliz que tenés, ¡estúpido! —se cayó hacia atrás y se agarró de la pared. Por alguna razón tenía ganas de putear, y aunque casi no oía lo que Ángel decía, sabía que no eran piropos precisamente. Además, Ángel era la única persona que tenía en frente en ese momento —. Y hablás de maricas vos... con tu cara de chupa pij... ah no, acá no dicen pija —hizo una pausa dramática —. ¡Verga! Cara de chupa verga...

Ahhhh ¡que bien se sentía devolverle los insultos a Ángel! Por todos sus meses de comentarios escolares.

(verga /AR, MX/= entiéndase por pene xD)

— ¡YO.NO.SOY.COMO.TÚ! — gritó — ¡Yo no soy como tú! Tú eres un joto maricón de mierda, tú... — antes de que se diera cuenta le había tirado el primer puñetazo.

¿Así o más Gay? - Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora