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- Has tenido un avance impresionante Kara. - Dijo Sergio, el cual veía la perfecta caligrafía de su estudiante - Ahora ¿Tienes algo especial que mostrarme?

- Si, profesor. - Dijo ella, acercándose al libro lleno de palabras escritas por ella. Había pasado noches seguidas practicando y finalmente esa noche lo había conseguido.

Las pequeñas yemas de sus dedos tocaron las páginas, Sergio observó expectante, las delicadas letras de tinta negra comenzaron a moverse en el papel, cómo miles de hormigas moviéndose en perfecta sincronía, convirtiéndose en extraños símbolos a ojos de alguien ignorante.

- Árabe, interesante... ¿Algo más? - Preguntó Sergio con una ceja en alto.

Las letras siguieron cambiando; español, francés, portugués, japonés... el mismo escrito en diferentes idiomas. El escrito volvió al idioma original y Kara apartó sus dedos de la hoja, sentía un profundo orgullo de sí misma.

- Buen trabajo. - Dijo Sergio, reclinándose en la silla de su escritorio, a ese paso si esa niña seguía avanzando, él estaba seguro de que ganaría.

- Profesor... - Comenzó a decir Kara, uno de sus dorados rizos se escapó de entre sus coletas, ella miró hacia el suelo.

- ¿Si?

- He mejorado... quiero... estaba pensando...


- Deja los balbuceos, habla con coherencia. - Exclamó Sergio.

- ¿Puedo salir al parque mañana? ¿Por mi buen rendimiento? - Kara puso las manos sobre su regazo y se arrepintió por la tonta pregunta que acababa de cuestionar, era evidente que el profesor lo negaría.

- Puedes. - Dijo Sergio asintiendo, después de todo, la niña lo había estado haciendo bien. - Pero nada de romper las reglas acordadas, puedes jugar cerca de comunes pero con discreción.

- ¡Gracias Profesor! - Exclamó Kara llena de alegría y sorpresa, se puso de pie de la silla, hizo una pequeña reverencia y con una sonrisa en el rostro miró a Sergio - ¿Puedo retirarme a mi habitación?

- Puedes. - Dijo Sergio haciendo un gesto con su mano, y luego puso los ojos en blanco, esperaba que una recompensa como esa no desviara a la niña del camino, pero después de pensarlo solo llegó a la conclusión de que era algo sano para la novicia.

Kara salió dando pequeños salticos por el corredor, tocó con sus manos el papel tapiz lleno de flores, estaba tan emocionada como para notar que todas cambiaron de color, pasaron del azul al rojo en un segundo y luego volvieron a la normalidad, mostrando esta vez un azul más radiante y vivo.

The Cirque Black Moon ⋆(Supercorp)⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora