The Cirque Black Moon ⋆(Supercorp)⋆

✨🌛Una entrada al infinito🌜✨

Has cruzado las rejas, de inmediato tus ojos se ven desorbitados, miles de carpas se extienden a lo largo de muchos caminos, personas entran a las carpas y niños corren leyendo los letreros de cada una de ellas, a cada lado de los caminos, puedes admirar pequeñas exhibiciones, malabaristas y contorsionistas hacen aplaudir a todo el mundo, una niña que parece un pretzel y un niño que hace malabares sobre un monociclo en una cuerda floja, te encuentras asombrado por las increíbles hazañas y no puedes evitar aplaudir, notas que los vestuarios de todos los circenses son blanco y negro, algunos completamente blancos y otros completamente negros, la energía que los envuelve es particular pero muy atractiva y no puedes dejar de mirarlos.

En una pequeña esquina, entre dos carpas, un chico se encarga de vender chocolate caliente, te colocas en la fila y unos minutos después pides el famoso “Late-sueña-exprés” del que todos hablan, el chico que vestía completamente de blanco te regala una sonrisa, te quedas observando su llamativo maquillaje blanco y su sonrisa parecida a la de un payaso, te preguntas como es posible que un circo no tenga colores y recibes la taza de chocolate caliente, devolviendo cordialmente la sonrisa.

– ¿Sabes? Los que piden este chocolate suelen ser los más soñadores. – Te dice el chico alegremente – Te recomiendo entrar en aquella carpa de allá – El chico señala una carpa alta, algo angosta y no muy grande comparada con las demás – No te arrepentirás. Dulces sueños.

– Gracias. – Dijiste cordialmente. ¿Dulces sueños? ¡Pero si tú no ibas a dormir! Que extraños eran los del Cirque Black Moon.

Seguiste tu camino entre las carpas y al probar el chocolate caliente tus papilas gustativas parecieron despertarse, es el chocolate más delicioso que has probado en tu vida, miras la taza de porcelana negra y el líquido en su interior es completamente blanco, supones que es chocolate blanco y continúas tu camino disfrutando del dulce líquido espeso.

Al llegar a la carpa que el chico te ha recomendado, lees el letrero que expresa “Entrada al infinito” tus cejas se juntan en gesto confundido y curioso, miras a las personas entrando y saliendo de ella con grandes sonrisas en el rostro, segundos después la curiosidad vence y te encaminas hacia el interior de la carpa.

Dentro de ella un enorme túnel oscuro con pequeñas luces blancas se extiende hacia lo que parece ser ¿La nada? ¿Cómo puede haber un túnel tan largo dentro de una carpa? ¿Cómo puedes no ver el final de este túnel? Son cada vez más las preguntas que brotan en tu mente conforme avanzas en aquel extraño sitio, terminas tu chocolate caliente y un segundo después un pequeño niño vestido de blanco aparece a tu lado, sostiene una pequeña bandeja, te mira con una sonrisa y lleva el rostro pintado como el chico del chocolate, te asustas por su repentina aparición pero no dices nada.

– ¿Ha terminado usted su chocolate? – Dice el pequeño con voz encantadora.

– Sí – Dices y pones la taza sobre su bandeja – Muchas gracias.

– A su servicio, continúe con su recorrido. – Dice el niño de forma educada y se despide con el particular saludo –: Dulces sueños.

El niño desaparece tan rápido como llegó y continúas caminando en el oscuro túnel.

– Esta muy oscuro aquí dentro mamá – Dice una niña que va caminando detrás de ti.

– Tranquila cariño, ya llegaremos al infinito. – La tranquiliza su madre, la cual lleva en su cuello la brillante bufanda blanca – Ten paciencia, te gustará.

Unos cuantos pasos más y el suelo desapareció bajo tus pies, gritaste sin saber qué ocurría, todo era negro y sentías que caías a la nada, cuando tu cuerpo pareció levitar y no chocar contra nada, te atreviste a abrir los ojos y luego tu expresión cambió completamente.

A tu alrededor, miles de luces brillan y titilan, colores violetas y azules se extienden a tu alrededor, dejando ver la lluvia de pequeñas lucecitas que van de un lado a otro, aparecen y desaparecen en cuestión de segundos, todo era tan asombroso que tardaste en notar lo que ocurría con claridad.

Tu cuerpo está flotando en la nada, los colores son algo parecido a galaxias y las luces son estrellas, millones de estrellas que brillan a tu alrededor, a donde quiera que miras hay estrellas iluminándote, es lo más espectacular que has visto en toda tu vida.

Las demás personas que flotan miran asombradas las estrellas fugaces. A lo lejos una hermosa melodía llena el lugar, no sabes con exactitud si estas volando o si solo estas flotando, de igual forma tu emoción es cuantiosa, no había explicación alguna para aquello tan portentoso, el aire huele a caramelo y tu cuerpo se acostumbra a la idea de volar en aquel precioso lugar estrellado.

Amas cada momento dentro de aquella increíble carpa, eres uno de esos fanáticos por las estrellas y amas imaginarte galaxias repletas de estrellas antes de dormir, así que para ti, aquella experiencia ha sido un sueño hecho realidad, el chico de los chocolates tenía razón, esa carpa estaba hecha para soñadores como tú.

Pasan minutos o tal vez horas, no estás seguro, a penas notas como vienen y van distintas personas entre las que flotan y las que desaparecen, te preguntas que si esta carpa es así de mágica ¿Qué otras cosas maravillosas tendrían las demás carpas? Un deseo creció en tu interior, el deseo de recorrer todo el circo de punta a punta, entrar a cada carpa y conocer sus secretos ocultos, esa noche es la noche más mágica que has vivido, piensas en salir de esa carpa y entrar a otra, pero antes de que tu cuerpo flotante te lleve a la salida, te preguntas ¿Era posible recorrer el circo en toda una noche? Y por último ¿Era el circo tan infinito como esa carpa estrellada? No lo sabías, pero querías descubrirlo, querías conocer el infinito, el amplio infinito de ese circo extraordinario.