Demonios.
Tanto estrés está haciendo que me duela demasiado la cabeza. En algún momento me va a explotar.
Y yo quería estudiar eso. Igual es entretenido. Aparte de andar de chismoso, claro.
Joder.
El teléfono sonó haciendo que me quejara. Lo descolgué y lo coloqué en mi oreja.—Habla con el secretario de Mikaela Tepes, ¿Quiere que le comuniqué con él? —cuestioné amable.
—¡Yuichi!~ Bebé, te extraño —al carajo con la amabilidad. ¿Dónde hay una pistola? Gente, voy a cometer un delito.
—¿Qué? —cuestioné frío.
—Ay que cruel eres. ¿Acaso ya no recuerdas como nos divertíamos en tu cama?
—Sí, pero no lo disfruté. No aprietas de vez en cuando, siempre lo estás. Y así no se puede —respondí con la verdad.
—¿Y ese tal Mikaela si aprieta? —me cuestiona.
—¡Claro! Que hasta quieres darle más de una vez. Y si grita bonito, no como tú qué parece que te están haciendo un exorcismo —me está doliendo más la cabeza, pero esto es muy divertido. ¿Por qué soy así?
—¡Hijo de puta!
—Entre sí y entre no —reí y Mika salió de su oficina, me miró un poco extrañado. Le hice una señal de que me permitiera un momento, luego sonrió y ya sabía a dónde quería llegar —. Espera... ¿Qué sucede, Mika? —tomó asiento en mis piernas, pasa sus brazos alrededor de mi cuello y yo le sujeto de la cintura.
—¿Con quién hablas, Yuu-Chan? —preguntó coqueto.
—Ah, con Misao.
—¿Él? Oww, creí que era un inversionista. Bueno no importa —unió nuestras bocas y comenzamos a besarnos con pasión.
—Mnh... Mika... —me separé de él —. Estoy al teléfono, no puedes hacer eso —mordí mi labio inferior y Mika se puso más rojo de lo normal, además miró hacia otra parte —. También estamos en mi puesto y nos pueden ver —besé y mordí su cuello.
—Y-Yuu-Chan, d-detente —pidió lleno de nervios. Alejé mi boca de su cuello y el micrófono lo alejé para que la zorra de Misao no escuchará lo que le diría a Mika.
—¿Qué no querías jugar con fuego, Mikaela Tepes? —dije cerca de su oído, sentí su cuerpo temblar y eso provocó una gran sonrisa en mi rostro. Acerque nuevamente el micrófono a mi boca —. Estoy muy ocupado, Misao. Así que ve a abrirle las piernas a alguien más.—Estoy enfermo. El estúpido de mi ex me pego el SIDA.
—¿Y yo que tengo que ver? Siempre use condón a excepción de la primera vez que profane mi cama. No quería tener ninguna enfermedad. Siempre mientes, me decías que no te acostabas con nadie más cuando yo no quería tener sexo, pero soy muy observador, y me daba cuenta de tus mentiras. ¿Ya ves lo que te pasa por andar de cualquiera? Ahora atiende te. Y si no quieres, pues ya es asunto tuyo.
—¡Te juro que esto es verdad! —chilló.
—Es mentira, volvió a tomar —una tercera voz se hizo presente.
—Cállate, Tiffany —reclamó —. ¡Devuélveme mi celular! —gritó furioso.
—No. Yuu, Misao mintió para volver a tenerte a su lado.—Está obsesionado conmigo. Hablaré con él en otro momento y espero que entienda, adiós —colgué y luego suspiré.
—¿Qué paso? —inquirió. Tomé sus mejillas.
—Mintió diciendome que tenía SIDA, para que volviera con él. Pero no es algo importante. Yo solo tengo ojos para ti —sus ojitos brillaban con ternura. Una linda sonrisa había en su rostro. Le dí un corto beso y al separarme recargue mi cabeza sobre su pecho. Mi cabeza dolió muy fuerte —. Ahhg...
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Secretario ♠MikaYuuMika♥[Concluida]
Random"¿Conoces a alguien que no aparenta ser lo que dice que es? Yuichirou, un joven de 22 años decide trabajar como secretario en una empresa bastante popular en todo Japón. La paga es muy buena. Lo que no sabía, es que se enamoraría de su jefe. Quién e...