Secretario ♠MikaYuuMika♥[Concluida]

Capítulo 16 ♥ ((Sin nombre))

Si en los títulos de los capítulos hay doble paréntesis y dice que no hay nombre, eso quiere decir que se retoma la primera historia... Sip... El MikaYuu roto. Pero se le cambiará la redacción y se agregará más cosas.

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Un día nuevo.
El azabache se levantó energético, hizo la misma rutina de ayer: ducharse, cambiarse, desayunar e irse al trabajo, en este caso sería su nuevo trabajo.

Al llegar al estacionamiento, tomó el ascensor hacia el piso dónde estaría trabajando.
Una oficina antes de que llegara a su puesto, sintió un aura negativa salir de la oficina de Mikaela y detuvo su caminar. Luego de ella salió una pelirosa completamente molesta, tras ella salió Mikaela de brazos cruzados.

—¡Te odio! —le gritó furiosa.

—Lo que tú digas, prima —dijo con un tono leve de enojo —. Y no grites, no dejas trabajar a nadie, además debes de causar una buena impresión a mi nuevo secretario. No quiero que llegues a asustarlo, con... Tú actitud malhumorada de siempre —le dijo con fastidio La chica bufó y se fue enojada. A decir verdad, la oficina es algo alejada de las demás —. Pensé que llegarías más tarde, Yuu-Chan —dijo girando a ver al moreno, las mejillas de este ardieron ante aquel apodo y una leve sonrisa apareció en el rostro pálido.

—N-no, no me gusta llegar tarde —logró decir ya que la vergüenza le consumía.

—Ya veo. En diez minutos necesito que vengas a mi oficina. Familiariza con tus cosas de trabajo, aunque no creo que lo necesites —dijo y después entró a su oficina.

“¿Debo de tener miedo? Digo, me habló tranquilo y su tono de voz lo sentí un poco psicópata, prácticamente ese tono hizo estremecerme, pero de una manera placentera.
Pero no cualquiera llama a su nuevo empleado el primer día de trabajo.” pensó el muchacho.

El chico tomó asiento en la silla de su escritorio. Aún recordaba el tono de voz, no quería imaginarse cosas demasiado eróticas con su nuevo jefe, pero era demasiado difícil. Trato de concentrarse en su "familiarización" con su nuevo puesto.
Pasado los diez minutos, entró a la oficina y no vio a nadie sentado en la silla, al contrario, la silla estaba de espaldas y claramente no podía deducir si había alguien sentado o no.

—Cierra la puerta con seguro, Yuu-Chan —el nombrado volvió a estremecerse. Hizo caso a la petición del rubio, luego caminó hacia el escritorio de este y se quedó parado cerca del mueble —. Tal vez te preguntes, el por qué te dije que vinieras —el azabache sentía una mirada en su espalda que hacía que se estremeciera más —. Ni creas que te diré mi forma de trabajo, porque esta pequeña demostración será todo lo que harás durante el tiempo que tu quieras.

Sintió las manos del rubio en sus caderas y la respiración de este se encontraba en su cuello. Luego llegó la sensación de como besaba su cuello como si quisiera devorarlo, además como una de las manos pálidas se metía debajo de su camisa y pellizcaba uno de sus pezones, mientras que la otra estimulaba su miembro por encima de la tela.

—Ah... —el rubio al escuchar aquel gemido, con sus dos manos desabrochó los pantalones del azabache y los bajó junto con los bóxers. Con sumo cuidado hizo que el pecho del menor quedará contra su escritorio.

Si el menor ponía resistencia moriría y si se dejaba, es porque ama al rubio.

El azabache estaba agitado, aún podía procesar todo lo que ocurría. Sus muñecas estaban en su espalda siendo sujetadas por una de las manos del rubio.