Secretario ♠MikaYuuMika♥[Concluida]

Capítulo 12 ♥ Esto no es bueno

Advertencia:

El siguiente capítulo contiene sexo homosexual, y si, ya sé que dirán "¡Para eso vine!" Pero les advierto... Sufrirán porque el protagonista (Yuichirou) estará con otra persona que no es Mikaela.

Así que... Disfruten.

Fuck, I'm very cruel...

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Llevo... Cómo siete años –casi ocho – sin verlo. Intenté comunicarme con él, pero los mensajes no le llegaban, y las llamadas no las respondía. Sí, cambio su número telefónico y sus cuentas de redes sociales ya no existen. No tenía manera de contactarlo. Quería irme por medio del intercambio escolar, pero no podía irme a mediados del período de exámenes.

Un día estaba a punto de hacer una idiotez, casi llamaba a alguien por su nombre. Rubio tenía que ser ese chico. Pero su cabello era más brillante, un poco más lacio que el de Mika y el flequillo se dirigía hacia la izquierda, además que no tiene un gallito a media cabeza. Y por suerte no lo hablé si no, ¡hubiera muerto de vergüenza! ¡Dios!
Y ahora no se porque carajos acepte tener una cita con él. Gracias mami Miranda y Yuri. Me hicieron tener una cita con alguien que parece un perra empoderada. No me atrae en lo absoluto.

Osea, no tiene nada de parecido con Mika. Si, ya lo sé. Su cabello es rubio, pero el de Mika parece oro, no plumas de canario. Sus ojos son ¿Azules? Bueno creo que es un azul cian o turquesa. Y su rostro parece más de niña. Y que decir de su cuerpo. ¡Hombre! ¡Parece una chica de pecho plano con un culo muy grande, coño! Y su piel... Mierda su color de piel es como el de la uva de Shinoa.
Papá Guren, mami Shinya, Shinoa y mis demás amigos tenían razón. Este "trasvesti" (según ellos) no se parece en lo absoluto a Mika, y dicen que Mika les cae mejor.

—Yuichi, ¿Estás bien? —le mire desinteresado —. Pareces algo desorientado.

—No estoy desorientado, Misao —¿Quién tiene un hijo que tiene la voz de un niño de diez años? —. Joder, estoy apunto de graduarme como psicólogo y psiquiatra y ando pensando estupideces.

—Ja ja ja ¿Qué? —rió —. Creo que por eso aceptaste salir conmigo, para despejar tu mente de todo lo estás pensando y lo que te estresa.

—En realidad me obligaron —sinceré; sincero naces, sincero morirás —. Yo solo quería cenar con toda mi familia y dormir. Pero no. Mis madres, estuvieron atormentando me día y noche para aceptar salir con vos, digo, contigo —debería de evitar hablar con propiedad, oh vaya, el rostro de Misao es un poema —. Me gusta ser sincero —alcé los hombros, ya había terminado de cenar.

—Me gusta que seas así —sonrió —. Últimamente no hay muchachos que sean así de sinceros como tú —me dijo y comió el último bocado de su cena.

—«Si, como si no te hubieras acostado con media universidad masculina, seguro se te ven hasta los pulmones por ahí» —reí ante esa ilógica —. Mis familias me enseñaron a ser sincero, y siempre lo fui. Si no, pregúntale a ese tipo que está por allá —señale al idiota de Kimizuki con mi pulgar, y aquel hombre se encontraba en una cita con Yoichi.

—No hace falta preguntar —sonrió coqueto.

—Bueno, yo solo decía por si querías saber —miré al techo, en el cual tenía una pintura y vi un ángel muy parecido a Mika cuando era un niño. Destino no me ilusiones más de lo que ya estoy —. ¿Desde cuándo los ángeles tienen como seis alas? Creo que debería comenzar a leer la biblia y seguir con mi homosexualidad —bajé mi vista del techo.