—¡Yuichi~! —dijo fingiendo un gemido.
El moreno estaba a su lado sentado viendo televisión. Los dos se encontraban en el sofá.
—¿Qué? —cuestionó frío mientras miraba la pantalla con suma atención, esa película ha sido una de sus favoritas desde que comenzó a leer su libro favorito. Una película llena de misterios y asesinatos.
—Quiero tener sexo, ahora —dijo tocando la entrepierna de su novio. Pero está no se puso dura.
—¿Otra vez? —rió sarcástico —. Apenas ayer tuvimos sexo, deseguro te ha de doler el ano —expresó. El ojiturquesa frunció el cejo.
—Pues tu pene no hace caso a mi tacto. Me hace sentir ofendido. Además tú debes satisfacerme cuando yo quiera sexo.
—Entonces ve a pedírselo a tu amante —dijo serio. El rubio lo miró sorprendido.
—¿T-Tú... C-Cómo...? —tartamudeó alejándose.
—¿Creíste que no me enteraría? —le miró de reojo. La mirada de Yuu era tenebrosa y eso hizo que el menor entrara en pánico —. Hay bastantes cosas que conozco de ti. Y otras que son interesantes. Cómo por ejemplo: provocaste a tu propio padre y tú primera vez fue con él a los trece años y lo disfrutaste, pero, él se fue de tu casa no porque tenía un amorío con su propio hijo, si no, porque tu madre se enteró que él tenía una amante, y tú te enojaste con él porque te mintió. También otra cosa: te acostabas con tus maestros, ya que todos eran hombres, y lo hacías para pasar el año. Y eso que desde que pasó eso, el resto de secundaria, preparatoria y universidad lo seguías haciendo. Tienes suerte de que no tengas alguna enfermedad.
—¡Eres un maldito! —gritó levantándose del sofá —. ¡¿Cómo te atreves a decir esas cosas de mi?! ¡Soy tu novio, ¿no lo ves?!
—¿Y un novio debería engañar a su pareja? -inquirió, igual se levantó del sofá pero con más tranquilidad —. No nigues la verdad, Misao. Recuerda que a mí nadie me tiene secretos, siempre las verdades salen. Y agradece le a la persona que me dijo esto, si no fuera por ella, hubiera sido un idiota y me hubiera enamorado de ti.
—Te odio. ¿Y sabes qué? Tú y yo, ter-mi-na-mos. Extrañare las cogidas que me dabas, aunque solo fueron para satisfacer a tu miembro. ¡Ah! Y también a mi ano. Y otra cosa, no te buscaré, osea, ¿qué puedes darme tú? Un psicólogo siendo mesero en una cafetería que poco a poco se esta llendo a la ruina —dijo mirando de arriba hacia abajo con desprecio a Yuu —. Mejor me voy, porque después de que perdiste tu departamento, no pude disfrutar de la intimidad. Además, tus "familias" nunca me cayeron bien.
—A mis familias no la metas en esto —amenazó —. Mejor vete, no quiero que piensen que la casa de mis padres es un lugar para tener sexo con un oxigenado, como tú. Por ahí está la puerta.
—Te detesto —dijo entredientes y caminó con furia hacia la puerta, la abrió y la azotó al salir.
—¡Ahhhh! ¡Por fin! —dijo como si hubiera salido de la escuela —. Unos tres meses de relación fallida, por fin terminaron —suspiró con alivio. Se aventó al sofá para caer sentado sobre este.
Recargó su espalda, cuello y cabeza sobre el respaldo del sofá. Sobó su cien, liberando todo ese estrés. Ahora debe de hablar de nuevo con el encargado del edificio para que le devuelva las llaves de su departamento.
♠♣
—Por favor, ayúdeme. Tamaki-San —rogó el moreno —. Ya no quiero que ese tipo me este buscando a cada rato.
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Secretario ♠MikaYuuMika♥[Concluida]
De Todo"¿Conoces a alguien que no aparenta ser lo que dice que es? Yuichirou, un joven de 22 años decide trabajar como secretario en una empresa bastante popular en todo Japón. La paga es muy buena. Lo que no sabía, es que se enamoraría de su jefe. Quién e...