❝Estamos del otro lado, la pantalla somos nosotros y nosotros somos la televisión. Reza por las astillas, reza por tu miedo, reza por tu vida que fue solo un sueño... Reza porque el hombre que amaste es el monstruo al que le temes❞
═.✵.══════════ I heard there was a secret chord That David played and it pleased the Lord But you don't really care for music, do you? Well, it goes like this: the fourth, the fifth The minor fall and the major lift The baffled king composing Hallelujah ══════════.✵.═
➳halellujah - jeff buckley
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London, March 1976
—¡Roggie, ya estamos en casa! ¿Qué mierda sucedió a-quí?
La voz de Freddie enmudeció cuando se topó con aquella ecsena pavorosa; representando a un Roger terriblemente devastado, llorando sobre el pequeño cuerpo desvanecido de Aida.
Quedó tan conmovido con lo que veía que ni siquiera se atrevió a preguntar porqué la habitación estaba echa un desastre. Las palabras no salían de su boca, sus párpados no se animaban a cerrarse aunque sea un segundo y su cuerpo se había quedado tieso bajo el umbral de la puerta, sin decir ni hacer nada mientras su amigo clavaba esos apesadumbrados ojos azules encima de él, suplicando ayuda, al mismo tiempo que se empapaban una y otra vez de pesadas lágrimas, sin parar.
—Fred, qué suce... ¡Aida!
John corrió directo a la chica, quitándosela de los brazos a Roger, quien no combatió por seguir sujetándola, estaba lo suficientemente estupefacto como para emitir otra acción que no sea llorar en silencio.
—¿Aida? —la tomó del mentón, sacudiéndole la cabeza—, por favor respóndeme, por favor dime algo, por favor... Por favor.
El llanto del castaño era desgarrador, el sentimiento de perder nunca le había gustado, y se volvía a sentir con diez años, una vez más.
La razón por la cual no era un chico sociable era ésta; le tenía tanto pavor al sentir perdida que evitaba el dolor a toda costa, privándose de amar a personas que posiblemente pierda a mitad del viaje. Desde que murió su padre no estaba listo para perder a alguien más. No estaba listo para perder a su mejor amiga también.
No supo en qué momento Brian entró a la habitación o desde cuando estaba allí, pero lo percató en cuanto quiso tomar a la chica entre sus brazos para tomarle el pulso, que por alguna extraña razón esto molestó terminantemente a John.
—Aléjate de ella —habló con voz dura, sujetando con fuerzas a la chica contra su pecho.
—Y-yo... Sólo, sólo quiero ayudarla —contestó el rizado, tropezando con sus propias palabras.
