❝Estamos del otro lado, la pantalla somos nosotros y nosotros somos la televisión. Reza por las astillas, reza por tu miedo, reza por tu vida que fue solo un sueño... Reza porque el hombre que amaste es el monstruo al que le temes❞
═.✵.══════════ Secrets I have held in my heart Are harder to hide than I thought ══════════.✵.═
➳I wanna be yours - arctic monkeys
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London, March 1976
El miedo, acovachado en una sombría esquina de la habitación se frotaba las manos con malicia, mofándose de ambos jóvenes. Y la cobardía, sentada a un lado del miedo, anhelaba que el ángel diera su primer paso en falso y cayera rendido ante sus pies.
—Dom... Tú eres...
La voz grave pero dulce de Roger le removió el interior, dificultándole concentrarse en su objetivo.
—Un Ángel —completó Aida—, viene a protegerte, Rog.
Dominique cerró sus ojos ante el dolor de haber engañado a la chica y la melancolía de cómo había sido llamado su antiguo amante por su amor actual.
—No —dijo agria—, vengo a vengarte.
El rubio, apretó la mano de su novia, cual aún no soltaba, y mirando con desconcierto a la mujer que había logrado intercalarse hasta en lo más profundo de su ser alguna vez en su vida preguntó:
—¿De qué hablas, Dom?
El Ángel suavizó su agarre a las cadenas y junto sus finas cejas.
—¿No sabes lo que eres?
Roger negó con la cabeza, moviendo levemente su cabellera, que a diferencia de la última vez que ella lo vio ahora la llevaba más rubia y corta hasta abajo de la nuca.
—Pero dímelo, por favor —el chico se levantó de su asiento, caminando hacía ella—, si lo sabes dímelo, te lo suplico, Dominique. No puedo vivir ni un segundo más así.
Sintió la desesperación del chico carcomerle el pecho.
—Casi mato a la única mujer que he logrado dejar entrar en mi vida después de ti —confesó en su desespero.
—La mataste —corrigió Dominique.
Roger se sintió ahogar en sus propias palabras y cómo pudo pronunció un débil: —¿Qué?
