© only hope ↬ park jimin

57: La fiesta.

Jimin:

Después de la hermosa ceremonia que hicieron en la iglesia. Todos los invitados y claramente los novios, pasamos a la recepción. Ahí seguía la fiesta.

Mi suegro y padres me felicitaban al igual que a Jane por ahora ser marido y mujer. Me encantaba escuchar que ahora era esposo de una mujer hermosa. ¿Hacía mal? Claro que no.

Todos bailaban en la gran pista que habían armado para luego bailar el típico vals de novios. Algunas parejas se divertían a los alrededores de las mesas del buffet, otros, demostraban amor libre. Mientras algunas solteras esperaban impacientes a que algún soltero las invite a bailar. En fin, una cosa de locos.

Al ver a todos mis amigos reunidos en esta fiesta, no pude sentirme mejor. Puedo ver que mi esposa me regala una de sus características sonrisas, esas que están llenas de amor. Le devuelvo la sonrisa, pero venía acompañado de un beso. Ya no nos escondemos, ya no hay recelo ni cautela. Somos marido y mujer.

Los invitados aplauden al ver que festejamos a nuestra manera nuestro matrimonio. Me siento feliz. Este es uno de los momentos en donde la felicidad es tan grande que no queda más que sonreír y preguntar. ¿Por que?

Algunos amigos nos invitan a bailar en la gran pista. Era momento de divertirse a lo loco. ¿Y qué mejor que hacerlo al lado de la persona que más amas en el mundo?

Ella me toma de las manos y juntos pasamos a la pista de baile. Una canción que en esos momentos era tendencia comienza a resonar en toda la sala. Algunos aplauden mientras Jane comienza a moverse al compás de la pegadiza melodía. Ella me incita a moverme mejor, era una piedra a comparación de sus excelentes pasos.

Todos ríen, yo me divierto. Ella se mueve y yo igual. Ya no importa si tenemos ritmo o no, lo que importaba era que ambos compartíamos más momentos divertidos.

Algunas parejas se animan a moverse sin sentido, ahora nos divertimos todos. Cuando la melodía termina agarro a Jane de la cintura y me apodero de sus labios de nuevo.

Ella no se niega, se ha vuelto más traviesa y me encanta.

Volvemos a nuestros lugares y todos continúan bailando. El fotógrafo llama nuestra atención y es momento de tomar las fotografías correspondientes para el álbum.

Me divertí mucho al ver que todos eran partícipes de las fotos (que a mi parecer) eran algo alocadas. ¡Hasta mi suegro se hizo presente!

En fin, creo que no podría salir mejor. Nunca pensé llegar a divertirme tanto en una boda. ¡Y lo mejor era que esta boda es mía!

Era momento de las palabras de agradecimiento y el vals. Oh no, no estaba preparado para tanto.

Jane insiste en que empiece yo con las palabras, pero a ser sincero se me había olvidado lo que iba a decir. Tenía que improvisar.

Ella me extiende el micrófono y me toca hablar:

- Bueno... -todos se sientan en sus respectivos lugares y me miran atentos. ¡DIOS QUE NERVIOS! -Ante todos, buenas noches. -todos notan mi nerviosismo y ríen por lo bajo. Yo hago lo mismo. - ¿Quieren saber la verdad? Me he olvidado de lo que iba a decir.

Jane, quien estaba seria también ríe un poco y responde:

- Típico de Park Jimin.

- Los nervios me matan y en realidad no sé que decir. Creo que lo primordial es un gracias por asistir y estar presentes en el momento más importante de mi vida. Quiero agradecer a cada uno por haber estado aquí conmigo para celebrar mi matrimonio. En realidad todo fue muy rápido, las semanas pasaron volando y de un día para otro me vi siendo esposo de esta maravillosa mujer. Quiero agradecer a mi suegro por haber estado de acuerdo en todo y ayudarme. A mis padres por haber hecho realidad tantas cosas, en realidad no veía venir todo esto. Yo mismo me he sorprendido y mi esposa también. Ay... -suspiro. -Que hermoso suena decirle esposa. ¿Cierto?

Todos ríen y luego hacen el típico "aww" yo también río nervioso.

- Agradezco a Dios por todo lo que me ha pasado con ella, en realidad hemos pasado por tanto que no se como ella sigue al lado mío. Aveces suelo ser demasiado, como dice ella, cabezota. Creo que si yo fuera mujer no me soportaría a mi mismo. -todos ríen. -Lo que quiero decir aquí es que en realidad aprecio a todos y todo lo que han hecho hoy. Este es uno de esos días que uno no sabe que hacer o decir. Esperaba que todos se divirtieran y parece que lo he logrado.

Jane se levanta de su asiento y toma mi mano derecha. Entrelaza sus dedos en los míos y me pide que le entregue el micrófono.

- Yo también quiero agradecer a todos por todo. En realidad me han hecho feliz con su presencia y con todo lo relacionado a la boda. Las personas que más aprecio están presentes en este hermoso momento. Cualquiera pensaría que estoy sensible.Y sí, lo estoy. Pero estoy más agradecida con Dios por darme a un hermoso esposo, a un buen compañero de vida. No me vi siendo amiga, novia, y esposa de Jimin. Como dicen, todo pasa por algo porque no existen casualidades en este mundo. Lo nuestro fue formándose mediante discusiones constantes. ¿Lo recuerdan? Aveces tenía ganas de convertirme en asesina y enterrar a Jimin veinte metros bajo tierra. -todos ríen mientras algunos ya dejaban caer sus lágrimas. -En realidad no puedo ponerme seria. Éste es un día lleno de alegría para mi. Daría lo que sea por continuar varios años de casada con él. Pero lastimosamente la vida es de esa manera y mi tiempo es corto en este mundo. Quiero que sepan que aprecio a todos, a cada uno de ustedes por estar presentes en este día maravilloso. Pero sobre todo quiero agradecerle a alguien: a ti, Jimin. -aprieto más su mano y la miro frente a frente. Puedo notar en sus ojos una mezcla de angustia y euforia. Para ninguno de los dos era fácil aceptar lo que vendría más adelante. -Te amo como no tienes idea, y te agradezco por haberme dado la oportunidad de ser tu esposa. Juro ante todos aquí presentes, que tus días de casados serán los mejores. Hasta que la muerte nos separe...

No puedo esperar más, en realidad mi corazón tiritaba. Me dolía pero el amor lo sanaba. Era ella mi salvación, era ella mi complemento, era ella mi esperanza...