79: Tres meses.

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Jimin:

Me levanté de nuevo de la dura silla del consultorio del psicólogo. Hoy después de tres meses de la partida de Jane también cumplía tres meses yendo con un profesional a pedido de todos de mi familia. Estaba feliz, muy feliz. Hoy tendría en mis brazos al fin a mi pequeña niña que ahora tenía nueve meses y medio. Ha crecido mucho y es muy linda. A mis ojos es la niña más preciosa de todo el mundo.

Sobre ser trainee/aprendiz, aún lo sigo siendo. Es más, me dijeron que si seguía con mucha dedicación me quedaría en la empresa pero esta vez siendo un solista.

La primera semana que perdí a Jane fue tan dolorosa como me lo imaginaba. Me lastimaba mucho no verla y rogaba siempre que ella aparezca, con el tiempo fui llevando el dolor más calmado. No digo que no la recuerdo, siempre la voy a tener en mis pensamientos y en mi corazón porque ella es el amor de mi vida y Jamie es la prueba de nuestro amor.

Digo que la extraño todos los días. Porque todos los días la extraño pero una sonrisa sale de mi boca al saber con certeza que ella está conmigo, viendo como día a día me esfuerzo por ser alguien más ahora para nuestra hija.

No caminé mucho. La enfermera de la recepción se había vuelto una buena amiga y siempre me permitía ver a mi niña. Hoy era diferente ya que me la llevaría a casa.

Primero me hicieron pasar por la sala de un pediatra, éste me explicó todos los cuidados que debía tener para Jamie siendo yo un padre soltero y no teniendo a alguien que le de leche materna que es lo esencial.

Eran demasiadas cosas por memorizar pero si Jamie necesitaba que doble mis esfuerzos por ella lo haría sin quejarme. Ella era mi nuevo amor.

Después de pasar mucho tiempo escuchando al doctor al fin hicieron corta la espera y sacaron a mi pequeña Jamie de la sala en donde ahora la tenían.

— Su niña ha crecido muy fuerte y sana, señor Park.

Era cierto. Se veía grande y muy preciosa. Ella estaba despierta y se movía mucho. Apenas era considerada una recién nacida.

Tuve un poco de miedo. Era mi primera vez cargando a una nena. La enfermera me asintió sonriente mientras me alentaba a cargar a mi pequeña.

Estaba emocionado, feliz y triste a la vez. Raras combinaciones de emociones. Cuando tuve a mi pequeña niña en brazos, tuve la sensación de tenerlo todo. Estaba tan sentimental pero no quería llorar por el momento.

Pagué todas las deudas de la clínica y salí de la clínica viendo que mi madre estaba en la puerta de la clínica, sonreí y ella no esperó a llenarme de besos para luego ver a través de la mantita a Jamie. La pequeña aún estaba despierta pero tranquila.

Ella pidió cargarla y accedí, ahora estaba conduciendo rumbo a casa con mi madre cargando a la pequeña.

— Es tan linda, hijo. —me dice mientras acomoda mejor a la bebé en brazos. — Tiene bonitos ojos.

— Así parece. —sonrío. Estaba feliz por tener al fin a mi hija. Pero me entristecía saber que Jane no estaba conmigo aquí para poder acariciar juntos a nuestra bebé.

Me dolía amarla tanto.

Cuando llegamos a casa noté que había demasiadas personas en el jardín. Miré extrañado a mi madre, ella estaba sonriendo mientras me dijo:

— Quise hacer especial la llegada de mi nieta. El padre de Jane, tu padre, tus hermanos y algunos de tus amigos están aquí.

Reí. Mi madre siempre solía emocionarse cuando algo le parecía lindo.

Salimos juntos del auto y de nuevo mi madre me entregó a mi pequeña que esta vez no dudó en llorar. Comencé a arrulllar a Jamie mientras trataba de calmar su llanto.

— Tranquila mi amor... Tranquila, aquí estoy yo, duerme, duerme.

La niña no dudó en calmar su llanto y bostezar. Tenía sueño así que la acomodé mejor en mis brazos para que ella pueda dormir.

Nos acercamos a todos y todos sonrieron mientras festejaban la llegada de Jamie. YoonGi y Haneul también tenían en brazos a su pequeña, sólo que ella unos meses más grande que Jamie.

— Felicidades, bro. —habla Hoseok mientras se acerca a mi. Él también había prosperado y ahora era un coreógrafo. Jiwoo también estaba aquí pero con un chico, me alegré mucho porque todos habíamos prosperado y yo tenía a Jamie en brazos.

Me preguntaron cuantos meses tenía, su nombre, todo. Respondía siempre con una sonrisa y orgullo. El padre de Jane también cargó a su nieta con una gran sonrisa en el rostro.

Cuando la reunión llegó a su fin pude al fin ir a descansar después de una larga sesión. Mi pequeña dormía en una cuna al lado de mi cama, y después de cerciorar que ella estaba bien pude conciliar el sueño.

Pero no fue hasta las cuatro de la mañana cuando ella comenzó a llorar con fuerza. Eso me despertó así que la tuve en mis brazos. Suponía tenía hambre así que le preparé un biberón en la cocina y subí de inmediato a alimentarla.

Estaba en la orilla de la cama con Jamie en brazos mientras ella disfrutaba de la leche del biberón. Yo la miraba con dulzura, ella era tan hermosa, tan linda como su madre. Ella era mi todo, y como Jane dijo era ese rayito de luz que ambos habíamos creado con amor.

Besé la frente de mi pequeña hija y ella no dudó en terminar el poco contenido de leche que había en su frasco.

— Te quiero tanto Jamie. —le digo aún sabiendo que ella no iba a entender ni mucho menos a responder. — Gracias por venir a mi vida y hacerme feliz cuando todo parecía darme la espalda y hacerme doler. Esta promesa te la hice cuando tu madre aún estaba con nosotros, pero quiero que sepas que mientras esté con vida y con salud nada te va a faltar. Tengo que reconocer que me sorprendió tu llegada, y prometo quererte siempre hija. No sé qué es lo que va a pasar con nosotros de ahora en adelante. Tu madre no está en persona con nosotros pero mientras tengamos esperanza ella estará siempre con nosotros vayamos a dónde vayamos. Crece feliz y sana mi amor, que junto a tu madre velaremos por tu camino y voy a hacer todo lo que esté en mis manos por no verte triste. Mi pequeña Jamie, mi rayito de luz.

Lloré en silencio mientras sentía como alguien estaba al lado mío y me alegré al sentirme acompañado. Me dijeron que debía dar pequeñas palmadas a su espalda para evitar que luego se ahogue y eso hice.

Ese día dormí con Jamie al lado mío. Este apenas era un nuevo comienzo que al parecer me había traído una nueva alegría. Jamie ahora era el motivo de mi alegría, después de todo ella era una gran parte del amor que Jane y yo alguna vez nos tuvimos.

— Te amo, Jane. Eres tú la esperanza que iluminó mi camino y me hizo un ser nuevo para amar y ser amado. Estoy tan enamorado de ti como la primera vez que lo estuve y siempre será así porque mantendré vivo tu recuerdo y tus enseñanzas del amor. Después de todo eres tú el amor de mi vida.

© only hope ↬ park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora