73: Las fotografías.

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Jane:

Mentiría si digo que estaba bien. Pero si decía que algo me pasaba iba a perder todo lo lindo del momento y no quería malograr el esfuerzo que Jimin había hecho para que yo pueda conocer este lugar que desde niña había deseado venir.

Trataba de evitar por completo los mareos que cada vez se hacían intensos pero me los guardaba. Cuando llagaramos a casa podría descansar con calma y pensar en que debería hacer.

Me sentía cada vez más débil. Más frágil. Aveces me sentía cansada y muy fatigada. Llamé al doctor sobre eso y con un análisis de sangre me diagnosticó anemia. A falta de nutrientes puesto a que mi cuerpo poco a poco comenzaba a deteriorarse y el bebé consumía todo lo necesario para su crecimiento, yo me quedaba sin nada.

Valía la pena. Si es que mi bebé crecía bien yo no importaba.

Tomé la mano de Jimin al ver que en su rostro había miedo. Quizás él sospechaba de lo que me pasaba. Pero no quería verlo sufrir más. Me gustaría tener su sonrisa siempre y que al igual que yo: disfrute este embarazo y mis últimos meses en este mundo.

Me apoyé delicadamente en su brazo y él me regaló una sonrisa. Debía subir los ánimos de este día ya que mi mareo se había encargado de preocupar mucho a Jimin.

— Woa, todo es fantástico, de veras aprecio mucho todo.

Él asiente mientras trata de regalarme una sonrisa pero sólo le sale una mueca vacía. Eso me entristeció un poco.

— Te dije que al menos en mi cumpleaños despejaras tu mente. ¿Puedes hacerlo?

Él suspiró fuerte y asintió mientras pasaba su brazo por mi hombro. Ahora ambos caminábamos junto hasta aquella colina de rosales.

Todo era hermoso y eso no lo iba a negar. Esta vez Jimin se había esforzado mucho y estos mareos no dejaban de torturarme. Si es que llego a desmayarme habría malogrado todo el viaje y eso no me lo perdonaría jamás.

Pude ver que habían pequeños lugares en donde vendían algunas botanas para que puedas continuar con el trayecto así que sugerí comer algo antes de subir a la colina.

— Jiminnie~. —le miro y él me regala una sonrisa antes de responder:

— ¿Sí amor?

— El bebé tiene hambre y yo también. —hago un puchero y él ríe mientras asiente sin dudarlo y juntos cortamos camino para ir a comer algo.

Cuando llegamos a ese pequeño restaurante de paso vimos que era hermoso al igual que el lugar. Dentro habían miles de flores en grandes jarrones y en las paredes habían fotografías de miles de familias.

— Buenas tardes señores. ¿En qué mesa desean estar? —nos pregunta una camarera cuando tuvimos la oportunidad de entrar al restaurante.

— En una mesa con una buena vista por favor. —responde Jimin mientras toma mi mano con más dulzura y me sonríe antes de que ambos fuéramos llevados a nuestra mesa.

La vista era maravillosa, el lugar era agradable y la mesera era linda con nosotros.

— ¿Que desean ordenar señores? —nos pregunta la muchacha al ver que nos sentamos en nuestros respectivos lugares.

— Yo una malteada de galletas. ¿Y tú Jane?

— Una malteada de fresas y frambuesas, y un pye de manzana.

— A la orden. —nos responde la camarera mientras nos sonríe. Jimin también sonreía mucho mientras tomaba fotografías del lugar y de la gran vista que nos había tocado. — Señores, en este restaurante tenemos una tradición y es fotografiar a todas las familias que los visitan. Ustedes tienen a un bebé en camino y se nota en el vientre de la señora así que pedimos su autorización para una fotografía de ambos y su bebé en espera.

Jimin asintió sin dudar dos veces. A mi también me gustaba la idea de tomarme una fotografía para atesorar este lindo momento.

Jimin cambió de asiento y ahora estaba al lado mío y ya no al frente. Me tomó de la mano mientras que un fotógrafo que al parecer era un camarero más nos enfocó con una gran cámara.

Era cierto, en este restaurante tenían esa tradición y había visto las fotografías de YoonGi y Haneul su esposa, en este mismo lugar.

— Por favor sonrían a la cuenta de tres. —nos pide el fotógrafo.

Sonreí al ver las caras raras que Jimin hacía. Sin dudar era único y especial y eso me enamoraba mucho.

Apoyé mi cabeza en su hombro mientras él apoyó su cabeza en la mía también haciendo sin querer un corazón con nuestras cabezas.

— Listo. Muchas gracias señores. —nos sonríe el fotógrafo. La camarera hace una reverencia antes de salir a pedir nuestras órdenes y Jimin y yo sonreímos felices.

— Fue algo lindo. Me gustó mucho esta innovación en este restaurante. —dice mientras regresa a su asiento hasta quedar de nuevo al frente mío.

— Fue fantástico.

— Pediré que me entreguen una copia de las fotografías. Quiero atesorarlas por siempre en mi corazón.

Esas palabras me encantaron. Si yo también tuviera la oportunidad de llevarme algo conmigo sin duda me llevaría todo de ambos.

Nuestras órdenes llegaron de inmediato y antes de un santiamén ya habíamos terminado. Todo estaba delicioso y no se negaron a darnos unas copias de las fotografías y hasta pidieron que ambos firmáramos la oficial para que pueda ser pegada en la pared del restaurante.

Cuando salimos del restaurante fuimos de inmediato a la colina de rosales y cuando estuve ahí pude sentirme muy feliz. Los mareos habían bajado un poco pero eso era mejor. La vista desde un lugar alto era sin dudas maravilloso.

Jimin comenzó a tomar muchas fotografías al lugar y hasta me tomó unas cuantas mientras pedía que le regale muchas sonrisas. Sentimos juntos el aire de este lugar y él me demostró una vez más que su amor por mi era hermoso. Me encantaba sentirme amada por Jimin y estaba agradecida con Dios por permitirme conocer a alguien como él.

Rogaba al cielo que cuando parta de este mundo mi bebé y Jimin se encuentren bien y sepan vivir sin mi. Que siempre tengan por seguro que los he amado mucho y que si por mi fuera daría todo lo que tengo por verlos bien.

Quizás en la otra vida nuestros destinos sean menos crueles con nosotros.

© only hope ↬ park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora