60: El matrimonio Lai.

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Jimin:

— Eh Jimin. —Jane llama mi atención luego de salir juntos de la habitación para poder bajar y conocer mejor la isla. — ¿Me ayudas con esto?

Entonces le quito despacio el bolso de playa que ella cargaba y me agradece con un beso en la mejilla. Juntos entramos al elevador y la recepcionista nos sonríe cuando llegamos al living.

— ¡Muy buenos días señores Park! —nos saluda cortésmente. — Los estábamos esperando. ¿Saben? Ustedes y una pareja más han sido los elegidos para todos los beneficios premium que nuestro hotel ofrece. Por favor, esperen en el sillón principal. Los llamaremos cuando ellos lleguen.

Jane y yo nos miramos contentos. Claramente todo estaba yendo genial. Y eso me encantaba. Pienso; ¿quiénes serán la pareja nueva?

— Espero que esta pareja sea muy amigable. Hasta podríamos ser amigos. —musita Jane mientras me abraza. Yo asiento feliz mientras le planto un beso en la frente. Ella era tan buena.

— Así no estaríamos tan solos en los recorridos por los lugares turísticos.

Ella asiente y deja de abrazarme cuando nos llaman por el perifoneo.

— Señores Park. —era la misma voz de la recepcionista. — Pasen a ventanilla principal. Los están esperando.

Entonces ambos caminamos agarrados de la mano para luego ver a una pareja que al parecer tenían nuestra edad. Así que supongo íbamos a llevarnos genial.

— Señores Park, ellos son los señores-

La voluptuosa señora interrumpe a la recepcionista y nos mira contenta.

— Somos el matrimonio Lai. Mucho gusto. —ella me extiende la mano y la recibo contento.

Entonces se acerca el marido de la señora. Así que somos cuatro los que gozaremos de un gran viaje.

Jane me aprieta más la mano. La verdad creía que sentía celos. ¡Pero vamos! Solo era un saludo formal.

— Mucho gusto. —el señor Lai se presenta tardíamente luego de hablar con su mujer en una esquina. — Soy Lai Kuanlin. He escuchado que ustedes también gozarán de los beneficios del hotel. ¡Felicidades! ¿Hace cuánto que se casaron?

— Hace un día. Somos recién casados. —responde una Jane sonriente. — ¿Y ustedes? Pareciera que tienen nuestra edad.

— Kuanlin apenas es un bebé. Yo soy la mayor. —responde la señora. — Él tiene diecinueve y yo veintidós.

— Oh vaya. —responde Jane. —Usted parece muy joven.

— ¡Gracias! Y nada de usted... ¡Con tuteos! —entonces siento las manos de la señora en mi brazo izquierdo. — ¿No es así, Park Jimin?

Sentí un escalofrío. No sé porque pero ella no me daba buena espina para nada.

— ¿Como supo el nombre de mi esposo? —pregunta una molesta Jane.

— Tranquila. Lo vi en la lista de la recepción. Habríamos llegado temprano de no ser por Kuanlin. Suele demorarse mucho en elegir que vestir.

Jane y yo reímos por eso, casi siempre es al revés.

Seguimos caminando hasta llegar a una pequeña mesa en el centro del jardín del hotel. Lejos, yacía una piscina de ensueño, y más adelante había un lugar campestre en donde se suponía las parejas iban a tener una cena el último día de vacaciones.

Cuando llegamos al centro de la mesa note que se trataba de un desayuno. Así que con cuidado le ayude a mi mujer a sentarse. Ella me agradeció. Pero al parecer la señora (ignoro hasta la fecha como es que se llama) esperaba que también le ayude con la silla.

— Hey. —le susurro al tal Kuanlin. —Será mejor que ayudes a tu mujer antes de que pueda molestarse.

Él asiente y corre a ella. Pero al ver que no le había ayudado jala su silla con brusquedad y se sienta. Ignorando por completo que su esposo estaba por ayudarle.

Me siento al frente de mi esposa y Kuanlin hace lo mismo con la suya. Más adelante nos traen fruta picada, algo de jugo de pera y naranja y la especialidad de aquí; panqueques con algo de sirope de almendras.

Todos comenzamos a comer sin hablar, y más adelante -al terminar- agradecemos por la comida y nos levantamos para continuar con las actividades del lugar.

— Bien señores Lai y Park. Toca una hora libre. Pueden gozar de la piscina si es lo que desean. Por el momento los huéspedes aún descansan así que pueden gozar del corto privilegio. A las tres de la tarde los llamaremos para el almuerzo y después se realizará una parrilla para ustedes. ¡Gracias!

Vemos como la pequeña recepcionista desaparece. Así que Jane y yo (obviamente habíamos previsto lo de la piscina) nos tomamos de la mano listos para ir a ponernos el traje de baño. Pero, algo no salió como esperábamos:

— ¡Bien! Más tiempo juntos. —la señora Lai me toma de nuevo del brazo y hace que Jane me suelte. Casi a rastras -por no decir que sí lo hizo- comenzó a caminar conmigo, separándonos de nuestras parejas respectivas.

No podía hacer nada, la mirada de Jane me resultó algo quebrantable. Su mirada dulce se tornó obscura, y triste. Sobre todo triste. Permanecí en silencio y me dejé llevar por la señora Lai.

Grave error el mío al parecer. Ella se había quedado parada, viendo como ambos nos íbamos. ¡Por qué no hice nada al respecto! Hasta ahora me lo interrogo y juzgo.

La señora Lai permanecía adherida a mi como si tuviera pegamento en las manos. No me soltaba para nada y eso me resultaba muy incómodo. ¡Vamos! ¡Se suponía que esta era mi velada con mi ahora esposa!

— Señora Lai. —intento que me suelte pero ella me agarra con más fuerza. — Le agradecería mucho si es que deja mi brazo en paz. Por favor, no quiero ser descortés.

— ¡Vamos Jimin! ¡Tú más que nadie me debes de tutear! Tenemos la misma edad. ¿No?

— No es así. Yo soy menor. Así que por favor, déjeme. —vuelvo a intentar soltarme y ella se enfada y me agarra con más fuerza. ¡Vamos! ¿Que pasaba con ella? ¡Jane obviamente se iba a enfadar!

— Soy Xiao Xin. —me responde como si nos conociéramos de toda la vida y como si le hubiera dado la confianza de amarrarme a ella. — Porfa hazme compañía. Mi marido es un completo aburrido, aparte aquí entre nos; —se acerca a mi oído y la odio por ser tan repulsiva. — tú eres mucho mejor.

¡Auxilio! ¿Como librarse de una loca en cuatro segundos? Creo que hoy dormiré con el perro, o aún peor, en el suelo.

© only hope ↬ park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora