30: Feliz cumpleaños.

194 33 18
                                    

Jane:

— No Jane, aún no le puedes contar la verdad. No ahora, no hoy. Tienes mucho por hacer con él, es algo injusto matar sus ilusiones. —me dije a mi misma mientras hablaba con Jimin al teléfono.

— Claro que iré. ¿Ya estás ahí? —me pregunta. 

— Si amor, ya estoy aquí. ¿Sabes? Te quiero mucho Jimin, más de lo que tú te imaginas.

— Yo también te quiero preciosa. Tengo que colgar porque estoy por entrar a la carretera principal. Nos vemos. —respondió así colgando la llamada. Guardé mi celular en el bolsillo derecho de mi jersey y continué con lo que había planeado.

Mantuve una sonrisa al momento de divisar a la estrella que esa noche se posaría para darnos un espectáculo a mi y a Jimin.

Con algunas lágrimas en los ojos pude colocar bien el telescopio. Guardé las galletas que esa tarde había preparado y me aseguré de que estén calientes para cuando él llegara. Acomodé mejor mi suéter y sentí como si él mismo me estuviera dando su amor, diciéndome que todo iba a estar bien y que nada malo me iba a pasar.

Me sentía ridícula al esconderle esto, se suponía que él no estaba en mis planes y ahora era demasiado tarde para volver atrás.

Con algo de prisa até mi cabello en una coleta al escuchar el claxon de Jimin cerca del bosque.

— ¿Nena? ¿Estás ahi? —me preguntó aquella voz que reconocía y me encantaba.

— Aquí estoy... —respondo sin más manteniéndome feliz al saber que él estaba utilizando la bufanda que le había hecho.

— ¿Y esa preciosura que ven mis ojos? ¿Qué hace una chica tan guapa en este bosque y a esta hora? ¿Será que usted está perdida o quizás esperando a su guapo príncipe? —me dice y decido soltar una fuerte carcajada. Me mamtuve tranquila al sentir sus ágiles brazos protegiendo mi cuerpo que cada vez se debilitaba más.

— Ni una ni la otra, yo estoy esperando a un guapo chico algo fanfarrón. —él también ríe y me da un beso en la coronilla.

— Parece que ese guapo chico algo fanfarrón la ama con locura, señorita Choi. —alzo mi mirada y noto un gran destello en sus ojos café.

Su mirada y la mía se conectan juntamente con nuestros labios, me dejo llevar por la danza sincronizada que éstos hacen al chocar torpemente. Siempre teníamos que ponernos nerviosos al momento de querer demostrar nuestro amor. 

Pero esta vez me sentía muy segura al besar a Jimin con algo fuera de la monotonía: se podría decir que aquel beso era algo rudo, voráz y con un sentimiento de lujuria.

Sus besos viajan, ya no solo van por mis labios. Un gélido gemido se me escapa al sentir sus húmedos labios en mi cuello.

Me mantuve algo asustada; no estaba preparada para algo más con él.

— Jimin... —digo sin más y él parece notar mi incomodidad.

— Oh lo lamento... —me dice. Asiento sin decir nada más y le doy un beso en la mejilla. 

Le sonrío y me sonríe igual. Mantenemos nuestros sentimientos intactos. Aún no estábamos lo suficientemente preparados para dar un GRAN paso en nuestra relación. No aún.

Entonces le extiendo la cajita que contenía las galletas de avena y él las recibe. Me da un beso en la frente y abre la caja.

— Oh amor... Amo las galletas de avena, ¿pero sabes con qué quedarían más deliciosas? —y sin dejar que termine de hablar saco de mi mochila una botella de yogur natural de durazno. Su favorito. Él ríe y me da otro beso. —me conoces tan bien, princesa.

Calculé la hora y ví que no faltaba casi nada para que el cielo se llenara más de estrellas y la constelación elegida sea vista por ambos.

— ¿Vienes? —le digo y él asiente. Se sienta primero y me siento a su costado, apoyé mi cabeza en su hombro y él me hizo una pregunta.

— ¿Cuál es tu deseo número uno? —entonces sonrío y le doy un casto beso para poder contarle mi mayor deseo.

— Mi mayor deseo es casarme en la misma iglesia en donde mi madre creció. En donde mis padres juraron amor eterno ante Dios. —y sin pensarlo él vuelve a besarme y me aferro a su cuerpo. Otra vez estaba sintiéndome culpable.

Lo amaba demasiado. 

— Me encargaré de hacerte feliz; me juré eso Jane. Cumpliré todos tus deseos pequeña. —sonríe y yo mantengo mi vista en sus labios. Él los vuele a unir sintiéndome segura en cuando estoy con él.

Juntos mantenemos nuestras miradas fijas mientras siento un vaivén de emociones: me sentía muy feliz al saber que tengo a alguien como Jimin para amar, él se ha encargado de hacerme feliz en todos estos meses.

— ¿Y ya estás preparada para ver el cometa Hyakutake? —me pregunta y asiento. 

— Sólo faltan dos meses para poder verlo. Estoy muy emocionada por saber cómo se verá. Pero ahora quiero ver contigo esta constelación. —le extiendo mi mano y él la recibe. Juntos caminamos hasta dar con el telescopio y pude observar aquella constelación que siempre había querido ver.

 Juntos caminamos hasta dar con el telescopio y pude observar aquella constelación que siempre había querido ver

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mantuve mi mirada en Jimin al verlo tan fascinado con las estrellas. Y me pregunté que si lo que hacía estaba bien.

Lo amaba demasiado para verlo mal por algo mío. Una lágrima se me escapa y la limpio rápidamente, él vuelve su mirada en mí y me planta un beso en la frente. 

— Te amo Jane. ¿Sabes que era lo que yo pensaba?  Pensaba que el amor solo provocaba dolor cuando te enamoras de alguien equivocado, en mi caso, eso no pasó porque mi alma acertó escogiéndote a ti. Te diría que te amo porque eres perfecta, pero no es cierto, te amo porque tú y yo nos complementamos a la perfección. Te añoro cada segundo, pero cuando alzo la mirada a las estrellas, sé que tú estás haciendo lo mismo y eso me reconforta, me consuela, porque significa que nuestros corazones permanecen unidos. Te amo como no te lo imaginas Choi Jane. —y aquellas palabras fueron selladas por un tierno beso.

© only hope ↬ park jimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora