ℂ𝕒𝕡. 1

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22 de marzo de 2022

Una mañana tranquila y soleada en la ciudad de Miami, despertó Nathaly por los calientes rayos de luz que entraban por su ventana, Nathaly frunció levemente el ceño mientras trataba de taparse para poder seguir durmiendo Agusto, pero no funcionó, Nathaly gruñó levemente y se levantó de su cama tirando su sabana y su despertador que comenzó a sonar.

La pelinegro camino con pereza hasta su baño, al entrar abrió el grifo de su bañera, al terminar de llenarse, saco la ropa y se metió a su bañera, después de treinta minutos, salió de la bañera enrrollando se una toalla en su cuerpo desnudo, camino hasta su lavamanos y saco el secador de cabello, lo conecto y comenzó a secarse el cabello, al terminar, coloco cremas en su cara y salió del baño.

Al entrar a su cuarto, llacia un vestido color rojo con estampado de flores en su cama, la cual estaba arreglada, además no había rastro  de el desastre que había dejado al despertar

*Seguramente fue Marcelita* pensó nathaly.

Camino hasta su cama,tomo el vestido en sus manos, fue hasta su armario, busco su ropa interior y se la coloco, luego se colocó el vestido y unas sandalias color dorado fue hasta su cómoda, se sentó en su pequeña silla blanca, se miró al espejo y dio una cara desconforme, saco un cepillo de su gaveta y comenzó a peinarse el cabello, para no estar tan desarreglada.

Narra Nathaly

me levante de mi asiento y camine hacia la puerta de mi habitación, cuando me choque con algo, mejor dicho alguien, baje la mirada y me encontré con la cara de mi hermano pequeño Mario, esboce una sonrisa en mi cara al verlo ahí.

- hola pequeño travieso- dije bajando a su altura mientras sacudía su cabello- perdón por chocarte, venia algo distraída pequeño.

-hola hermanita- dijo esbozando una sonrisa cálida en sus labios- no te preocupes, estaba por bajar a desayunar y venia a avisarte, para bajar juntos.

-oh- exclame- bueno, vamos a bajo, papa debe estar esperándonos - dije agarrando su mano, para ponerme de pie y comenzar a bajar las escaleras.

- ya sabes que papa quiere decirte hermana- pregunto interesado

- no todavía no lose- dije mirándolo- pero hoy me levante temprano, para que me informe- dije sonriéndole.

-si, yo quiero saber- dijo emocionado.

-yo igual- dije preocupada

mire al frente y vi a nuestro padre sentado en la mesa del comedor, con el semblante serio, mientras leía el periódico, el la mesa había una taza de café, que seguramente, nuestra nana había colocado hace unos minutos atrás antes que llegáramos, nuestro padre se dio cuenta de nuestra presencia y nos miro, esbozo una sonrisa y nos indico que nos sentáramos en la mesa.

-Hola papi- exclamo mi hermano feliz, sentándose en la mesa

-buenos días padre- dije de forma educada y con un poco de sarcasmo

-buenos días a los dos- dijo tomando su taza de café, llevándola hasta su boca para tomar un sorbo- Mario hijo, podrías dejarme un momento a solas con tu hermana- pregunto o mas bien indico a mi hermano.

- bueno esta bien- hablo levantándose de la mesa- pero y mi desayuno?

- tranquilo hijo- dijo con una sonrisa- yo le indico a marcelita que te lleve el desayuno a tu cuatro- mi hermano asintió y se fue a su cuarto

marcelita es nuestra empleada desde que papa era un niño, ella siempre a cuidado de nosotros desde que éramos unos bebes, razón por la que la queremos y vemos como la abuelita que nunca tuvimos.

"no me dejes con ellos papá" (la chica militar) DISPONIBLE EN DREAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora