Marinette tiene un secreto de su pasado que no le permite ser feliz y abrir su corazón a un amor. Todos los que la rodean lo saben menos los mas alejados y ajenos a ella. ¿cómo superara sus demonios? ¿quién la ayudara?
Carlos: eso a ti que te importa - no podía controlar su enojo, ver a Lila en esos momentos lo lástimaba; era vulnerable ante ella, sentía que su cuerpo temblaba. Una mano hizo que se calmara; el conocía ese tacto y agradeció que lo hiciera.
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Marinette se levantó rapidamente del suelo, con ganas de hacerle una reconstrucción total a la cara de Lila, pero noto como su amigo temblaba y prefirió tomar su mano.
Lila: claro que me importa, ahora me engañas con la ordinaria de Marinette.
Marinette: oh, oh Lila, no me digas que ya te dejaron y por eso vienes a rastras donde Silvain.
Lila: ¿cómo te atreves a llamarlo así? - para ella, el solo le pertenecía - el es mío.
Carlos: ah no niña hay si te equivocas, querida // no más Lila, no más de ti//.
Lila: pero Silvain, tú me amas, hasta me pediste matrimonio - en ese instante ve el anillo en la mano de Mari - ¿Y TÚ POR QUÉ TIENES MI ANILLO? - tomo por la fuerza el brazo de la chica para quitarle el anillo pero esta no se dejaba, empezaría una pelea a lo grande.
Carlos: alejate de Mari - empuja a Lila, así separando a las dos - le di el anillo a ella; por que si se lo merece. No como tú, que solo jugabas conmigo - sus pupilas estaban contraídas por la irá, no quería perder el control aunque no tenía mucha que digamos en estos instantes.
Lila: ella tiene novio ¿por qué se lo darías? - puso sus manos en la cabeza, se sentía frustrada.
Carlos: es sencillo, ella es mi amiga por eso se lo di, fue ella quien me consolo cuando tú me destruistes sin piedad y por eso se lo di, en forma de agradecimiento por soportarme - ya no soportaba esa situación, lo odiaba; sentía como en cuestión de segundos podía caer, si no fuera por esa manos que sostenía la de el ya se hubiera derrumbado.
Lila: de eso quería hablar - estaba con su voz arrogante y prepotente - quería que regresaramos, te diría otra oportunidad.
Carlos: no seas cínica - ya estaba en su límite. Se suponía que hoy sería un día para difrutarlo con su querida Marinette pero no era así, gracias a ella.
Lila: la que es cínica es ella - señalaba a la azabache - cínica y aparte es toda una cagna - fue callada por la mano de Marinette.
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