Se encontraba en un estado de desesperación total. Miraba el desorden a su alrededor, su mente abrumada por la caída libre en la que se encontraba. La humillación pública y la pérdida de su carrera como periodista eran consecuencias directas de su alianza con Félix. La situación no solo había afectado su reputación, sino que también la había sumido en una espiral de fracaso y desolación.
Las preguntas la atormentaban, pero no encontraba respuestas satisfactorias. ¿Cómo habían llegado a este punto? ¿Cómo habían permitido que todo se desmoronara tan rápido? no podía evitar sentir que el peso de sus decisiones la había arrastrado al fondo de un abismo del cual no podía salir.
No había podido evitar su deseo de venganza después de la humillación que había sufrido a manos de Marinette y Lukas. Había creído que al unirse a Félix, podría recuperar su estatus y ganar de nuevo la admiración y el respeto que había perdido. Pero el precio de esa decisión había sido más alto de lo que había imaginado.
El sonido de su celular la sacó de sus pensamientos. Su corazón se aceleró al recibir una notificación de correo. Miró la pantalla, temiendo lo peor. La campana de su teléfono parecía burlarse de su desesperación, anunciando un nuevo golpe a su ya quebrantada situación.
Con un gesto de frustración, abrió el correo y leyó el mensaje. Las palabras escritas con frialdad y amenaza la hicieron gritar de rabia y desesperación. El mensaje dejaba claro que sus problemas estaban lejos de terminar y que la amenaza que enfrentaba era aún más grave de lo que había imaginado.
"Te lo advertí la última vez, espero que estés preparada porque aún no acabo contigo. Bienvenida al infierno."
La furia y la impotencia la invadieron. En un arranque de enojo, lanzó su celular contra la pared, rompiendo la pantalla. El impacto resonó en la habitación, reflejando el caos emocional en el que se encontraba.
Se hundió en el sofá, abrumada por el peso de la situación. La promesa de más problemas y el sentimiento de derrota eran insoportables. Sabía que debía encontrar una solución, pero en ese momento, las soluciones parecían esquivas e inalcanzables.
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Layla miró a Félix con los ojos llenos de miedo y desesperación. Las palabras de él resonaban en sus oídos mientras trataba de asimilar la magnitud del desastre en el que se encontraban. La devastación personal y profesional era evidente, pero Félix no parecía dispuesto a aceptar la derrota.
Layla: —Se supone que íbamos a destruirla, no que nosotros mismos fuéramos los que termináramos destruidos.
Félix: —¡Cállate ya! ¿Acaso crees que yo también quiero que las cosas salgan así? —Su voz estaba cargada de ira mientras lanzaba objetos contra la pared, destrozando muebles y decoraciones con furia. —¡Maldita sea! ¿Cómo Gabriel hizo que el abuelo me desheredara? —su voz se tornó amarga mientras miraba a Layla, que se encontraba temblando.
Félix se acercó a Layla con una calma inquietante, acariciándole el cabello con una mano. Su gesto parecía desentonar con la furia que había demostrado momentos antes.
Félix: —Creo que tendremos que recurrir a tácticas algo diferentes.
Layla: —¿Qué tipo de tácticas te refieres? —su voz temblaba, su rostro pálido mientras intentaba comprender la amenaza implícita en sus palabras.
Félix: —Si nos atacan de esta forma, no crees que deberíamos dañarlos aún peor; si no se puede a través de sus carreras, será a través de su salud. —El tono de su voz estaba cargado de una determinación fría mientras tocaba el rostro de Layla, su mirada fija en ella.
Layla: —¿Qué planeas hacer? —El miedo en sus ojos era palpable. Quería apartarse, pero la presión psicológica de Félix la mantenía en su lugar, incapaz de moverse.
Félix no respondió de inmediato. En lugar de eso, se inclinó y la besó con una intensidad fría y calculadora, mientras sus pensamientos se enfocaban en las represalias que planeaba. La sensación de su beso era una mezcla de dominio y frialdad, una promesa de las acciones extremas que Félix estaba dispuesto a tomar. Layla sintió un escalofrío recorrer su espalda, y un sentimiento de terror y resignación la invadió, dándose cuenta de que el plan de Félix era aún más siniestro de lo que había imaginado.
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Lukas respiró hondo, tratando de calmar sus nervios mientras se preparaba para la siguiente fase de su plan. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidido a enmendar sus errores y reparar el daño que había causado.
—Primero, necesito hablar con todos los que están cerca de Marinette —dijo, su voz firme—. No puedo permitir que me bloqueen el acceso a ella. Ellos van a poner obstáculos, pero tengo que hacer mi parte para arreglar las cosas. Además, debo mostrarles que estoy comprometido a hacer las cosas bien.
Carlos asintió, aunque todavía había una mueca de enojo en su rostro. El golpe que Lukas había recibido había sido doloroso, pero también era necesario para restablecer la confianza.
Gustavo, siempre el pragmático del grupo, levantó una ceja.
—Eso suena bien, pero asegúrate de tener un respaldo. ¿Tienes algún plan en caso de que te encuentres con resistencia?
Lukas asintió, sacando un cuaderno y comenzando a escribir rápidamente.
—Sí, ya estoy trabajando en eso. He pensado en varias estrategias para asegurarme de que pueda comunicarme con Marinette y demostrarle que estoy dispuesto a cambiar. También voy a intentar averiguar quién está detrás de todo esto y asegurarme de que no haya más ataques.
Matías, al ver la determinación en los ojos de Lukas, se inclinó hacia adelante.
—Parece que tienes una idea clara. Solo asegúrate de no actuar impulsivamente. Es fácil dejarse llevar por las emociones, pero necesitas ser estratégico.
Lukas sonrió agradecido por el consejo.
—Lo sé. Estoy tratando de mantener la calma y ser racional. Gracias por el apoyo, chicos.
Carlos se acercó a Lukas y le dio una palmadita en el hombro.
—No olvides que, aunque te haya dado un golpe, estamos contigo. Lo importante es que hagas las cosas bien esta vez. No tienes que hacerlo solo.
Lukas asintió, sintiendo un alivio al tener el apoyo de sus amigos. Mientras se preparaba para enfrentar los desafíos que se avecinaban, sabía que tenía que ser cauteloso y estratégico. No podía permitirse cometer más errores.
—Voy a ponerme en marcha —dijo Lukas—. Primero, hablaré con los cercanos a Marinette y luego veré cómo puedo abordar el problema que hemos enfrentado.
Matías miró a Lukas con curiosidad.
—¿Tienes algún plan específico para hablar con Marinette?
Lukas asintió.
—Sí, quiero presentarme con sinceridad y pedir disculpas de manera directa. Necesito demostrarle que estoy comprometido a cambiar y a ser mejor. También quiero asegurarme de que entienda que mi intención es reparar el daño que causé.
Carlos frunció el ceño.
—Espero que todo salga bien. No será fácil, pero si realmente estás decidido a hacer las cosas bien, puede que logres ganarte su confianza de nuevo.
Lukas asintió, con una determinación renovada.
—Lo sé. Lo haré lo mejor que pueda. No tengo más tiempo que perder.
Los amigos de Lukas se despidieron con palabras de ánimo y consejos, sabiendo que lo que estaba por venir no sería fácil. Lukas se dirigió hacia la salida con una determinación renovada, listo para enfrentar los retos que le esperaban y enmendar el daño que había causado.
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EI aquí un cap de regalo de Navidad y Año Nuevo, espero que le guste y gracias por aguantar mi inconsistencias desde la muerte de mi mamá y por todo ese apoyo y amor
Chao se cuidan se les quiere lectores
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SINFONÍA <<lukanette>>
RomansaMarinette tiene un secreto de su pasado que no le permite ser feliz y abrir su corazón a un amor. Todos los que la rodean lo saben menos los mas alejados y ajenos a ella. ¿cómo superara sus demonios? ¿quién la ayudara?