Capitulo 2: Como un día normal

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Después de la noche de ayer, Carlo aun seguía algo asustado y con justa razón; ver como un mastodonte le daba un golpe a alguien para posteriormente arrastrarlo hacía un destino indefinido no era difícil de olvidar. Pero a pesar de su temor Carlo aún tenía que ir a la universidad, no se podía dar el lujo de faltar por sus malas calificaciones y pésimo comportamiento, él sabía que si faltaba podría no llegar a ser licenciado o profesional en algo. Así que se levanta de su cama para comenzar su día.

Su rutina era sencilla, se despertaba con un vaso de agua en su mesa de noche, se levantaba de su cama para dirigirse al perchero donde agarraría y luego colocaría una campera de la mascota de Pokémon, Pikachu, después buscaba unas sandalias para bajar hacia la cocina donde se suele preparar un sándwich de mortadela y queso mientras se calienta el café. Luego de comer, se dirige al baño donde se da una ducha militar para finalmente subir hacia su cuarto donde se viste con lo primero que se encuentra en su camino. Ya completada su rutina, prosigue a irse a la instituto.

Su instituto no estaba tan lejos, tranquilamente se puede llegar caminando como se puede llegar en transporte público o en auto propio; eran caminar unos simples 15 minutos.

Así que empieza a dirigirse a su destino, a él le encanta caminar, le fascina todo lo que tiene que ver con observar paisajes y lugares donde el ambiente se siente sano o colorido; y por donde Carlo pasaba era eso, en su trayecto tenía que cruzar un pequeño parqué el cual estaba bastante bien cuidado y varios lugares que fácilmente pueden ser sitios turísticos, ya que las personas que transitaban esas calles hacían que el lugar cobrase vida.

Pasado el respectivo tiempo, Carlo llega a su instituto llamado Rosario Baker, una   institución de Tampa/Florida la cual era reconocida por ser algo estricta en cuanto disciplina y comportamiento y por poner a su elección a los estudiantes la profesión que ellos quisieran profundizar. Ni bien entrar por la enorme puerta principal, ya se encontraba con su mejor amigo llamado Fin Gargano, un joven extrovertido con pelo semi largo de aproximadamente 1,65 de altura.

-Hola brother— se acercaba a Carlo, caminando tal cual pantera rosa.

-Que hay de nuevo- hace lo mismo, chocando las manos  y los puños.

Fin y Carlo eran como hermanos, hacían todo juntos y se auto nominaban como the brotherhood, a pesar de ser simplemente cuatro personas la que conforman su grupo de amigos.

-¿Sabes que es de la vida de David ?- con un tono amigable- lleva tiempo sin venir a clases.

-Ni idea brother- dije en algo preocupado

-Bueeeeeeno- dijo Fin algo decepcionado- cambiando de tema, ¿hiciste la tarea?.

-Claro que si, mi estimado- dicho esto, a Fin se le dibuja una mini sonrisa en el rostro.

-Weeeeeeena mi rey- choca las manos con Carlo, como si de un festejo se tratase- yo también la hice asi que no te preocupes por si pensabas que te la iba a pedir.

-Tampoco es que te la hubiese prestado, crack- Ambos se rieron y se dirigieron hacia su clase de química.

Ese día tenia las típicas clases de siempre, profundización en arquitectura y demás, y lo más importante que no puede faltar en algún lugar de trabajo, la hipocresía entre compañeros.

El promedio de tiempo entre materia y materia era de mas o menos una hora y media y 2 horas la profundización de su profesión, viendo un total de cuatro materias por día.

Carlo no era ni el más popular, ni el más inteligente, era el chico universitario promedio del cual iba para labrarse su futuro en la sociedad. En todo caso de no graduarse el tenia pensado en convertirse en un reconocido jugador de rugby o en el peor de los casos, cantante de reggaetón.

Ya en la hora del descanso, paso algo inesperado, la alarma se encendió y todos salieron al campus principal, en el que se encontraba un tipo, de al rededor 1,76 de estatura, pelo un poco maltratado y corto, con vestiduras de lo que aparente del cuerpo especializado del departamento de policía.

-¿Que ha pasado?- se dirigió hacia Fin, un poco nervioso por lo que estaba sucediendo

-Ni idea bro- se tocaba la cabeza- creo que será el mismo taller de policía que el del año pasado

Entre dudas y preguntas sin respuesta, los profesores mandaron a los alumnos de diferentes cursos a sus respectivos salones.

Ya en el salón correspondiente, entra un policía el cual era el mismo que vio en el campus antes de la orden de los maestros.

-Buenas tardes chicos- dijo entrando al aula de clases- soy Armando Paredes, el oficial al mando de un problema que hubo con unos de sus compañeros.

-¿Cual de todos?- pregunto un alumno del curso.

-Uno llamado David Moreno- Aclaro mientras se acomodaba el chaleco.

En ese momento, en ese preciso instante, Carlo y Fin se alarmaron ya que el era parte de su grupo de amigos o mejor dicho, de the brotherhood

-¿Qué le pasó?- preguntaron Carlo y Fin al mismo tiempo

-Esta en el hospital, en un grave estado-respondió el uniformado, con un tono casi frío- casi muere en un intento de homicidio.

Y así terminaba otra jornada estudiantil de este colegio, como un día normal...

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Amanecer: El asesino del puzzleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora