* Prólogo *

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La familia real paseaba por los grandes pasillos del castillo, los dos pequeños erizos blancos corrían mientras jugaban, aunque el mayor empujaba a su pequeña hermana a propósito.

Entraron por las grandes puertas hacia el gran salón donde se encontraban los tronos del rey y de la reina, los niños habían entrado corriendo, pero la eriza pequeña se detuvo mirando con asombro ambos tronos que para ella eran enormes sillas e inalcanzables, pensaba que solo podía ver los pies de quienes se sentaran ahí.


– Esas sillas son enormes... – Mencionó algo temerosa sin dejar de ver ambos tronos, su hermano mayor se acercó a ella en una risa que demostraba burla hacia ella.

– Ya te han dicho que se llaman tronos, mensa. TRO-NOS. – Decía con énfasis, ambos erizos se miraban con desprecio.

– James. – Llamó muy seria la reina, el pequeño tan solo la miro con las orejas abajo – ¿Tengo que volver a repetirlo? Y quiero que te disculpes con tu hermana.

– "Un príncipe no es mal educado ni grosero." – Citó acompañado de un gran suspiró, miró por última vez a su hermana y ambos se sacaron la lengua – Lo siento, Verena. – Dijo bufando cruzándose de brazos – No sé por qué me preocupo, tú nunca serás reina. – Mencionó alejándose yéndose hacia las grandes ventanas del salón.

– Ignora a tu hermano – dijo el rey acercándose a su pequeña princesa –, sabes muy bien como es él. Pronto él crecerá y madurará, ambos se darán cuenta de que los fortalece es la unión.

– ¿Unión? – Cuestionó dudosa la pequeña con el ceño fruncido mirando a sus padres.

– ¿Recuerdas a Tikal? – La pequeña respondió asintiendo con la cabeza – Cuando los conoció, me dijo que tu hermano era un guía y poseía la valentía, como todo un buen rey debe tener. Sin embargo, mi pequeña princesita, posees sabiduría y fuerza.

– Pero ¿De qué sirve? – Cuestionó algo temerosa – No seré reina...

– Mi pequeña – habló su madre acariciando con suavidad la mejilla de la pequeña –, tienes que saber que en la vida existen millones de preguntas que no todas podrán ser respondidas, pero lo más importante es aprender la lección de cada momento. Seas reina o no.

– Siempre tendrás el apoyo de quienes te aman, así como nosotros te apoyamos y te amamos. – Mencionó el rey poniéndose a la misma altura que ella – Todos tenemos un motivo por el cual estamos aquí sabiendo que habrá momentos de paz y de dolor.

– Pero no la destrucción. – Dijo la reina – ¿Sabes cómo es eso posible? Con la unión que debemos tener como familia. 

– A lo largo de tu vida aprenderás muchas cosas y enfrentarás muchas situaciones, tú misma puedes obtener el valor y el poder. – Los tres miraron hacia el trono, pero la pequeña miraba a ambos tronos con algo de miedo y con demasiadas preguntas en su cabeza. Sus padres se percataron de ello y tan solo la abrazaron con mucho cariño – Lo entenderás algún día.

Parabellum ~(1° Temporada) ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora