Parabellum ~(1° Temporada) Shadonic

17

Durante algunos días, todos estaban ocupados preparando lo necesario para el día de la coronación de Verena al igual que ella se estaba preparando para ser reina.

Starline estaba en el enorme sótano del castillo, estaba solo y llevaba consigo una vela junto con el libro que leía cada noche. Colocó la vela en el suelo al igual que el libro abierto en una página en específico.

– Con Mephelis iba a tener gran ventaja... – Dijo para sí mismo – Pero ahora que no está no podré continuar con mis planes siendo un simple mortal. También debo ocuparme de Shadow, posee el poder de su padre y no podré hacer nada si está en mi camino.  – Se puso de rodillas mirando la página de su libro – Necesito más poder... – Dijo casi entre dientes y extendió sus brazos a sus costados – ყველა შიშის გამოძახება! (q'vela shishis gamodzakheba!) (¡Invocador de todos los miedos!).

Una luz roja salió del libro entrando en el pecho de Starline y, en él, comenzaron a formarse líneas del mismo color por todo su cuerpo y en su cuello apareció un collar de un cuarzo rojo color sangre.

La luz desapareció y las marcas de Starline se hicieron internas en él, había dado su alma para tener el interior de un demonio y poder controlar a los demás demonios que quisiera.

Todos estaban presentes en el gran salón vistiendo con ropa elegante para la ocasión, los soldados estaban en cada parte del castillo asegurándose de la protección de todos. Parecía todo tan tranquilo y lleno de felicidad a pesar de la guerra por la que habían atravesado.

Verena se miraba en el gran espejo colgado en su pared con algo de tristeza, realmente no se sentía preparada para ser reina a pesar de que estuvo varios días aprendiendo. Tenía puesto un vestido largo de color azul oscuro, en la parte de arriba la tela era de terciopelo y la falda del vestido era de una tela liza, en su pequeña cintura había una especie de cinturón que tenía dorado la parte de enfrente. De sus hombros caía la capa del mismo color acompañado de pequeños dibujos de color dorado haciéndolo ver muy elegante.

Suspiró hondo y cerró sus ojos tratando de convencerse a sí misma de que podrá hacerlo.

– ჩვენ ერთად ვიქნებით, სიყვარულში და სიძულვილში. (Estaremos juntos, en el amor y en el odio) – Recitaba y, en ese mismo momento, su collar comenzó a brillar un poco. Al terminar sus palabras, este dejó de brillar.

Abrió los ojos y se miró nuevamente en el espejo, sus ojos se notaban tristes debido a que la depresión estaba dominándola. Desde la muerte de su padre padeció de depresión, pero lo ocultaba a pesar de que aumentó más con la muerte de su madre y de su hermano.

– ¿Vanny? – La llamó mientras entraba a la habitación. La miró frente al espejo y entró acercándose a ella – Ya es hora.

– Shadow... Tengo miedo... – Confesó casi en susurro – No puedo... – Una pequeña lágrima cayó por su mejilla.

– Si puedes. – Contradijo y la tomó de las mejillas para que ella lo mirara – No estás sola, Verena, ¿Escuchaste? Estoy contigo al igual que Sonic y Rouge. Eres más fuerte de lo que tú crees.

– Lo soy... – Sonrió un poco y bajó la mirada, pero su mano se movió hacia el cuarzo que colgaba en su cuello haciéndola fruncir el ceño – Mi padre me lo dio cuando tenía 16 años... Me hizo repetir algunas frases en georgiano, nunca me quiso decir el motivo de esto... Tan solo dijo que era en caso de emergencia. – Miró al moreno – ¿Tú sabes qué es? – El moreno miró el collar y suspiro mirándola nuevamente a los ojos.

– Después te lo haré saber, pero será hasta que te sientas mejor. – Le sonrió un poco ofreciéndole su brazo, ella lo tomó y ambos caminaron para ir al salón del trono.

Verena entró por las grandes puertas y paso por en medio de todos, al avanzar hacían una reverencia para ella. Verena miraba el trono con algo de miedo y comenzó a recordar a su familia sintiéndose de alguna manera culpable de sus muertes.

Al llegar, se puso frente al trono y miró a todos los presentes. Sonic, Rouge y Shadow estaban en primera fila al igual que Starline que movía sus manos con inquietud.

Verena no puso atención a lo que el gran maestro decía para coronarla, se sentía pequeña e indefensa, no lo estaba pasando para nada bien y no disfrutaba la idea de portar la corona.

– Verena Relish. – Mencionó el gran maestro y eso llamó la atención de la eriza blanca – Reina de la Capital Esmeralda. – Colocó la corona en la cabeza de ella y todos se hincaron, incluyendo al moreno, algo que realmente sorprendió hasta para la nueva reina.

– Largo sea su reinado. – Dijeron todos en cuanto la nueva reina se sentó en el trono.

Todos aplaudieron y Verena agradeció con su mano dando ligeras sonrisas a cada uno, de alguna manera lograba ocultar como se sentía realmente.

Hicieron la celebración, todos se encontraban felices mientras comían y bailaban. Verena solo se limitaba estar sentada dando pequeños tragos al vino que estaba servida en la fina copa, su mirada perdida sin prestar atención a lo que sucedía a su alrededor.

Shadow y Sonic no estaban en ese momento en la celebración, habían ido a uno de los cuartos para tener sexo.

En cuanto a Starline, estaba sentado en uno de los rincones del salón, su mano estaba reposada en la mesa mientras que su dedo índice se levantaba como tic debido al poder que estaba en su interior. Respiraba un poco agitado, sabía controlar dicho poder, pero aun así se sentía inquieto.

Verena se puso de pie y caminó alejándose de todo el ruido que le resultaba molesto en ese momento. Salió a los jardines yendo hacia sus dragones que estaban descansando. Al acercarse, ellos levantaron su cabeza acercándose a ella para acariciarlos.

– ¿Estás bien? – Preguntó el moreno con suavidad mientras se acercaba a la princesa. Ella solo bajó la mirada dejando de acariciar a sus dragones.

– Todo pasó tan rápido... – Dijo – Pareciera que ayer sucedió todo... No puse ni la más mínima atención durante la coronación... No me he sentido feliz. – Miró al moreno, sus ojos comenzaban a llenarse poco a poco de agua – Sólo tengo miedo...

– Serás una excelente reina. – Suspiró un poco acercándose a ella – Supongo que no es nada fácil el llevar la carga de tres muertes de tu familia y de un día para otro convertirte en reina, pero tienes que dejar a un lado ese dolor. Dejar a un lado esa carga que solo te perjudica – En cuanto se acercó, la tomo suavemente de las mejillas para ambos mirarse fijamente a los ojos – Va a sonar raro viniendo de mi parte... Te amo, Verena. Eres mi reina. – Confesó – Solo tú sabes la manera en la que te amo. Te prometí que te protegería y eso es lo que voy a hacer, jamás te dejaré sola. – Abrazó con mucho cariño a su reina. Ella se aferró a él como si fuera una niña pequeña sintiéndose protegida en los brazos de un héroe.