Parabellum ~(1° Temporada) Shadonic

3

Pasaron algunos días del entierro de la reina Anat para dar paso a la coronación de James, quien era el siguiente en tomar el trono de su familia. Todos estaban presentes, incluyendo Shadow y Rouge en compañía de Verena.

Todos aplaudían ante el nuevo rey de la Capital Esmeralda, James lucía elegante portado su capa roja y la corona, pero Verena a pesar de lucir radiante y que sentía felicidad por su hermano, no se sentía del todo feliz debido a que sus padres habían muerto. Aparentaba estar feliz, pero Shadow se había percatado de la verdad, en tan solo unos días conocía muy bien a la princesa.

La celebración se llevó a cabo, exquisito banquete para todos al igual que de todo tipo de bebidas. Todos conversaban y reían.

– Puede que no sea alguien alto y musculoso – dijo un lémur que era parte del ejército, ya ebrio mientras miraba al rey con una sonrisa de orgullo –, pero él es el rey que todos necesitamos. ¡Por el rey James! – Brindó alzando su copa y en seguida todos hicieron lo mismo celebrando el inicio del reinado de James – El primer miembro de la familia que toma el poder siendo muy joven, a sus 21 años. ¡Por nuestro difunto rey Xander! ¡Y por nuestra difunta y hermosa reina Anat!

Todos levantaron nuevamente sus copas, James hizo lo mismo y bebió recordando a sus padres, Verena tan solo bajó la mirada con tristeza y en ese momento sintió la mano de Shadow colocarse en su hombro son suavidad, ambos se miraron con una ligera sonrisa y Verena levantó nuevamente la mirada hacia los invitados.

Shadow hizo lo mismo, miró a cada uno de los presentes, miró a Rouge quien coqueteaba con Jet tan solo por diversión a pesar de que el comandante hacia lo mismo con ella. Al desviar más su mirada, vio a un peculiar erizo azul que era acompañado de una eriza rosa, ambos reían juntos, pero no dejaba de mirar al joven azul.

– ¿Shadow? – Llamó la princesa al ver como el moreno estaba hipnotizado, vio hacia la misma dirección y no dudo en sonreír arqueando una ceja – Vaya, vaya, vaya. Veo que alguien te gusta, ¿Eh?

– ¿Gustar? – Cuestionó reaccionando y la miró – ¿Por qué crees eso? Es imposible, soy un demonio. – Decía tratando de mentir para cubrirse, pero la princesa sabía la verdad.

– Eres mitad demonio. Además, tu padre era 100% demonio y aun así se enamoró de una mortal. – Respondió de forma retadora.

– ¿Qué cosas dices, Relish? – Desvió la mirada nuevamente hacia el azulado, pero esta vez se inclinó un poco hacia el frente con el ceño fruncido – Un momento...

– ¿Sucede algo? – Miró hacia el azulado y al parecer vio lo mismo que el moreno – ¿El cuarzo?

– No es cualquier cuarzo. – Respondió sin dejar de verlo – Ese cuarzo le pertenecía a mi medio hermano.

– ¿Mephelis? – Frunció el ceño - ¿Por qué ese chico lo tiene? – En ese momento abrió los ojos sorprendida y el moreno la miró – ¿Crees que... sea posible que...?

– No lo sé... – Respondió – Tendremos que mantenerlo vigilado hasta averiguar la verdad. Tengo un pequeño plan... Ve con él y trata de sacar algo de información, no importa si la rosada habla también. Sería más fácil que contigo diga algo siendo la princesa a que yo vaya.

– Bien, haré lo que pueda.

Se puso de pie y caminó hacia la mesa donde se encontraban los erizos conversando, Shadow tan solo seguía mirándolo muy intrigado y lleno de dudas al mismo tiempo que recordaba a su medio hermano.

– Buenas noches. – Dijo con amabilidad la princesa deteniéndose frente a ellos. Ambos erizos se pusieron rápidamente de pie al verla y dando una pequeña reverencia.

– Princesa. – Sonrieron ambos sintiéndose un poco nerviosos.

– Amm, ¿Puedo sentarme? – Señaló una de las sillas e inmediatamente el azulado le abrió la silla para que ella se sentara – Que atento de tu parte. – Sonrió y se sentó en la silla siendo acomodada por el azulado – Muchas gracias, amm...

– Sonic. – Sonrió regresando a su lugar y junto con la rosada se sentaron al mismo tiempo – Le diría mi apellido, pero yo no tengo debido a que he sido huérfano.

– Yo soy Amy Rose, princesa. – Sonrió la rosada.

– Un placer conocerlos. – Sonrió un poco mirando a ambos – Quise acercarme con ustedes porque no pude evitar pensar en que... Creo que no son de por aquí, ¿O me equivoco?

– No, somos de Green Hill. Vinimos a la Capital por un pequeño asunto de ambos y al saber que hoy sería la coronación de su hermano quisimos estar presentes. Espero que no le moleste que hayamos ingresado sin una invitación... – Respondió la rosada un poco apenada.

– No, no, nada de eso. – Sonrió mirando a ambos – Son bienvenidos y pueden disfrutar de la comida que se esté sirviendo. Incluso la invitación es abierta. – Miró hacia el azulado y desvió su mirada en el cuarzo que él poseía – Veo que tienes un cuarzo contigo.

– ¿Eh? Ah sí... – Se rascó la nuca recordando lo que había sucedido.

– Yo tengo uno igual. – Sacó el suyo que estaba dentro del escote del vestido y se los enseñó sin problema alguno.

– Wow, es hermoso. – Dijo el azulado – ¿Hace algo en específico? Escuché que estas piedras ocultan una clase de poder o algo así... – Preguntó de forma que no sospechara que él había descubierto ser mitad demonio gracias al cuarzo.

– Temo que no sabría decírtelo con certeza. Este me lo dio mi padre durante la guerra... Dijo que era un tipo de recurso o algo así. – Miró al azulado – ¿El tuyo hizo algo?

– Eh... No. – Sonrió con falsedad al igual que la rosada – Solo lo encontré en el bosque y me lo puse. – Era terrible mintiendo y de eso se había dado cuenta la princesa que solo sonrió.

– De acuerdo. – Respondió con tranquilidad – Fue un gusto conocerlos a ambos y espero que disfruten su noche aquí. Disculpen. – Sonrió levantándose de su lugar yendo hacia su lugar de origen.

– Eres terrible mintiendo. – Dijo la rosada burlona y a la vez molesta.

– No creo que se haya dado cuenta de que le mentí... Y si lo hizo espero que no mande a ejecutarme. – Respondió nervioso.

Verena se sentó en su silla a lado del moreno y este solo la miró esperando noticias.

– Oculta algo. – Dijo mirando al moreno – Debemos estar cerca.

– Por mí está perfecto. – Sonrió mirando nuevamente al azulado.