Ahora, bien sabemos que en la filosofía clásica, más la aristotélica, se fija de manera exacta en una cosa: la sustancia (o substancia, que es lo mismo); nosotros somos sustancia, o al menos pertenecemos a parámetros sustanciales en los cuales somos sin estar. Con eso decimos que el hombre es sustancia, o al menos, la composición de las cosas, del hombre en sí, más allá de la materia, es la sustancia que lo compone. Todo acto que reside en la existencia terrena acontece de forma continua a proceder de la sustancia y en composición de la materia (a esto se le incluye, evidentemente, la biología) Preguntémonos pues si es posible formularse la existencia del hombre sin la sustancia.
Es complejo, pues sin la sustancia seríamos cosas grises, más del estado actual (suerte de no ser un estado absoluto de indiferencia, como bien lo ha planteado el nihilismo más puro y utópico). Respondemos a la duda, pues será fundamento para empezar de manera correcta: no nos podemos formular una imagen del hombre sin la sustancia, porque todo hombre posee una forma, y la forma se compone de la sustancia y la materia; para que me entienda tanto mejor: el hombre de verse ausente respecto a la sustancia, se vería igualmente ausente de la materia, y si se encuentra ausente de la materia, se encuentra ausente de la forma: no seríamos hombres, seríamos dioses, de esos que desafían a la naturaleza entre los días más catastróficos.
Cuya determinación radica no sólo en las disposiciones ajenas sino también en el mal radical del hombre.
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La Forma del Hombre o Tratado Filosófico Sobre la Composición de los Seres
Kurgu OlmayanLa Forma del Hombre (o Tratado Filosófico Sobre la Composición de los Seres), tiene como causa resolver, o al menos progresar en la solución, de problemas que están atornillados en la mente del hombre, pero más importante, en brindar La Forma del Ho...