3. Efecto de la trascendencia del espíritu y los momentos en que este lo hace.
La trascendencia entendida acá no es la cualidad del objeto físico de sujetarse a una irrealidad, sino de superarse (concepto cotidiano, de hecho). El problema es que el espíritu no es físico, como se pudo evidenciar; del modo en que trasciende el espíritu es igual al del hombre en sí, mas su condición de estado no le permite trascender individualmente: si el hombre trasciende, es porque su espíritu lo hizo con él.
Comprendido ahora qué es la trascendencia nos debemos preguntar de qué modo lo hace el espíritu: mediante la configuración crítica de sus estados presentes, es decir, cuando se configura en virtud de su beneficio intelectual, que lo hace cosa distinta pero mejor a lo que pudo ser antes.
¿Qué efecto conlleva esto en el individuo? Un cambio de las potencias direccionadas e incluso una revolución donde se toman caminos totalmente distintos. Es decir: se cambia por completo la forma en que se es y para donde se deseaba ir, de modo que esto le pueda beneficiar (ojo, esto no aplica para todo, hablamos exclusivamente de la configuración crítica). Lo anterior mencionado lo denominamos "postrascendencia", o momento posterior a la trascendencia, del cual surgen problemáticas tales como:
-¿A dónde puede direccionar el espíritu en su nuevo camino, se vuelve acaso dogmático? Si la nueva dirección tomada, causa de la trascendencia, direcciona al espíritu, entonces este debería, evidentemente, tomar nuevos rumbos. Si nos dudamos sobre su dogmatismo estaríamos acudiendo a lo que de este sucede, que es un pasado en casos algunos tanto peor (recordemos que estamos suponiendo el hipotético caso de la configuración crítica en que el espíritu que acontece en una línea temporal donde lo su pasado fue peor que lo vivido de forma presente). Respondemos: pese a que sube de escalón el espíritu, este no se vuelve dogmático absolutamente, sino de manera relativa a lo que el dogmatismo refiera.
Se podrá retroceder sobre sus pasos y andar por calles que alguna vez recorrió, pero si aquello está destapado y sin pavimentar, lleno de huecos y lodo, no se pasará jamás por ahí tan frecuente como se solía hacer. Todos debemos incurrir en lo que alguna vez fuimos para entendernos en la medida de lo posible. Las rocas pesadas deben dejarse en el camino cuando estas traen sino dolores de espalda. Las ideas que están desechadas y se sometieron a la constante crítica se vuelven una ausencia de virtud dogmatizada de manera armoniosa y beneficiosa para la razón y los principios lógicos, pues de ozar el ostento de lo que fue pasado y error en modo de conservación en una realidad que ya supuso sus huecos y fallos, sería caer en un hoyo sin salida, donde lo dogmático no es relativo al concepto por el cual entendemos la razón de su universalidad, sino una cosa dogmática absolutamente, donde no hay concepto ni prueba.
Ahora, los caminos que este espíritu puede adoptar, en caso que críticos, son altamente necesarios para la razón entendida en la lógica que a esta subyace, como el individuo al espacio. Direcciona, pues, a un camino de intuiciones limpias, donde el entendimiento goza de una constante evolución y donde el error es parte del avance.
-¿La dirección definida por la determinación del espíritu, que es cosa a priori y universal, permitiría que se mueva de posiciones libremente el espíritu? Pese a que su determinación (entendido como límite direccionado a perecer) es a priori y universal, y que el espíritu ya esté tentado hacia un final donde no pueda pasar el muro invisible que hay entre la realidad y la irrealidad, este puede moverse libremente dentro de sus posibilidades. Lo que decíamos en los límites del espíritu es: hay un límite definido por la posibilidad, definida también por la determinación, que es cosa perteneciente a la realidad; cuando el objeto trata de suceder en la irrealidad (que es la metafísica y de la cual hablaremos tanto más adelante) consigue sólo fracasar: todo objeto que intente dejar de serlo para convertirse en una materia suprasensible, fuera de las posibilidades y con cualidad de Dios, termina muerto.
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La Forma del Hombre o Tratado Filosófico Sobre la Composición de los Seres
Non-FictionLa Forma del Hombre (o Tratado Filosófico Sobre la Composición de los Seres), tiene como causa resolver, o al menos progresar en la solución, de problemas que están atornillados en la mente del hombre, pero más importante, en brindar La Forma del Ho...