Contrato

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Jin tuvo que regresar a su departamento, ordenar todo e ir a la universidad pidiendo algunos días de inasistencia. Sin embargo, no pudo faltar a su trabajo de vendedor en una tienda de ropa para mujer.

-Su risa era natural a pesar de su tristeza.- Se ve muy bien.- La mujer mayor no paraba de verse al espejo con grandeza.- El color azul cobalto le queda muy bien.

-La mujer le regreso la sonrisa a Jin.- ¿Tienes algunos zapatos que combinen con el vestido?- Jin asintió regresando a los aparadores donde se encontraba el calzado de más alta calidad. Conocía a la señora Kim, y sabía que cuando iba a la tienda siempre pedía por él debido a la forma en que combinaba los vestidos con el calzado y accesorio. Fue por eso que el castaño tuvo el atrevimiento de tomar un bolso negro lleno de piedras oscuras.

Jin: ¿Qué piensa?

Nara: Que no puedo esperar para estrenarlos en la próxima cena familiar. Por favor, has que envuelvan ese conjunto y los otros vestidos que escogiste para mí.- La mujer volvió a entrar a los probadores mientras Jin hacia la transacción-

Gracias a la señora Kim podía reunir un poco más de dinero para las terapias y medicamentos de Yoongi, dándole esperanzas y ánimos de ir a buscar al prestador que le había mencionado el doctor.

En cuanto su turno termino, hizo su recorrido en autobús caminando las calles restantes hasta llegar a lo que parecía ser la dirección que venía en la tarjeta.

El castaño pensaba en un lugar pequeño. Que equivocado estaba cuando vio el enorme edificio en sus narices. Parecía una compañía bastante prestigiosa.

Jin: Disculpe, busco a esta persona. - Se acercó a las recepcionistas enseñando la tarjeta -

-Ambas mujeres que se encontraban en el mostrador, se miraron sin mostrar su sorpresa al ver nuevamente la tarjeta de su jefe, lo que significaba una cosa.- Es el décimo piso.- Una de ellas le dio un pase platinado a Jin haciendo que subiera por los elevadores.-

Mientras iba en el elevador, se quedó viendo aquel pase que parecía estar hecho de un material tan pesado.

Cuando llego al décimo piso sus ojos se abrieron de sorpresa puesto que en frente de él había una enorme puerta caoba que se encontraba abierta de par en par, dejando ver la oficina con alguien que al parecer estaba disfrutando la vista, mostrándole su espalda.

Jin: ...Disculpa, ¿es usted el señor Kim? -

-El platinado, con solo escuchar aquella voz, volteo la silla, topándose con el perfil de Jin. Sus ojos empezaron a escanearlo desde sus largas y delgadas piernas hasta llegar al cabello. Era hermoso. Tal vez por la poca pulida que tenía el joven en su cuidado personal no relucía en todos los sentidos, pero era hermoso.- Si, soy yo.-Namjoon posó su barbilla en sus manos cruzadas, perdiéndose en las almendradas pupilas del chico que no eran nada a comparación con la pura sonrisa que le brindo... pureza que hace años no veía.- ¿En qué puedo ayudarte?

-Jin se acercó, quedando en frente de Namjoon, dándole una reverencia de 90° como saludo.- Mi nombre es Choi SeokJin. El doctor Park Jimin me refirió con usted.

-Entonces, esa bella sonrisa que dejaba a la vista los hoyuelos del platinado, apareció.- Así que tú eres mi nuevo contratante.

Jin: ¿Contrato? ¿Pensé que hablaríamos de un préstamo?

Namjoon: Te puedo dar el préstamo, no hay problema.

Jin: ¡De verdad! –La energía del castaño aumento con tan buena noticia.- ¡Te aseguro que pagare todo el dinero, incluso los intereses!

-Namjoon se empezó a reír asustando a Jin. El chico en verdad era muy inocente.- Claro que te prestare el dinero, pero no necesito que me lo devuelvas.

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