Open your legs

Amor

Desde el otro lado de la tela que cubría la habitación en donde Namjoon se encontraba, Jin lo observaba. Se recargo en la pared, divagando sus ojos por todo el cuerpo del moreno. La expresión de Jin era la de un humano que ya había perdido todo. Fue por lo que camino al centro de la habitación, indicándole a Namjoon que se encontraba del otro lado de la cortina transparente color vino.

Los ojos del hombre eran afilados. Era la mirada de alguien descontento y Jin sabía por qué.

Namjoon: Tu trabajo, me lo mostrarás- Dijo el hombre dándole un trago a su bebida- Eso fue lo que decía tu mensaje. -El castaño suspiro profundo, tomando el control remoto que había de su lado en una mesa de la entrada, empezado a bailar de forma atrayente al hombre que lo seguía viendo cual tímpano de hielo. Ese no era su... sacudió la cabeza ante tal pensamiento- Me estas aburriendo- Paró en seco cuando escucho aquello, mirando el suelo- ¿Hay algo que quieras decirme, Bae? -Jin seguía rígido en su lugar cuando el moreno se acercó a él, alejando la tela para verlo cara a cara- Jin... -Ahora todo había acabado, justo en el noveno día, porque...- ¿Por qué te fuiste sin decirme nada, Jin? -Fue entonces que alzó su cabeza y miró con sorpresa a Namjoon, que más que enojado, el hombre estaba triste, abrazándolo como si estuviera desconsolado-

Debido a aquel acto, Jin se relajó y volvió a respirar con los ojos casi a punto de lagrimar. Aceptó el abrazo de Namjoon cerrando los ojos y recíprocamente devolvió el cariño acariciando la espalda del hombre. Ahora volvía a ser él otra vez.

Jin: Lo siento, Namjoon. -Realmente lo sentía, pero no por lo que pensaba el hombre- No lo volveré hacer. -El corazón de Jin se estrujo cuando Namjoon se separó de él y le sonrió como lo aprendió a hacer gracias a él-

-El hombre acarició su rostro con tanto cariño, como sí...- Hace un momento, ¿qué era lo que intentabas hacer? ¿Quieres bailarme? – Pero tal cara enternecedora desapareció abriendo paso a unos ojos apasionados y llenos de interés por el tipo de ropa que llevaba su acompañante- Muéstrame lo que tienes, Jin.

Jin asintió, borrando la preocupación de su rostro porque aún le faltaban tres maravillosos días con Namjoon, el hombre que lo amaba...y del cual él también se estaba enamorado como idiota ante la falta de afecto.

Ese día, después de salir del negocio donde anteriormente trabaja Jin, ambos se fueron a cenar al departamento de Namjoon. Los dos se miraban de vez en cuando con cierto sentimiento de intriga que resolvieron cuando llegaron a la habitación en donde la respiración errática de Namjoon estaba combinada con la de Jin. El moreno, levantó levemente la parte baja del cuerpo de su acompañante que estaba jadeante y sus manos apretaban la almohada en donde reposaba su cabeza húmeda.

Para Namjoon, Jin era lo más hermoso que pudieron haberle dado en la vida, pero la realidad era que el joven no era suyo. Aun así, no podía quitar su vista de él mientras lo penetraba, fue por eso por lo que Jin abrió sus ojos encontrándose con los oscuros del peli-plateado, impregnándose de ese deseo a flor de piel y dejando salir sin querer sus sentimientos.

Jin: N-no... no me mires así. - La espalda del castaño se arqueo soltando un gran gemido cuando Namjoon lo penetro más fuerte-

Namjoon: Tu voz, tu cuerpo... incluso tus malditos ojos los siento como si... -Ambos orbes se habían vuelto a encontrar. – me estás confundiendo, Jin

Tal vez Jin no sabía de lo que hablaba Namjoon, y mucho menos porque soltó la almohada y paso sus manos por aquella espalda que era más accesible al tener más cerca al dueño que lo estaba besando con tanta parsimonia y dulzura. Esa noche, para ambos no fue solo el sexo de siempre, porque, faltaba únicamente un te amo saliendo de sus bocas para sentirse completos después del clímax.