6. Noche de tormenta

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Pasan varias semanas sin un rumbo fijo. El coche termina sin gasolina a los pocos kilómetros de empezar el viaje, y Negan va cambiando de vehículo constantemente, o haciendo el camino a pie cuando ve en el mapa que es aceptable.

Otras veces tienen que dormir al aire libre con los mosquitos. Los insectos. La fauna salvaje.

Horror.

Ivy mató a su primer mordedor una de esas noches. Puede recordarlo perfectamente: era un hombre, bastante menudo, de pelo castaño. Tenía varias costillas al aire y una leve cojera. Negan estaba durmiendo en ese momento, apoyado contra un árbol. El mordedor apareció entre las sombras de la noche justo a su lado.

La mujer no se lo pudo replantear, ni siquiera lo pensó. Clavó el cuchillo en el cráneo del zombie sin miedo. Fue una puñalada directa, precisa y rápida. 

Estuvo quejándose una semana por haberse manchado de sangre.

Negan, como es lógico, se levantó en ese momento, quedándose estático frente a la escena. Tuvo la decencia de continuar él con las guardias.

Cada día de supervivencia es un día más en el que los ánimos se van hundiendo poco a poco. Incluso Negan va hablando cada vez menos, convirtiéndose en una especie de robot al que solo le interesa sobrevivir...al menos hasta ese momento.

Ivy está apoyada contra un coche, observando a su acompañante sacar gasolina del vehículo. El hombre está tarareando algo sobre una hamburguesa gigante.

- ¿Crees que habrá suficiente para arrancar el coche? - la mujer se está comiendo una barrita de chocolate, concentrada en el mapa. Después de esas semanas se había dado cuenta de que comer chocolate no iba a convertirla en un tonel, más bien iba a evitar que muriese de inanición - Hay un río que pasa por un pueblo. Me vendría bien ropa nueva, una ducha y algo de higiene.

Negan le lanza una mirada sarcástica.

- Eso está como a doscientos kilómetros, no vamos a llegar ni de coña. ¿Aún no sabes mirar un mapa?

- Estoy sucia - se queja. Negan bufa exasperado. Comenzaba a pensar seriamente en la opción de abandonar a la mujer en una cuneta - Solo mira mi pelo Negan, es asqueroso. ¿Crees que puedo ir por ahí así?

- Estás preciosa nena - por suerte poco a poco iba aprendiendo a callarla - Te prometo que esta mierda va a funcionar.

- Puede que sea nuestra gasolina la que te estés llevando amigo.

Ambos se giran, demasiado sorprendidos al escuchar otra voz. Son un grupo de tres hombres que en principio no parecen llevar ningún arma encima salvo un bate de béisbol. Negan suspira.

- Puede que en pago me lleve una paliza - Ivy levanta una ceja, mirando a su compañero como si fuese un idiota - O sea, yo te daré una paliza. No me refería a que me la dieses tú...joder, estoy demasiado nervioso para esta mierda, es la primera vez que vemos a otros seres humanos, ya sabes.

- Escucha payaso - otro da un paso al frente. Ivy se acerca a Negan, refugiándose. El hombre ya está de pie con los brazos cruzados - Solo tienes que darnos la lata de gasolina.

- Mira amigo, eso no va a pasar - le pasa el brazo por detrás a Ivy, pasándose la lengua por los labios. La mujer se relaja un poco - A ver, ¿Qué cojones vais a hacer con ella? Nosotros hemos encontrado un coche a unas manzanas...sin gasolina y con las llaves puestas. Si nos quitáis la puta gasolina me da a mí que os falta algo ¿no? ¿Alguno de vosotros sabéis hacerle un puente a un coche?

Los hombres se miran, bastante confusos. Ivy se aleja de Negan, un poco más relajada. Al parecer, no eran más que unos cuantos tipos no demasiado peligrosos.

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