10. Tú y yo sobrevivimos

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Negan destroza la cabeza del último caminante con un arco casi perfecto. Ivy aprieta los labios, dejando de mirar por la mirilla del arma y echándosela a la espalda.

- ¡Así es como un hombre ardiente en todos los sentidos se tira a estos cadáveres de mierda! - exclama Negan, levantando el bate por encima de su cabeza en señal de victoria. Un trozo de seso le cae en la cara por idiota - Joder.

- Me tiemblan las manos de pura anticipación - admite Ivy, entrando a la tienda - ¿Estoy soñando? - rebusca entre los percheros - Creo que sí.

Negan le pone la mano en el hombro. La mujer le ignora.

- No pierdas de vista los alrededores - avisa. Ivy asiente sin escucharle, demasiado ensimismada con la ropa gratis frente a ella - ¡Pareja! - el matrimonio de gira hacia él - No bajéis la guardia.

Ivy se sentía en el paraíso. Después de poder ducharse, ahora podría comprar... Saquear lo que quisiese sin estar pendiente de hipotecas ni deudas. ¿Podía su vida mejorar?

Agarra una falda vaquera y se la pone sobre la ropa, comprobando la medida. Definitivamente iba a llevarse una. Estar en un apocalipsis no iba ligado a vivir sin estilo.

Se acerca al mostrador y coge una bolsa de plástico de las grandes. Braguitas nuevas. Un sujetador nuevo. La idea casi hace que su mente explote en éxtasis.

Negan se acerca a ella con una simple camiseta blanca de su talla en la mano. Se quita la que ha cogido de la casa grande, arranca la etiqueta con los dientes y se la mete por la cabeza, orgulloso.

- ¿Seguro que blanco es el mejor color? - Ivy niega - Tu decisión es poco acertada Negan. Vamos a vivir entre mierda, por mucho que me duela decirlo.

Él eleva los hombros.

- Si voy a ser un jodido ángel guardián al menos voy a parecerlo - sonríe - voy a coger otra para después de la ducha, qué narices. Hay de sobra, me puedo permitir el despilfarro.

- ¡Espera! - el hombre se gira hacia ella. No sabe dónde está la pareja pero supone que no debe andar lejos, no ha oído ningún grito - Te quedarían genial unos accesorios.

- ¿Pretendes vestirme como a un jodido maniquí? - se burla, entretenido con la comparación.

- Por supuesto - Ivy le guía hacia los estantes de las gorras, señalando una - Pruébatela.

- Oh no, yo no soy de gorras nena, tengo que cuidar mi preciosa melena - Ivy eleva una ceja, preguntándose a qué melena de refiere - Está bien, solo era una excusa. No quiero gorras. Me recuerdan a mi tiempo de árbitro de pequeños inútiles. - Agarra una rosa y se la planta en la cabeza - A ti te queda mucho mejor. Así no se te asa el cerebro.

-¿Y un pañuelo? - señala al siguiente estante, ignorándole. Quizá sí se quede con la gorra. Posiblemente evite que se le ensucie tanto el pelo - ¡Tiene muchos usos!

- ¿Qué usos...? - levanta la mano antes de seguir, cortándola - Está bien, ni siquiera quiero saberlo. Me pondré un puto pañuelo - agarra uno rojo y se lo envuelve en el cuello - ¿Feliz?

- Estás perfecto - asiente orgullosa.

- Lo sé

- Solo te falta ducharte - se tapa la nariz a modo de broma... O no. Negan rueda los ojos - Necesito ir al vestuario a probarme mi nuevo conjunto.

- ¿Una falta y un top? - Negan se ríe, incrédulo ante lo que está viendo - No puedes ir por una apocalipsis con eso puesto. Yo no me quejaría, pero posiblemente los mordedores tampoco, o los mosquitos, o las armas, o las barras de metal afiladas que te puedas encontrar...

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