Capítulo 7

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Mientras esperamos la comida le decimos a Jk nuestra situación con los chicos de detrás, no quiero que se tome de forma errónea el coqueteo que tengo pensado hacer con él. Nuestro nuevo amigo acepta formar parte de la pequeña venganza y nos reímos anticipándonos a la situación. 

La camarera aparece con nuestras bebidas y nuestra comida, se me ponen los dientes largos del hambre y la ansiedad que tengo por toda esta situación. Los tres probamos nuestra comida y debatimos sobre qué está más bueno.

Pruebo el bollito de vainilla y me deleito con su sabor, está riquísimo.

Le doy a probar a Jk un pedazo, él abre la boca y con torpeza le meto el trozo en la boca, me río porque sin querer le mancho y se le ha quedado azúcar en la barbilla, a pesar de eso se lo come con gusto y me da el visto bueno. 

Acerco mi mano y le limpio la barbilla, me chupo el dedo pulgar quitando los restos de azúcar, luego me acerca su batido y le doy un sorbo. También me da un trozo de su bollo de canela metiéndomelo en la boca y sonrío de manera tímida. 

Hace mucho que no estaba en una situación así y a pesar de que es algo acordado no puedo evitar sentirme extraña. Hago un sonido de gusto mientras mastico, puede que este sea el bollo de canela más delicioso que haya probado nunca, parece comida traída del mismísimo Olimpo.

Ever, que no se quiere quedar atrás, se inclina hacia delante y le da un pedazo de su croissant con mantequilla a Jk, él le da las gracias y abre la boca comiéndoselo encantado, después bebe de su batido y le da también a ella para que lo pruebe. Mi amiga se mete la cañita en la boca y le guiña un ojo al decirle que está muy bueno. Él se sonroja, muerde el dulce que pidió para probarlo, lo saborea y luego le da un trozo a mi amiga.

Joder, parecemos un puto trío amoroso, pero definitivamente yo no termino de entrar en la ecuación. Conmigo Jk no se sonroja, ni se pone nervioso. Aunque... eso solo lo sabemos nosotros tres, así que aún así, puede que este plan funcione.

Nos pasamos casi toda la hora de descanso así, dándonos de comer unos a otros, haciendo bromas, y dejando a un lado el hecho de que lo empezamos para poner celoso al idiota que estaba detrás, me lo estoy pasando genial con Jk y me sorprende la confianza que Ever y yo le hemos cogido conociéndolo desde hace solo unas semanas.

Se nos está agotando el tiempo y tenemos que volver a la universidad, así que pedimos la cuenta y al ir a pagar Jk se adelanta y lleva él el dinero a la barra, es decir: nos invita.

- Es un amor.- le digo a Ever.

- Eso es lo que quiero que me haga.

- ¿QUÉ?- Grito.

- ¿Qué?- Dice haciéndose la loca.

Empezamos a reír y de repente siento una presencia detrás de mí. Al ver la cara seria de Everly, no me cabe duda. Están de pie tras de mi.

- Hola chicas, ¿qué tal? - dice Jimin.

Al girarme lo veo sonriendo nerviosamente. 

- Bien. Preguntaría lo mismo, pero ya los hemos visto pasándoselo la mar de bien, así que... - responde Ever tajante.

- Podríamos decir lo mismo de ciertas señoritas.- suelta Tae.

¿Enserio está hablándonos en ese tono? Me hierve la sangre.

- Hablando de señoritas, ¿dónde están sus novias, barra amigas, barra no les interesa mi vida privada? ¿Se las encontraron antes o después de ir a tu taller y del ensayo de Jimin? No me queda muy claro.

EL ARTE DE AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora