Chapter Forty-two

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Narrador omnisciente.

Tu no sabes cómo se manejan las acciones, cualquier otro abogado hecharia a la basura todo el presupuesto que hay detrás de las industrias MCcann - decía max desesperado

Industrias OCconell - corrigió William a regañadientes

Si no las manejo yo, te irás a la quiebra - dijo max ignorando el anterior reclamo de William

¿Y como se que no intentas algo contra mi? Después de todo traicionaste al que era tu mejor amigo, que puedo esperar de mi - dijo burlón

Entiende que estoy en la calle, solo quiero ganar un poco de dinero - mintió y después de varios segundos de silencio obtuvo la respuesta que este quería

Está bien, pero tendrás reglas - dijo William mientras se ponía de pie y lo rodeo antes de hablar de nuevo - no te quitaré el ojo de encima, trabajarás desde casa, MI casa - específico lo último y casi quiso brincar de alegría al ver que su plan había salido mejor de lo esperado

William, ese no será un problema para mi - dijo serio

Vete - dijo brusco - ah y no olvides con quién te metes, si es que no quieres terminar como tú amorcito - dijo burlón mientras Max solo apretaba la mandíbula. Cómo deseaba ver esa maldita sonrisa burlona después de la sorprecita que le daría.

No olvidó con quién me meto, eso lo tengo más que claro... Mi señor - dijo lo último de manera sombría y salió de la oficina sin mirar atrás, podría jurar que william se encontraba desconcertado por su actitud.

Carla miraba dudosa al doctor Emir quien instalaba sus instrumentos de trabajo en la habitación que le había sido asignada, era un doctor muy joven y se preguntaba cómo es que había aceptado ese trabajo - doctor ¿Ella va a mejorar? - preguntó  mientras lo miraba dudosa

¿Pasa algo con la señora OCconell? - preguntó este desconcertado, ya que el solo sabía estar ahí por un embarazo de riesgo

Mmmh si, la señorita ha pasado por muchas cosas y creo que ahora mismo no está en su mejor momento - dijo entrecortada

¿Que tipo de cosas? - preguntó el doctor, pero pronto se vio interrumpido por la voz de William

Carla, retirate - dijo lanzandole dagas y está asintió rápidamente antes de salir - doctor Emir, espero que su estancia aquí sea de lo mejor, he tenido buenas críticas de usted y no me gustaría decepcionarme - dijo hipocritamente mientras sonreía - en cuanto a lo que pasó con la señora Carla, le recomiendo que ignore cualquier cosa que provenga de la muchedumbre - dijo con molestia antes de salir de la habitación y apretó la mandíbula mientras apresuraba su paso hacia la cocina donde habitualmente se encontraba Carla perdiendo el tiempo

Ay Dios mío - susurro está al verlo entrar a la cocina y sus manos comenzaron a fallar ante cualquier movimiento

Salgan todos - ordeno a quienes se encontraban cocinando y detuvo por el hombro a Carla justo cuando pasaba por su lado - tu no - bufo e instalo la sonrisa más macabra posible en su rostro

Señor, yo - no termino de hablar cuando su palma ya se había impactado en su rostro rompiendo su labio al paso de esta

¿Quien diablos te crees tú eh? ¿Quien? - preguntó apretando los dientes y está sollozo mientras limpiaba con su puño rápidamente la sangre que comenzó a salir

Discúlpeme señor, yo no quería - susurro entre sollozos

¿Sabes que es lo que le pasa a las ancianas metiches como tú? - preguntó duro y está bajo la mirada totalmente intimidada - contesta - bufo

No, señor - dijo entre sollozos

Bueno, entonces tendrás que esperar para descubrirlo - dijo burlón antes de salir de la cocina y de inmediato entraron todos los empleados siguiendo con sus actividades como si nada hubiese pasado allí, ignorando a la pobre Carla

En qué me he metido Dios mio - dijo entrecortada mientras terminaba de limpiar su sangre y camino hacia la estufa al ver que la comida de la pequeña Lucy ya se encontraba lista. Carla era quien se hacía cargo de ella mientras Rosalía permanecía encerrada.

Hoy sera tu primera revisión con el doctor, creo que ya debes saber cómo comportarte ¿Cierto? - dijo William mirando fijamente a Rose y está asintió en silencio - está vez entraré contigo a todas las revisiones, no quiero escuchar otra vez ese cuento de que... - no termino de hablar ya que Rose lo interrumpió

Ya me quedo claro ¿Está bien? - dijo fastidiada y este la miro sorprendido - se lo que tengo que hacer de memoria - dijo molesta

¿Acaso me estás resongando? - preguntó vilmente y ella solo soltó una risa

Ya no te tengo miedo William, siempre hago todo lo que tú quieres y sigo todas tus malditas órdenes, pero ya no - dijo entrecortada y este soltó una carcajada - dime de qué me sirve seguir siendo sumisa si a pesar de todo me has quitado lo que más quiero en la vida ¡ME QUITASTE A MI HIJA! ¡ME QUITASTE A JASON! ¡YO LO AMABA! - grito lo último y miró lo apretados que tenía los puños este antes de hablar nuevamente - ya no hay nada que me puedas quitar idiota - dijo con odio y jadeo fuertemente al sentir la mano del antes mencionado apretar su cuello sin piedad

¿Cómo te atreves? Dime ¿COMO TE ATREVES? - grito escupiendo su rostro - yo lo he dado todo por ti, soy tu dueño maldita sea - dijo con los dientes apretados - tu me debes de obedecer, me PERTENECES - resaltó lo último y la soltó bruscamente dando paso a una fuerte tos de parte de Rosalía en busca de aire - maldita basura, en tu puta vida te atrevas a volverme a hablar de esa manera - dijo señalandola con su dedo índice y está lo miro con temor

Te duele, la verdad te duele - dijo entrecortada y sollozo antes de hablar nuevamente - eres un maldito enfermo, eres un psicópata de mierda - dijo por fin todo lo que había pensado los últimos cuatro años que había convivido con ese sangano

¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! - grito William fuera de si y se acercó a tomar su mandíbula entre su gran mano - siempre serás mía, yo soy tu dueño entiéndelo - dijo desesperado y se sorprendió a si misma al ver las lágrimas que corrían por las mejillas de este - yo te compre - dijo - tu vida me pertenece y te haré sufrir tu maldito desprecio ¿Escuchaste? Te haré sufrir - dijo antes de soltarla bruscamente y sin despegar la mirada de su rostro entro al baño. Rosalía sabía que no había hecho bien, pero no estaba dispuesta a seguir su juego, ya no, ya no más.

Monstruoso MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora