Monstruoso Matrimonio

Chapter two

3:15 AM

Eran las tres de la mañana y me encontraba retorciéndome de dolor, el bebé ya venía en camino, llevaba aproximadamente seis horas y media de contracciones y a estas alturas sentía que había dilatado lo suficiente, William no se encontraba; y mientras él no se encontrará, nadie podía sacarme de aquí sin su autorización.

Aaaah Dios, ayuda por favor - pedí apretando los puños y los guardias solo me veían sin expresión alguna

Señorita, le hemos dicho que si no tenemos la autorización del señor O'Connell usted no puede salir de aquí - dijo uno de ellos y solloce, mi bebé moriría si no salía a tiempo. Así que como pude me dirigí a las escaleras y con mucha dificultad logré subirlas, había visto algunos partos en agua así que intentaría hacerlo yo sola.

Con algo de dificultad entre al baño de mi habitación y comencé a llenar la bañera. Mi cuerpo ya no podía más, sentía como si en cualquier momento me desmayaría – oh por Dios – me queje retorciéndome de dolor y grite fuertemente, tenía que entrar lo antes posible a la bañera o de otra forma no sé qué pasaría – Aaah Dios – grite entre sollozos y me retorcí de dolor antes de comenzar a pujar – Dios ayúdame, por favor que mi bebe este bien – gruñí apretando los bordes de la tina mientras pujaba una vez más y sentí un gran alivio al sentir que por fin había salido mi bebe, después de un rato pujando – Oh por Dios – gemí tomando rápidamente y mi bebe y comencé a temblar débilmente, pero tranquila de que tenía a mi bebe conmigo.

No sabía exactamente hora, pero apenas había llegado la doctora y gracias a Dios mi bebé parecía encontrarse en buenas condiciones de salud, pero tendrían que llevarnos al hospital a un chequeo, William, bueno él nunca llegó lo único que había hecho fue mandar a la doctora a casa y creo que sería mejor no pensar en él, no lo merecía.

Fuiste muy valiente al tomar iniciativa Rose, si te hubieras tardado un poco más la bebé habría muerto - dijo la doctora y sonreí cansada - iremos al hospital y les haremos un chequeó ¿Está bien? - pregunto una vez que estuve en la camilla y asentí.

El camino fue algo largo, me sentía muy cansada y lo único que quería era dormir y dormir por horas, pero la preocupación se había instalado en mí para quedarse, no podía evitar pensar en lo furioso que se pondría William al saber que había tenido una niña y no un niño

Estás súper preocupada - dijo la obstetra y la mire preocupada

Tengo miedo - susurre y acarició mi mano suavemente

Tu bebé ya está aquí, no hay nada que él pueda hacerle - dijo y mis ojos se aguaron

Tengo miedo de cómo actúe el, me da pavor pensar que pueda hacerle algo y yo no pueda protegerla - susurre entrecortada y acarició mi cabello

Tran... - no termino de hablar ya que la puerta de la habitación se abrió bruscamente y el cuerpo de William apareció frente a nosotras

Amor disculpa llegar tan tarde - dijo como si nada y lo mire sería - ¿Y? ¿Dónde está mi hijo? - pregunto sonriente y trague grueso mirando a la obstetra

Señor William, fue una hermosa niña - dijo tranquila y baje la mirada, mi corazón había comenzado a latir fuertemente y me encontraba sudando frío

¿Niña? - pregunto mientras me fulminaba con la mirada - ¿Podría dejarnos solos por favor? - pregunto mirando a la obstetra y está asintió forzosamente

Claro señor, ahora le traen a la niña para que la alimenté - dijo suavemente y asentí

Gracias - dije y salió de la habitación lentamente - William, yo..... - no terminé de hablar cuando su mano apretó mi cuello fuertemente

Eres una maldita buena para nada, joder - gruño con los dientes apretados y rasguñe sus manos en un intento de poder respirar - eres una inservible - gruño y poco a poco todo se iba volviendo obscuro a mí alrededor

Señorita, traemos a su hija para que la alimenté por primera vez - la voz de una enfermera entrando lo obligó a soltarme y jadeé en busca de aire antes de comenzar a toser

Ella no se siente muy bien - dijo William mirando a la enfermera y está me miró con preocupación antes de salir de la habitación rápidamente - no sabes ni lo que te espera llegando a casa - gruño y me encogí en mi lugar comenzando a temblar, eso no sonaba nada bien.