Cuando mi padre me decía que todos, absolutamente todos, sentimos un poco de placer cuando vemos a alguna persona en especial hacer algo por más estúpido que sea, nunca entendí a lo que se refería... Hasta hoy. Destiny mordía su labio inferior y jugaba con su cabello mientras intentaba resolver el problema de su tarea de matemáticas y yo me estaba volviendo loco. Sus dientes se aferraban a su rosada y regordeta carne, su nariz estaba levemente fruncida y su mirada mostraba desesperación. Yo siento mi temperatura elevarse de manera exponencial y juro que si no paro de mirarla ya, voy a explotar. Pero no puedo, es adictiva.
—Entonces, ¿cómo despejo x?— me pregunta por tercera vez, trago saliva y suspiro. Tomo la almohada que estaba a mi lado y lo coloco en mi regazo, escondiendo la sorpresilla que mi fisiología masculina me otorgaba. Tomo el cuaderno de Destiny y le explico mientras la miro de reojo y noto su concentración.
—Entonces, debes factorizar–
—¿Está papá en casa?— me pregunta, interrumpiéndome, frunzo el ceño.
—No, ha ido a la empresa— contesto, ella asiente y entrecierra sus ojos.
—¿Y mamá?
—Pues que vive pegada a papá, la pregunta es estúpida— recalco, ella relame sus labios y me mira con una sonrisa traviesa. Entonces se levanta de golpe y empuja la almohada de mi regazo para ella sentarse en este, abro mis ojos como platos. Por pura inercia mis manos se colocan en su culo y sin decir una sola palabra, Destiny me besa con ímpetu, y comienza a frotarse contra mi bulto, causando que yo gima de placer—. Carajo, Destiny.
—Yo también puedo ayudarte, Dylan. No eres el único que tiene que dar, también puedes recibir— susurra con cierto tono sensual en mi oído. De pronto sus pequeña mano se coloca sobre mi bulto y comienzan a desabrochar mi pantalón.
¿Estoy soñando?
Entonces, cuando esta se levanta, bajando mi pantalón y mis bóxers de un jalón, para luego tomar mi miembro entre sus pequeñas manos, me doy cuenta que no era un sueño y esto era real. Ahogo un gemido y cierro mis ojos, dejándome llevar por el placer. Noto como Destiny para su toqueteo para agarrarse el cabello en una coleta y no evito abrir mis ojos como platos. Estoy estupefacto ante lo que estoy viendo y sintiendo. ¿En serio es mi hermanita? ¿la santa? ¿inocente? A la mierda todo, no se cual versión de ella me gusta más.
Destiny introduce mi glande en su boca y succiona, mientras me mira directamente. Sus exóticos ojos y sus largas pestañas, desde este ángulo, me causan un placer increíble, inimaginable, grandioso. Un gran escalofrío recorre mi espina dorsal y no me queda más que recargar mis manos en el colchón, si no quiero ahogar a Destiny. Mi boca no puede cerrarse, mis ojos no pueden parar de verla aunque sufro por abrirlos, y mi espalda se encorva de vez en cuando.
—Mierda, Destiny. Eres tentación pura— gruño, noto como ella saca mi polla de su boca y sigue con sus manos mientras me sonríe con una mirada traviesa. Sacudo mi cabeza y siento mi orgasmo llegar a mi. Cierro mis ojos y me dejo llevar por el gran placer que la pequeña me había otorgado. Puedo sentir como llegaba a mi clímax y como mi cuerpo se relajaba.
—Gracias, Dylan. Creo que ya entendí como despejar— esta se levanta, toma su cuaderno y me sonríe. Alzo mis cejas, mientras guardo mis pertenencias a donde van y muerdo mi labio inferior.
—Tu no eres tan inocente como pensaba— murmuro, ella chasquea su lengua y se inclina hacia mi.
—Tengo un grandioso maestro— susurra, y planta un corto beso en mis labios. Se separa, pero se queda a centímetros de mi. Yo relamo mis labios y miro los suyos, entonces no me detengo y paso mi lengua por su labio inferior, causando que ella entreabra estos y poder poderlo levemente, para luego tomarla de las caderas con brusquedad hasta sentarla en mi regazo y besarla con profundidad.
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stepbrother
Teen Fiction«Hay cierto encanto en lo prohibido que lo hace indeciblemente deseable -Mark Twain».