NOTE
¿a quién se imaginan como Dylan?—Soy alcohólico— susurro y acaricio mis muslos, tratando de evitar que salga el sudor por mis manos—. Adoro el alcohol, siempre que lo tengo frente a mi no puedo evitar tomarlo sin parar. Su sabor es simplemente... Fabuloso, exquisito— confieso, causando que se me pongan los vellos de punta, trago saliva y suspiro, acariciando mis brazos—. Sé que no es bueno, se que puede causarme tantos problemas tomar alcohol, pero lo necesito. Cada vez que lo veo, cada que esta cerca de mi es como si mi cuerpo me pidiera a gritos que me ahogue en él, que sin importar lo jodido que estaré si bebo de éste, vale completamente la pena— jadeo y la imagen viene a mi mente, relamo mis labios y miro al doctor frente a mi con su semblante serio. Asiente levemente con su cabeza y cruza sus brazos en su pecho.
—Dime James, ¿cuándo comenzó esta adicción por el alcohol?— me pregunta y yo suspiro.
—Cuanto tenía diecisiete años— susurro—. En una fiesta que hubo en mi casa. Sabía que habría alcohol pero jamás pensé que encendería algo en mi. Había escuchado sobre gente que bebía alcohol pero siempre pensé que era algo enfermo— me encojo en hombros—. Aún lo pienso, pero ahora simplemente acepto que yo estoy enfermo.
El doctor entrecierra un poco sus ojos y asiente. Noto como toma su libreta negra y su pluma color plata con rojo, para luego escribir algo en esta. Choco mi pie contra el suelo repetidas veces y respiro profundamente, intentando tranquilizarme.
—¿Bebe con frecuencia?— pregunta y yo asiento— ¿cuándo fue la última vez que bebió?
—Esta mañana— respondo y siento un escalofríos recorrerme cuando recuerdo lo acontecido hace tan pocas horas—. Intenté detenerme, en serio lo intenté, pero justo cuando desperté había una botella de alcohol justo a mi lado. Se veía tan bien ahí, como si estuviese hecho para ser de esa manera toda la vida— mascullo y trago saliva al escuchar lo que estaba diciendo. Cierro mis ojos y acaricio mi sien—. Pero no es así. El alcohol no debería de estar en mi vida, no de esta manera.
Entonces, unos minutos después, el doctor simplemente me pregunta unas cuantas cosas más, me recomienda algunos ejercicios e incluso visitar a un lugar de alcohólicos anónimos, para luego despedirse de mi y recibir su paga. Yo salgo un poco menos tenso del edificio y no dudo en encender un cigarrillo para calmar un poco las ansias, en lo que esperaba a un taxi.
—Hey, ¿te molesta compartir un poco?— una voz femenina me pregunta a mi lado, giro mi cabeza y veo a una chica mostrándome su cigarrillo sin encender, yo saco mi encendedor de nuevo para ayudarla con su pequeño problema. La morena le da una calada a este y luego suspira para recargarse contra la pared, enseguida de mi. Inhala el humo— No creo haberte visto por aquí antes, ¿eres nuevo?— me pregunta y yo sonrío de lado, le doy una calada a mi cigarrillo y asiento. Ella entrecierra sus ojos y asiente— ¿vives en este edificio?— pregunta y yo miro hacia arriba. Niego y la miro directamente.
Su cabello era rizado y oscuro, su piel era morena en un tono claro, labios regordetes, ojos oscuros, nariz griega y pómulos resaltados. No era muy delgada, de hecho tenía un muy buen cuerpo, con curvas bien marcadas pero no exageradas. La chica era simplemente hermosa. Le doy una última calada a mi cigarrillo y camino hasta el bote de basura para apagarlo ahí mismo y luego tirarlo. La chica me mira con su ceja hacia arriba y sonríe.
—Soy Rebecca— esta murmura, repitiendo mis acciones, relamo mis labios.
—James.
Y sin dudarlo dos veces, en cuanto veo un auto amarillo, lo llamo con mi mano. El taxi se para frente a mi y yo le dedico una media sonrisa a la chica.
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stepbrother
Roman pour Adolescents«Hay cierto encanto en lo prohibido que lo hace indeciblemente deseable -Mark Twain».