Kala envolvió la bufanda en su cuello y salió de la biblioteca, la fuerte brisa de Liverpool le abofeteó la cara cortándole un poco la respiración. Dando varias bocanadas de aire trató de acostumbrarse al frío del exterior y luego de varios segundos dejó cerrar la puerta de la biblioteca y bajó los pocos escalones que habían hasta llegar a la acera la cual se encontraba muy poco transitada.
Estaba orgullosa, por fin había podido asistir a la biblioteca y había podido leer un libro, no solo lo había leído sino que también lo había terminado el mismo día, dos horas y media y ya había devorado un mini libro de la sección de romanticismo. No podía mentir admitiendo que había sido sencillo puesto que cada escenario romántico entre los protagonistas —casi todos— los fantaseo interpretándolos con un lindo rubio de ojos azules.
Cada vez que Saúl llegaba a su cabeza tenía que detener el libro por varios segundos e intentar mandar la imagen de aquel chico a la papelera de reciclaje de su cabeza, si esa idea hubiese funcionado Kala habría podido terminar de leer el libro alrededor de una hora y media, como lectora esa bastante rápida; en vez de ello había interrumpido la lectura tantas veces tratando de borrar a Saúl de su cerebro que le había sumado una hora de más a su lectura.
A pesar de ello se encontraba feliz, había terminado un libro en un día y era todo lo que importaba, Saúl solo fue una piedra en el proceso. Una piedra muy linda, se recordó. Se carcajeo por tan estúpido pensamiento y antes de empezar a caminar a casa, observó como una camioneta negra se estacionaba —Bastante mal— cerca de ella.
Estaba a punto de ignorarlo recordándose que en cualquier lugar del mundo siempre se encontraría con personas prepotentes que la mayoría del tiempo hacían los que se le venga en gana, como estacionarse mal y obstaculizar el tránsito; pero la puerta del copiloto se abrió con tanta fuerza que asustó a Kala y la dejó parada tratando de descubrir que pasaba, era bastante chismosa.
Le sorprendió cuando vio salir a Saúl de aquella camioneta como alma que lleva el diablo, la había abierto y cerrado con un fuerte portazo. Kala se percató de que era bastante fuerte y que además, del lado del conductor estaba la chica pelirroja que había visto la otra noche salir de su casa ¿Era su novia?¿Habían estado peleando?.
Quería acercarse y hablarle pero era mala idea, no eran amigos y ni siquiera tenía tanta confianza como para acercársele a brindarle apoyo, el cual parecía que necesitaba.
Saúl empezó a caminar bastante rápido sin haber desenvainado su bastón, sus piernas eran bastantes largas lo que hizo que se estrellara con Kala mucho antes de que la castaña pudiera apartarse de su camino.
— ¿Saúl? —preguntó agarrándose a sus bíceps para no caer por tal impacto con su pecho, al parecer debía acostumbrarse a chocar con el rubio. Levantó la cabeza para mirar su rostro y su corazón se estrujó en su pecho cuando observó las expresiones que cubrían sus hermosas facciones: dolor, pena, angustia.
A punto estuvo de levantar su mano y acariciar se rostro, pero no pudo porque de la nada su rostro nuevamente estaba oculto en el pecho de Saúl y este la envolvía en sus brazos. Un abrazo ¿Saúl le estaba dando un abrazo?¿Había reconocido su voz? No le importaba, con timidez levantó sus brazos y envolvió la estrecha cintura del rubio fundiéndose con él.
— ¿Qué pasa? —preguntó confundida esperando que su voz se escuchara puesto que su rostro estaba muy pegado al pecho de Saúl. Era muy agradable estar en brazos de Saúl pero necesitaba saber que ocurría, en el poco tiempo que tenía "conociendo" al rubio sabía que no era de esos que daba abrazos así por así.
—Quedémonos así varios minutos, por favor —pidió apretando más su agarre y colocando su barbilla la cabeza de Kala. Fue una respuesta inconclusa pero Kala decidió pasarla, se sentía bien en los brazos de Saúl envuelta por su olor y solo trataría de disfrutar el momento.
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Aunque no pueda Verte
RomanceUn trágico accidente automovilístico le quito a Saúl una de las cosas mas valiosas en el mundo: su vista. Lo que antes era un chico rebelde y extrovertido ahora se ha convertido en un hombre prepotente y amargado, sin amor para pedir ni amor par...