Capitulo Diecinueve

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Los días pasaron normales y tranquilos luego de aquella conversación en la biblioteca todo fue normal para Kala pero no podía olvidar que luego de volver de la biblioteca, Dayden llevó a cabo su malvado plan y no solo robó dinero de la cartera de Maritza sino que con ese mismo dinero compró pintura para el pelo el cual mezcló con uno de los botes de Shampoo de Saúl. Fue gracioso y a la vez sorprendente ver como Saúl bajó las escaleras con el cabello negro y rubio en ciertos lugares, para mala suerte del ex rubio, Dayden había comprado aquella pintura con pésima calidad por ello lentamente su cabello se puso quebradizo hasta hacerle perder una gran parte, pero David vio varios videos en YouTube y se encargó de emparejárselos. Su nuevo look no estaba mal pero la verdad es que le había quitado un poco de atractivo o por lo menos para los ojos de Kala.

Pasaron los días luego de aquella pequeña broma y aun nadie sabía quién lo causó ¿la excusa de Dayden? Tenía que vengarse, las cosas estaban muy aburridas y tenía que vengarse, todo en ese mismo orden, luego se arrepintió de realizar una broma tan sencilla y se prometió que si tenía que vengarse de nuevo utilizaría algo más... interesante.

Mientras tanto, la vida de Kala seguía siendo bastante aburrida. Ya tenían que volver a clases, Aiden y Rayden volvieron a estados unidos, Rayden a estudiar y Aiden a resolver el embrollo que había causado, por su parte, Dayden decidió quedarse a vivir allí con la tía Agnes, quien con una enorme sonrisa dibujada en el rostro se encargó de arreglarle la habitación donde se quedaría a vivir. Con David había estado saliendo y conociendo el lugar además de que empezaba a caerle sumamente bien a los amigos de este, a excepción de Penney que la mayoría de las veces la miraba con odio, pero eso era algo que podía soportar. Con Saúl las cosas eran complicadas, solo pasaban algunas palabras con incomodidad y luego de año nuevo no volvieron a hablarse lo que para Kala era sumamente perfecto; no quería problemas en su vida y la inestable personalidad de Saúl era un gran problema para ella, se recordó que no necesitaba a personas que no sabían lo que querían en su vida.

En la universidad las cosas eran diferentes, le había ido fenomenal en sus calificaciones el semestre anterior y este nuevo semestre había seleccionado algunas materias con David y los chicos, también decidió apuntarse en algunos clubes estudiantiles para conocer nuevas personas y subir su índice de calificaciones y hasta había hecho una nueva amiga en el club de lectura, su nombre era Cindy, era tan tierna y bajita que daban ganas de abrazarla; ambas hicieron clic luego de mencionar que eran fanáticas de la misma escritora, para Kala era reconfortarte tener una nueva amiga.

— ¿Vamos a la cafetería de en frente? —preguntó Kala guardando el celular en su bolso, Cindy asintió con la cabeza y arregló sus lentes.

—Prefiero ir por un helado —susurró.

—Vamos a la cafetería por esas galletas de chocolate que me mencionaste y luego vamos por el helado ¿Qué te parece? —ambas estuvieron de acuerdo pero antes de salir de la universidad observaron como David se acerca con una enorme sonrisa en el rostro.

— ¡Hey! —saludó efusivamente la morena, cuando David estuvo frente a ella, lo abrazó y depositó muchos besos en su mejilla, ambos se habían hecho muy cercanos.

—Te faltó acá —bromeó agachándose a la altura de Kala y señalando un espacio en su mejilla, Kala hizo un puchero pero depositó un beso en el lugar—. Muchas gracias, hola... —se dirigió a Cindy, quien rápidamente se sonrojo.

—Cindy —se presentó bajando la mirada, Kala sonrió, Cindy era muy tímida.

—Lindo nombre, yo soy David y protector de esta chica cuando está borracha —David se colocó en medio de las chicas, extendió sus largos brazos y los pasó por los hombros de cada una—. También puedo ser tu protector —David le guiñó un ojo a Cindy.

Aunque no pueda VerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora